Por qué es inevitable la llegada de la robótica a la agricultura…?

La realidad que sea la robótica la que produzca los alimentos que necesitemos en el futuro está a la vuelta de la esquina, por lo que los científicos, innovadores y centros de investigación de todo el mundo están en una carrera de idear robots específicos para la agricultura

La discusión en boga es anticiparse al impacto que la robótica y la inteligencia artificial (IA), tendrá sobre las actividades humanas en el futuro cercano. Se multiplican los seminarios y encuentros académicos para reflexionar sobre los verdaderos alcances o límites que la sociedad debe acordar para enfrentar la irrupción inminente de la robótica, que unida a la IA, puede transformar no sólo la matriz económica o productiva de un país, sino que la totalidad de las actividades humanas, incluyendo la vida social y política de las personas y las comunidades.

Sobre todo es el caso de la robótica, que está llamada a reemplazar al hombre en una gran variedad de tareas.

Las faenas agrícolas no escapan a este fenómeno, aunque algunos sostienen que es el sector productivo en que tendrá menos impacto social desde el punto de vista laboral. Los estudios indican que las labores profesionales ligadas a este sector no se verán amenazadas, al contrario, se enriquecerán con estos nuevos recursos y herramientas.

En Chile, hace ya una década que la industria lechera ha automatizado casi totalmente su proceso productivo, igualmente varias de las etapas del proceso productivo agrícola y agrofrutícola, como el packaging, por ejemplo.

Despoblamiento rural

Por otro lado los analistas y estudiosos de las Ciencias Sociales, como sociólogos o antropólogos, vaticinan que en un futuro cercano el campo estará prácticamente despoblado de presencia humana, por lo que la actividad silvoagropecuaria deberá recurrir a la automatización robótica y a la IA para desempeñar la gran mayoría de las labores vinculadas a sus procesos productivos.

Este despoblamiento no es nuevo, proviene de la industrialización. Incluso en más de una ocasión los países han desarrollado iniciativas de repoblamiento de las áreas rurales, pero lo que se observa en la actualidad tiene características de irreversible debido a varios factores, entre ellos los cambios de la distribución de la población, que se desplaza desde el interior a las costas o desde el campo a la ciudad. A esto se agrega la emigración laboral de campesinos a las faenas relacionadas con la minería o la construcción de infraestructura vial y megaproyectos.

Por otro lado, las mujeres abandonan la vida rural buscando fuentes laborales más estables en su proceso de búsqueda de independencia económica. Finalmente está el elemento del desplazamiento temprano de los jóvenes a las grandes urbes, también en un camino de búsqueda de oportunidades, de estudio, laborales, e incluso culturales o sociales.

Los nuevos ayudantes

Este panorama ha producido un abandono de la vida rural por parte de las personas, lo que provoca que principalmente esté habitada por adultos mayores, o personas sin capacidades laborales competentes para la industria agrícola moderna, provocando de rebote una disminución importante de nacimientos rurales, lo que termina de cerrar el círculo que valida la tesis del despoblamiento total del campo en un futuro cercano.

En definitiva, los encargados de producir alimentos serán unos pocos valientes aferrados a la agricultura, y sus nuevos ayudantes…y estos ayudantes no serán de carne y hueso.

La realidad que sea la robótica la que produzca los alimentos que necesitemos en el futuro está a la vuelta de la esquina, por lo que los científicos, innovadores y centros de investigación de todo el mundo están en una carrera de idear robots específicos para la agricultura.

El mercado de la robótica en la agricultura se proyecta que crecerá en la próxima década más de un 20% y su impacto transformará esta actividad productiva en una de las más rentables y demandadas por el consumo humano, ya que estas herramientas darán valor agregado a la producción de alimentos, no sólo en la perspectiva de la eficiencia que implica su automatización, sino que en el aporte efectivo que significará al darle sustentabilidad a la actividad y una nueva relación con el medio ambiente natural.

Fuente: Martín Carrillo O. – Blueberries Consulting

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