Neem: el insecticida orgánico que no crea resistencia

Durante los últimos años, incluso hoy en día, apostamos firmemente en el uso de productos ecológicos alternativos a los compuestos de síntesis química.

El desarrollo de insecticidas orgánicos representa una alternativa verde, el cual nos ayudará a conservar y mejorar la salud del suelo, la biodiversidad, pero sobre todo nos favorecerá en nuestra lucha constante contra las plagas de una manera sustentable, evidentemente en conjunto con estrategias de control específicas a ciertas poblaciones de artrópodos plaga que más se adapten a sus circunstancias.

Tenemos la necesidad de aplicar un método del control de plagas sin afectar el medio ambiente, puede ser el uso de extractos vegetales por ser biodegradables y no crear resistencia en insectos.

El estudio de la actividad insecticida de extractos vegetales y fitoquímicos se ha intensificado debido a la demanda de alimentos orgánicos y a las exigencias actuales de la defensa fitosanitaria de los productos hortícolas.

Actualmente se utiliza para el control biológico de plagas en cultivos agrícolas como insecticida natural. Extractos obtenidos de su semilla contienen diversos agentes bioactivos contra hongos e insectos. El más potente es el terpenoide conocido como Azadiractina, responsable de diversas propiedades fisiológicas (inhibidor de crecimiento, prolongando las etapas inmaduras ocasionando la muerte, disminuye la fecundidad y la ovoposición,) ya que interfiere en el proceso de síntesis de la ecdisona y de la hormona juvenil, afectando su metamorfosis, presentándose malformaciones producidas en cualquiera de los estadios o los daños morfogenéticos en adultos, como alas, aparato bucal mal desarrollado entre otros, provoca que los daños que puedan producir estos insectos se reduzcan ya que su actividad alimenticia se ve afectada, no pueden volar, son estériles, muriendo rápidamente.

Estos efectos se producen de forma combinada y con diferente grado de acción, dependiendo de la especie de insecto, de su estado de desarrollo, del proceso de extracción y de la concentración del preparado.

Además disminuye los niveles de proteínas y aminoácidos en la hemolinfa e interfiere en la síntesis de quitina en diferentes familias de insectos. La azadiractina actúa bloqueando las partes del cerebro de los insectos que producen estas hormonas vitales.

Propiedades insecticidas

Las propiedades del neem vienen basadas en el parecido que presentan sus componentes con las hormonas reales, de tal forma que los cuerpos de los insectos absorben los componentes del neem como si fueran hormonas reales y estas bloquean su sistema endocrino.

El comportamiento profundamente arraigado resultante y las aberraciones psicológicas dejan a los insectos tan confundidos en su cuerpo y cerebro que no pueden reproducirse, y sus poblaciones se reducen considerablemente. Estudios conducidos han demostrado que el extracto acuoso del neem produce efectos en la longitud larval, peso y ancho de la cápsula cefálica a 10 dosis de exposición sobre Spodoptera frugiperda & Spodoptera exigua (Lepidoptera: Noctuidae). Además, se ha podido comprobar la toxicidad frente a esta especie del neem, observándose la mortalidad más alta durante la muda, lo que sugiere una actividad similar a la de un regulador del desarrollo.

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Se ha demostrado tener control sobre insectos pertenecientes a varios órdenes, como Lepidópteros, Dípteros, Ortóptera, Hemíptera, Coleóptera, etc., interviniendo en eventos endocrinos, inhibiendo su alimentación y crecimiento, por medio de la estimulación de células específicas quimiorreceptoras y bloqueo en el disparo de las células receptoras de azúcar, que normalmente estimulan la alimentación.

Ventajas biológicas

La azadiractina aparece por tanto como una materia activa de origen natural que resulta bastante eficaz; de hecho, es tan potente que una simple señal de su presencia previene a algunos insectos de incluso tocar las plantas.

El efecto residual dura unos cinco días, aunque los efectos juvenoides, es decir sobre el crecimiento, pierden su actividad normalmente después de uno o dos días bajo condiciones de campo.

Otras características destacables del Neem son: difícil desarrollo de resistencia por tratarse de una mezcla de componentes bioactivos, sistémico a través de las raíces cuando se aplican al suelo, elevada biodegradabilidad, sobre todo por la acción de la radiación U.V., persistencia en campo de 4-8 días y posibilidad de sinergismo con otros productos naturales como Bacillus thurigiensis.

Bajo condiciones de campo, los extractos foliares de azadiractina duran de 4-8 días. Sin embargo, la temperatura, la luz ultravioleta, el pH en partes de plantas tratadas, la caída del agua y otros factores medioambientales ejercen una influencia más o menos negativa en los principios activos.

El Neem es mucho más efectivo en climas cálidos que en zonas frías, donde la actividad de sus principios se ve muy menguada.

La destrucción fotoquímica por parte de los rayos ultravioletas es completa. Se ha descubierto que el contenido en azadiractina de sus extractos fue reducido sobre un 65% después de 14 horas de exposición a las radiaciones ultravioletas.

Se encontró además que la descomposición se incrementaba con el calor y la humedad. Otros autores han descubierto que después de 24 horas expuestas a radiaciones ultravioletas, o después de siete días expuesto a la luz, se producía una degradación del 50%.

Se ha demostrado que después de 200 horas, (aproximadamente 8 días), de continua exposición a las radiaciones ultravioletas, la azadiractina se degrada en un 100%.

Fuente: Hortalizas.com

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