El 2017 seguirá seco
El débil fenómeno de La Niña tiende a disiparse para pasar a un período neutro, lo que llevaría a que en lo que queda del verano haya pocas lluvias. Si bien aún es temprano, se proyecta que el año podría venir nuevamente con precipitaciones por debajo de lo normal, tal como en el 2016.
Los incendios que devastan la zona centro sur del país dejan en evidencia la fuerte sequía que ha vivido esa zona -al igual que otras del país- en los últimos años, en donde incluso las comunas no afectadas por el fuego están sin agua suficiente para riego, ya que el 2016 fue un año donde no cayeron las lluvias necesarias para pasar la temporada (con excepción de las regiones del norte) con agua suficiente para cubrir toda la superficie. La esperanza de muchos agricultores está, entonces, puesta en el próximo invierno. Sin embargo, según los expertos la próxima temporada no se vería muy distinta a la que tuvimos en 2016, con precipitaciones por debajo de las de un año normal.
Los expertos tienen claro que todavía es muy temprano para prever resultados para este año. Sin embargo, las condiciones de alta presión que existen en el Pacífico ya permiten anticipar que este año será complicado. «Tomando la historia de los últimos 140 años de registro climático este va a ser un año muy similar al pasado, con precipitaciones bajo lo normal», plantea Carlos Gana, subgerente de Estudios de Anasac, y consultor en agro clima. Y el culpable, dice, será el fenómeno de La Niña, o más bien de que este no se desarrollará o lo hará en forma débil, tal como ocurrió entre julio y diciembre del 2016.
2016, una débil Niña
El 2016 fue errático en cuanto a las lluvias y a la nieve. Así, por ejemplo, en el norte del país, donde desde hacía varios años la falta de agua y nieve angustiaba a los agricultores, el año pasado, recibieron las suficientes como para que hoy sus embalses estén prácticamente llenos, lo que en algunos de ellos, como el Lautaro, no ocurría desde hace 20 años. Sin embargo, en el centro sur, la realidad fue completamente opuesta. Así, por ejemplo, los agricultores que se riegan con las aguas del río Maule, solo disponen de un 35% de lo que les correspondería.
De hecho, de acuerdo al informe Coyuntura Agroclimática del subdepartamento de Información, monitoreo y prevención (IMP) del Ministerio de Agricultura, se indica que, salvo las regiones de Arica y Parinacota, Valparaíso y Punta Arenas, el 2016 terminó con déficits entre el 24 y el 81% de precipitaciones y que se caracterizó por la dispar distribución de ellas a lo largo del año tanto en el centro como en el sur del país.
Pero no todo fue tan malo, según Carlos Gana, que comenta que los agrónomos entre Temuco y Puerto Montt estaban felices, ya que si bien había llovido menos, las precipitaciones fueron una vez por semana. Esto porque permite mantener una buena humedad en los cultivos.
«Más al sur, ubicándonos en plena Patagonia, el agua que cayó fue totalmente dentro de lo normal y esperado«, agrega Gana.
Las causas detrás de lo anterior fue que a principios del año, el fenómeno de El Niño, vivido durante el 2015, llegó a su fin -entre los meses de abril y mayo-. El pronóstico era que entonces entraría La Niña, pero luego de tres meses de período neutro, ella se hizo presente pero solo en forma débil.
De acuerdo a lo que indica la información en la página web de el Instituto de investigación internacional de clima y sociedad de la Universidad de Columbia (IRI) las condiciones atmosféricas actuales a lo largo del Pacífico Tropical también son consistentes con condiciones débiles de La Niña… El informe agrega que tanto los vientos, como la nubosidad y las lluvias siguen sugiriendo condiciones de La Niña. «El conjunto de modelos de predicción indica que el fenómeno está en proceso de disiparse y volver la condición a neutra en febrero«.
Para lo que queda de este verano 2017, Gana recalca que «no es que se espere un verano lluvioso«.
Invierno con menos lluvia de lo normal
Qué ocurrirá el resto de este año dependerá, nuevamente, del fenómeno climático. Para Gianfranco Marcone, meteorólogo de Chile Weather, todo va a depender de qué pase con La Niña y la fuerza con que se presente.
La página web de IRI muestra que para el trimestre enero-abril, las proyecciones indican una mayor probabilidad (90%) a un estado neutro, mientras que la condición La Niña alcanza un 8% y El Niño un 4% en promedio, explica el doctor Luis Morales, del Laboratorio de Investigación en Ciencias Ambientales de la Universidad de Chile.
En este momento, la condición se podría catalogar, dicen los expertos, de neutra. Por ello Marcone sostiene que si esta se reactiva, posiblemente habría bajas precipitaciones y temperaturas durante el invierno.
De acuerdo a Carlos Gana, las proyecciones son que en la zona central este invierno podría llover entre un 20 y 40% menos que en un año normal. Es decir si en Santiago caen normalmente 300 mm, este año se podría esperar que lluevan 250 mm. En el sur del país habrá una situación similar, si en Temuco llueven 1.100 mm este año podrían llover 800, todo este pronóstico es enfocado en las épocas que cae agua en nuestro país, mayo – octubre.
«Entre Copiapó y Puerto Montt lloverá menos. Las regiones que tendrían más impacto a las bajas precipitaciones son entre la III y Región Metropolitana, ya que estas zonas tienen los embalses, además se requiere acumulación de nieve, por lo tanto si en vez de llover 300 mm caen 200 mm, se nota muchísimo«, indica Gana.
Morales explica que, de acuerdo a la información del IRI para el resto del año, «podemos observar que se mantendrá una alta probabilidad de una condición neutra hasta mayo-junio, donde decrecerán significativamente. Posteriormente las probabilidades de Niña y Niño aumentarán, pero hacia octubre sus probabilidades serán aún bajas, 22% y 39% respectivamente, siendo la del Niño más alta pero igual que de un año neutral. Todo indicaría que este año estaríamos, en términos promedio y con el pronóstico a la fecha, en condiciones de un año normal con una leve tendencia a Niño (altas temperaturas y lluvias intensas, pero poca caída de nieve)».
Fuente: Revista del Campo
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