Reflexiones y perspectivas para una industria marítima afectada por el coronavirus
a pandemia del coronavirus (Covid-19) ha tenido impactos relevantes en diversos sectores del transporte marítimo, razón por la que la industria ha debido adaptarse a los cambios impuestos y ha tomado medidas de urgencia que ayuden a mitigar los efectos del virus, pero que a la vez permitan garantizar la continuidad de operaciones en el futuro.
Durante el III Congreso Integrado de Zonas Francas, Puertos y Logística «Realidad y futuro en la cadena logística 2020», organizado por la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), la oficial de Asuntos Económicos de la UNCTAD, Luisa Rodríguez, dio a conocer ciertas reflexiones que el coronavirus ha dejado para la industria marítima.
Diversificación de proveedores y mega buques
Rodríguez explicó que «el Covid-19 puso en evidencia la gran vulnerabilidad de las cadenas de suministro, por el riesgo de depender de un gran proveedor. Se vio la importancia de China desde el punto de vista del tráfico de contenedores. Es un gran suplidor y que además pesa significativamente en el transporte marítimo». Según cifras de las UNCTAD, en 2018 un cuarto del comercio marítimo mundial fue de China y durante la última década la mitad de expansión del comercio marítimo mundial fue de China.
Cabe destacar lo sucedido en el contexto de esta crisis sanitaria, donde los insumos médicos se convirtieron en esenciales. No obstante, solo había un gran proveedor global, que además estaba en confinamiento: China.
Ante esto, Rodríguez planteó la posibilidad de contar con una estrategia basada en la diversificación de proveedores. «Ir a una estrategia de desarrollar resiliencia significa diversificar la base de suplidores». Aunque destacó que es necesario tener en cuenta los cambios que podrían significar dicha diversificación. «Esto posiblemente tenga un impacto en los patrones de despliegue de las navieras (…) Hay varios escenarios que se manejan respecto de cómo van a ir cambiando esas cadenas de valor, pero todavía es muy temprano para decir ‘El patrón va a ser este’«, comentó.
Por otra parte, reconoció que la pandemia llevó a replantearse la necesidad de los megabuques. Es necesario mencionar que desde el primer trimestre de 2019, hasta el segundo trimestre de 2020 el tamaño de los buques desplegados no fue afectado por el Covid-19. No obstante, Rodríguez postula que vale la pena reconsiderar la situación. De acuerdo con la tendencia analizada, se ha presentado un crecimiento lento del comercio marítimo, mientras que la oferta de capacidad dentro de los buques crece de una manera más acelerada. Por tanto, existe un desequilibrio, que en el contexto del coronavirus podría generar complicaciones.
Según cifras entregadas por Luisa Rodríguez -que prontamente publicará la UNCTAD- el crecimiento del comercio para 2019 en cuanto a demanda fue del 0,5%. En contraste, la oferta creció un 4%. «Si vamos a tener una situación de recesión, esa demanda cómo se va a recuperar. Eso es una interrogante, tenemos esa incertidumbre. En un escenario no muy positivo -y el escenario actual no es muy positivo- esos megabuques vale la pena repensarlos a nivel de las navieras», afirmó.
Proyecciones
Por su parte, el profesor de Logística de la Universidad de Los Andes de Colombia, Gordon Wilmsmeier, quien también participó del Congreso ANDI, se refirió a la forma en que la industria realiza proyecciones para el desarrollo y cómo esto podría afectar en el futuro a raíz del Covid-19.
En ese sentido, manifestó que el sector generalmente no considera los riesgos posibles. «No hacemos una reflexión de futuros posibles cuando hablamos de proyecciones (…) Es justo ahí donde tenemos que cambiar nuestras visiones (…) Deberíamos imaginar un futuro con cero crecimiento o cómo sería un escenario de no crecimiento y si con estos escenarios podríamos posicionarnos«, manifestó.
En ese sentido remarcó que en la actual emergencia «hay que tener una variabilidad grande para después tener una mayor adaptación en el caso de que nos llegue un riesgo».