El plan de la Alianza Sudamericana por el Suelo

Casi la mitad de los suelos de América Latina y el Caribe son deficientes en nutrientes y otras carencias, incluso la degradación y el empobrecimiento de la tierra alcanza a más de la mitad de los territorios en algunos países de la región.

Según consigna la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, los representantes de los países que conforman la Alianza Sudamericana por el Suelo, SSP, aprobaron un ambicioso plan que busca promover el uso y manejo sostenible del suelo en la perspectiva de asegurar y garantizar la seguridad alimentaria futura.

La erradicación del hambre, que se ha fijado como el objetivo principal de los gobiernos de la región a conseguir en 2025, no será posible sin gozar de la fertilidad

de los suelos, ni tampoco se podrá enfrentar los desafíos del cambio climático o el desarrollo sostenible sin suelos sanos.

El plan de la SSP, reunida en la ciudad de Paysandú, Uruguay, es un proyecto para intercambiar experiencias, homogeneizar los métodos e instrumentos para la medición de la calidad del suelo e intensificar la cooperación científica entre los pueblos, promoviendo el uso y manejo sostenible, la adaptación al cambio climático, la provisión de servicios ecosistémicos y el desarrollo sostenible.

Al no contar los países de la región con legislaciones adecuadas para la protección del suelo – y en los que existe se aplica escasamente debido a insuficiencias técnicas o políticas, entre otras razones – la Alianza facilita los vínculos entre los países con programas y actividades de manejo nacional y local del suelo, en la perspectiva del trabajo conjunto y el desarrollo de coordinaciones y sinergias.

El suelo está en riesgo

Casi la mitad de los suelos de América Latina y el Caribe son deficientes en nutrientes y otras carencias, incluso la degradación y el empobrecimiento de la tierra alcanza a más de la mitad de los territorios en algunos países de la región.

En América Latina y el Caribe se sitúa el 14% de las tierras del mundo con carencias en su calidad o con algún grado de degradación, lo que afecta directamente a 150 millones de personas. En la región que comprende México y Centroamérica la erosión y degradación es más grande aún, afectando al 26% del territorio.

Respecto a la fertilidad de las tierras, la situación es más preocupante ya que la deficiencia de nutrientes afecta a casi la mitad de los suelos de América Latina y el Caribe.

En el caso de la aridez, ésta afecta casi al 20% de los suelos y un 10% manifiesta problemas de drenaje, a esto hay que agregar la contaminación de los suelos producto de labores ligadas a la industria de la minería y la industria dedicada a la actividad petrolera, además del cambio de uso de suelos y la expansión de las ciudades hacia terrenos aptos para el cultivo agrícola.

Con respecto al cambio climático, el rol de los suelos es fundamental por su alta capacidad para almacenar carbono orgánico en el primer metro de profundidad, y sostener pisos de vegetación, contribuyendo de forma complementaria a la regulación climática.

El Plan de la Alianza se sustenta en cinco pilares

El Plan que la Alianza Sudamericana está implementando en los diez países que la conforman, entre los que se encuentra Bolivia, Colombia, Brasil, Ecuador, Argentina, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, además de Chile, se centra en los cinco pilares de la Alianza Mundial por el Suelo (AMS).

Lo primero es promover el manejo sostenible del suelo y mejoramiento de la gobernanza para su protección y productividad sostenible.

Lo segundo es fomentar la inversión, la cooperación técnica, el desarrollo de políticas, la educación, concientización y extensión sobre el recurso suelo y la creación de un Observatorio de políticas comunes.

El pilar tres promueve el desarrollo e investigación aplicada, y el cuarto busca el mejoramiento de la calidad y cantidad de los datos e información de suelos para levantar una base de datos y con esto fortalecer el Sistema de Información de Suelos de Latinoamérica (SISLAC), entre otros.

El último objetivo acordado se centra en el establecimiento de guías voluntarias sobre métodos y mediciones estandarizados para fortalecer el manejo y protección del recurso suelo.

Orígenes de la Alianza Latinoamericana por el Suelo

La FAO, en 2012, a través del Secretariado de la Alianza Mundial por el Suelo (AMS) estableció la Alianza Latinoamericana por el Suelo en 2012.

En 2014 ésta se dividió en la Alianza Regional por el Suelos para Centro América, México y El Caribe (ARS-CAMC) y la Alianza Sudamericana por el Suelo (SSP).

Fuente: Blueberriesconsulting / FAO

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