La industria frutícola chilena ha debido enfrentar grandes desafíos en los últimos años, debiendo enfrentar la irrupción de nuevos competidores internacionales, mayor tecnología aplicada a la producción, nuevos sistemas y manejos agronómicos, acceso a genética de última generación, altos estándares de sustentabilidad e inocuidad exigidos por los consumidores y el impacto de fenómenos meteorológicos derivados del cambio global del clima, entre otros factores de amenaza, lo que aparentemente han afectado su liderazgo en el mercado global de la fruta.

La revista Blue Magazine conversó con Iván Marambio, presidente de Frutas de Chile, sobre el estado de la industria y sus proyecciones. La entrevista completa se publicará en la próxima edición de Blue Magazine, pero publicamos un extracto en esta nota.

• Las cifras indican que la industria frutícola chilena ha ido perdiendo paulatinamente competitividad en el mercado global, es el caso del arándano y otros. Según su opinión, esto solo se debe a razones climáticas o imponderables como la pandemia, ¿o existen otras causas que lo expliquen?

• Hemos visto disminuciones en los volúmenes exportados de algunas especies en los últimos años, como arándanos y uva de mesa, sin embargo, otras especies han mostrado volúmenes estables como kiwis; mientras que frutas como la cereza, han mostrado crecimientos relevantes, por lo tanto, no nos parece que la industria esté perdiendo competitividad a nivel agregado. Lo que sí hemos visto, es un cambio en el panorama competitivo, especialmente por la entrada de nuevos competidores, como Perú, en mercados maduros, como Estados Unidos, para especies que estaban consolidadas, lo que se debe tanto a mejores condiciones de acceso al mercado que han logrado nuestros competidores, como también a ventajas genéticas asociadas al uso de nuevas variedades.

El presidente de Frutas de Chile nos comenta que tanto productores como exportadores de arándanos y uva de mesa chilenos están haciendo esfuerzos importantes para introducir nueva genética en la matriz productiva. “Sin embargo, esto requiere tiempo y es altamente dependiente de la inversión. Sólo a modo de ejemplo, la temporada 2022-2023, cerca de 50% de las exportaciones de uvas de mesa fue de variedades nuevas”, explica.

El ejecutivo del más importante organismo que aglutina a los productores y exportadores de fruta chilena, agrega que el sector está enfrentando presiones estructurales en algunas especies (sequía, condiciones de mercado y matriz genética de las exportaciones), así como también presiones coyunturales para la actividad frutícola en general, las que se asocian principalmente a la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos (olas de calor, escasez de precipitaciones invernales, heladas primaverales, precipitaciones concentradas, entre otros).

• ¿Cuáles son los objetivos de Frutas de Chile en el corto y mediano plazo, en la perspectiva de recuperar competitividad y volver a liderar la industria frutícola a nivel internacional?

• Las prioridades para Frutas de Chile están centradas en impulsar el crecimiento de la industria: Cosechar mejores frutas a través del capital humano; mejorar la infraestructura y logística en relación a los recursos hídricos, los puertos, el cabotaje y las condiciones de maniobra, y avanzar en el acceso a nuevos mercados y mejora de las condiciones en aquellos destinos donde ya estamos presentes, a través de la profundización de acuerdos de libre comercio, como por ejemplo, con China, India y Corea.

“Chile es hoy el principal proveedor de frutas frescas del hemisferio sur y el principal exportador mundial de cerezas y ciruelas frescas, y si bien hay frutas que, debido a diversos factores, han perdido competitividad en algunos mercados de destino, con Frutas de Chile pensamos que estamos en condiciones de avanzar y recuperarla, así como también consolidar la imagen que como sector nos distingue en el mundo: Productores y exportadores de fruta de calidad, inocua, dulce sabor, de una industria altamente tecnologizada, innovadora y sustentable”, finaliza.