El salto tecnológico que puede mejorar la rentabilidad de los arándanos

José Flores instaló macro-túneles en 10 hectáreas de su campo de Curicó, en 2013, con la idea de adelantar la cosecha de arándanos de variedades tempranas y así acceder a una ventana comercial más atractiva porque los mercados se encuentran con menor abastecimiento.

Para ello invirtió alrededor de US$ 45 mil por hectárea entre materiales e insumos, y US$ 10 mil más en la instalación. Flores logró adelantar la cosecha en alrededor de 12 días, lo que a menudo le permite vender su producción a principios de octubre.

«Sin embargo, eso es muy variable. Así, un año puedes obtener US$ 1 más por kilo y en otros, como el año pasado, precios similares», agrega. Señala que pudo recuperar su inversión en casi 5 temporadas.

Entre las ventajas de utilizar túneles, el productor destaca que la planta tiene un mejor desarrollo, ya que se protege de los daños del medio ambiente, de los rayos UV y de la deshidratación por viento.

«Además, en invierno, los túneles también son favorables, ya que la planta está más abrigada», comenta.

José Flores agrega que al adelantar la cosecha tiene mayor disponibilidad de mano de obra, ya que no compite contra otros cultivos.

Sin embargo, para que todo funcione bien es necesario contemplar algunos riegos, como el viento, que pueden dañar las estructuras, generando que los túneles caigan y el plástico se rompa.

De igual forma, comenta que se debe considerar el costo de mantener durante la primavera una cuadrilla de trabajadores que abra y cierre los túneles, debido a que estos acumulan temperatura muy rápido. De hecho, si este aspecto no es bien manejado se corre el riesgo de que la fruta se queme.

Otro aspecto que, a su juicio, no debe ser pasado por alto por los productores es que las plantas que se encuentran bajo túneles consumen lo mismo o menos agua que las que se encuentran afuera, debido a que están sometidas a un menor estrés, por lo que abren menos sus estomas.

Seguridad comercial 

Empresas especializadas en esta tecnología, como Haygrove, comentan que la inversión para la instalación de macro-túneles oscila entre US$ 45 mil y US$ 55 mil por hectárea. Esto dependerá del tamaño, el tipo de material de la estructura (si es de madera o de otro tipo de material más sofisticado) y del nivel de tecnología que contemple (si es rústico o si es de última tecnología).

Por lo mismo, se estima que, en promedio, los productores podrían recuperar la inversión al tercer año. Más allá del aumento de los retornos, una ventaja clave es que le permite al productor estabilizar su negocio, pues se vuelve más confiable ante sus clientes.

«Hoy no se puede fallar. Hacerlo significa que los productores pongan en jaque su potencial comercial en el mundo», indica Pablo Vial, representante en Chile de Haygrove.

A tanto llega la necesidad de asegurar las producciones, que incluso por estos días hay exportadoras que están dispuestas a financiar este tipo de proyectos.

«Cuando se enfrentan temporadas como las últimas, donde el factor climático pasa a ser fundamental, contar con herramientas de este tipo, aunque sean caras, es muy positivo para el productor, debido a que se trata de una inversión a largo plazo», indica Julia Pinto, gerente técnico del Comité de Arándanos.

Filtro UV para las plantas

«Mi experiencia ha sido buena».

Así de claro es el productor José Miguel Izquierdo cuando se le pregunta cómo le ha resultado su apuesta por los macro-túneles en su campo de Nancagua, en la Región de O’Higgins.

Si bien cuando comenzó, hace cuatro temporadas, tenía ciertas dudas -en un inicio solo implementó esta herramienta en 1 hectárea-, estas se disiparon tras algunas temporadas. Es más, en la actualidad, los buenos resultados obtenidos han llevado a este productor a aumentar a 10 las hectáreas cubiertas con túneles.

«La decisión de instalar los túneles pasó porque teníamos variedades tempranas y queríamos anticiparlas un poco. Lo cierto es que, dependiendo de las variedades y las condiciones de la temporada, la cosecha se puede llegar a adelantar hasta en un mes. De hecho, las que más se adelantan son las variedades tempranas, que tienen bajo requerimiento de frío. Nosotros, por ejemplo, partimos la cosecha en septiembre», comenta.

José Miguel Izquierdo reconoce que esta no es una inversión barata, aunque vale la pena.

«La planta crece mejor dentro del túnel, debido a que los plásticos tienen filtro UV, lo que potencia el crecimiento vegetativo. Por lo mismo, la calidad de la fruta también es mejor. Además, se puede cosechar cuando está lloviendo», indica.

Lo mejor, dice, es el precio que puede alcanzar la fruta, aunque todo va a depender de la semana en que se logre cosechar.

«Pese a comenzar temprano, estas variedades producen durante 10 o 12 semanas y la mayor cantidad de fruta disponible se concentra entre mediados y fines de octubre, cuando se obtienen US$ 8 a US$ 9 por kilo. Este resultado varía mucho, ya que no todas las zonas son tempranas ni tienen días despejados», indica.

Gracias a esto, comenta que la inversión de los túneles, en su caso, se ha podido pagar entre el tercer y cuarto año.

Mayor conciencia en Chile

Si bien en Chile la presencia de túneles en los proyectos de arándanos es bastante limitada, son cada vez más los productores que están evaluando la posibilidad de utilizar este tipo de herramientas en sus explotaciones.

«No existen cifras, pero la aparición de estas herramientas se nota al recorrer los campos. Hoy los productores tienen consciencia respecto de que deben proveer a los mercados de fruta de muy buena calidad», dice Andrés Armstrong, director ejecutivo del Comité de Arándanos.

De hecho, por estos días, uno de los más importantes promotores del uso de túneles es el Comité de Arándanos. Para ello incluso se encuentran desarrollando algunos ensayos y pilotos que permitan validar esta tecnología, especialmente en lo que se refiere a enfrentar con mejores armas los efectos que está planteando el cambio climático en el país.

«Las primaveras lluviosas, por ejemplo, se han transformado en una tremenda amenaza para los huertos de arándanos, debido a que si estos no reciben buenos controles fitosanitarios pueden generarse condiciones propicias para hongos, como Botrytis. También está el peligro de que estos fenómenos puedan partir la fruta, lo que inevitablemente generará un perjuicio para los productores», advierte Julia Pinto.

Fuente: Revista del Campo​

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