La creciente industria de los arándanos en Colombia: importaciones récord y expansión de cultivos en altura
Colombia comienza a abrirse paso en la industria global del arándano y diversos factores muestran que el país posee un alto potencial para convertirse en un competidor de peso. Su proximidad a Estados Unidos, su particular historia de consumo local y su capacidad para producir durante casi todo el año la posicionan como una industria emergente.
El reciente éxito de Colombia en la exportación de otros cultivos frutales como aguacates, limones y flores, junto con sus eficientes modelos de operación y logística en la competitiva industria de flores cortadas, demuestra que el país cuenta con la experiencia y las condiciones necesarias para replicar este desempeño en la industria de los arándanos.
Crecimiento del consumo interno
Aunque las exportaciones de arándanos colombianos aún no muestran un crecimiento sostenido, la demanda interna ha crecido de manera exponencial. En 2023, las importaciones de arándanos frescos aumentaron 29 veces respecto al año anterior, alcanzando 352 toneladas métricas, en su mayoría provenientes de Perú y, en menor medida, de Chile.

El desbalance entre producción y demanda interna se debe a que la oferta no logra responder al ritmo de la creciente demanda interna y a la lenta tasa de nuevas plantaciones.
En 2023, las importaciones de arándanos se dispararon respecto a 2021, año que hasta entonces marcaba cifras históricas, con un consumo interno que prácticamente se triplicó.

Además, en los dos primeros meses de 2024, las importaciones crecieron un 136%, alcanzando 130 toneladas métricas, volumen que en apenas semanas superó el total importado en todo 2021.
Las exportaciones también crecen
Este crecimiento resulta aún más relevante porque se produjo inmediatamente después de los meses de mayor producción (noviembre y diciembre). En enero de 2024, Colombia exportó 99 toneladas métricas, un récord histórico para ese mes y apenas por debajo de las 100 toneladas alcanzadas en diciembre de 2020, uno de los mayores registros mensuales del país.

Si bien estas cifras aún no son significativas a nivel global, resultan superiores a las de Argentina, país que ha mostrado una tendencia descendente en sus exportaciones de arándanos durante la última década.
El consumo interno está aumentando de manera notable. Aunque la mayoría de los colombianos adquiere arándanos en mercados abiertos, donde predominan variedades de menor calidad, cada vez más supermercados están introduciendo y vendiendo arándanos premium.
“Estoy observando diferenciación en Colombia y también en Ecuador. Los supermercados ahora están dispuestos a pagar por un producto de mayor calidad, algo que nunca había visto antes”, comentó una fuente del sector.
Cerca del 95% de la producción nacional de arándanos permanece en el país, principalmente destinada al consumo en fresco. No obstante, crece el mercado de procesamiento industrial, con cada vez más alimentos que incorporan arándanos como ingrediente.
Perspectivas de exportación
Las perspectivas de exportación de Colombia dependen en gran medida de la implementación de un enfoque de sistemas hacia su principal mercado: Estados Unidos. En este sentido, algunos productores están siendo monitoreados y probados para cumplir con esta ambición. Actualmente, las alternativas disponibles, según el protocolo para el envío a Estados Unidos, son el tratamiento con bromuro de metilo al arribo —poco deseado— o un tratamiento en frío durante 14 días en tránsito.
En 2023 hubo un avance, ya que representantes de la industria informaron que Estados Unidos aprobó el enfoque de sistemas, cuya implementación tomaría cerca de dos años. Esto permitiría reducir los tiempos de envío a tan solo siete días desde la cosecha hasta los puertos de Florida. Sin embargo, los elevados costos del transporte interno en Colombia, sumados al flete marítimo, reducen la brecha de costos con el transporte aéreo, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones productoras.
En 2023, Colombia logró acceso al mercado canadiense, con los primeros envíos de prueba a inicios de 2024. También se observa una incipiente diversificación hacia mercados no tradicionales como Tailandia, Arabia Saudita, Panamá y Curazao.
Falta de variedades, un obstáculo a vencer
Uno de los principales obstáculos para la industria colombiana es la limitada disponibilidad de material vegetal, especialmente de variedades propietarias. Actualmente predomina la variedad Biloxi, seguida de Emerald, Legacy y Victoria, cultivares que pierden preferencia entre minoristas internacionales. Aunque los productores desean acceder a nuevas genéticas, los viveros enfrentan largos retrasos en la entrega de material.
Empresas vinculadas a grandes compañías de arándanos o criadores de EE. UU., Chile, España y Australia producen volúmenes limitados de variedades genéticas propietarias donde también están realizan ensayos. En el último año se establecieron menos de 30 hectáreas nuevas de arándanos, mayoritariamente con variedades abiertas como Emerald y Legacy, aunque se proyecta un aumento de pedidos a los viveros en los próximos 12 meses.
Arándanos tropicales de altitud
A diferencia de Perú, cuyo desarrollo se apoyó en variedades genéticas de bajo requerimiento de frío en la costa, en Colombia las empresas internacionales de Chile, Estados Unidos y otros, han apostado por plantaciones entre los 2.600 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, bajo el concepto de “arándanos tropicales de altitud”.
El sistema de cultivo colombiano se asemeja a la producción perenne sin frío del centro de México, pero sin un patrón de estacionalidad definido. Actualmente se registran tres picos productivos: el primero y de mayor volumen es en noviembre-diciembre, seguido por mayo-junio y septiembre. La mayor parte de las plantaciones se ubica en las llanuras montañosas de Boyacá y Cundinamarca, al norte de la capital de Colombia, Bogotá, donde la escasa diferencia en las horas de luz durante todo el año permite manejar la poda para inducir producción de acuerdo con las necesidades de cada finca.
Retos y expansión de la industria
La producción en estas zonas presenta diversos desafíos: los agricultores enfrentan noches frías y lluviosas seguidas de días cálidos. El cultivo a campo abierto sigue siendo el sistema predominante, para la mayoría de los cultivos en Colombia, incluidos los arándanos, pero para los productores que cultivan bajo sistemas protegidos, los macro-túneles, similares a los que se utilizan en México, se han convertido en la opción preferida por sobre los invernaderos, teniendo estos últimos también, una parte de producción.
El resto de las plantaciones se concentra en Antioquia —donde un censo reciente reveló menor superficie de la estimada previamente— y en el sur del país, cerca de la frontera con Ecuador. La superficie plantada de arándanos en Colombia, se ha multiplicado por diez desde 2016, situando a Colombia por encima de Uruguay, el productor sudamericano de larga data en términos de industria, aunque todavía muy por debajo de Argentina.
Se estima que hay 600 productores en el país, pero solo tres que tienen fincas más grandes de 20 hectáreas. La más grande de estas es un productor colombiano que ha representado la mayor parte de un programa de exportación incipiente, centrado principalmente en Estados Unidos.
Para los próximos dos años se proyectan nuevas plantaciones impulsadas por inversionistas nacionales y extranjeros. Entre ellas destaca una empresa conjunta con variedades propietarias australianas que espera alcanzar 50 hectáreas en dos o tres años, además de diversos proyectos respaldados por capital inversionista estadounidense y chileno.
Con la expansión de la superficie cultivada y una mayor inversión en la calidad varietal, la industria colombiana de arándanos podría experimentar un repunte significativo en los próximos años, consolidándose como una alternativa confiable para mercados estratégicos como Estados Unidos, Europa y Asia.