Una temporada agitada
Pese a que los resultados fueron inferiores a los que se esperaban en un comienzo, la última temporada dejó bastante conformes a los productores de arándanos nacionales. Después de todo, los envíos superaron las 91 mil toneladas, cifra levemente más baja que la conseguida en la campaña pasada.
Este resultado estuvo relacionado, en gran medida, con los efectos provocados por la primavera lluviosa, lo que implicó que mucha fruta viera afectada su calidad. Esto, a su vez, generó que la temporada se atrasara y que muchos de los envíos originalmente pactados debieran ser reprogramados.
«Muchos exportadores se encontraron con fruta de baja calidad, que no reunía las características para ser exportada a mercados lejanos. Por lo mismo, prefirieron enviarla a un destino más cercano como Estados Unidos, que se encuentra a 12-13 días, versus Europa y China que están bastante más lejos», explica Manuel Alcaíno, presidente de Decofrut.
Por otro lado, la buena cotización que alcanzó el dólar respecto de otras monedas también fue un incentivo para que los exportadores optaran por enviar buena parte de su fruta a Estados Unidos.
«Los exportadores estaban buscando mercados donde la divisa norteamericana fuera la principal moneda de transacción», asegura Andrés Armstrong, gerente del Comité de Arándanos.
Afortunadamente para los exportadores, el aumento de oferta en el país del norte no influyó demasiado en los precios, los cuales fueron similares a los del año pasado, promediando
US$ 8,7/kg. Situación distinta es la que se dio en Europa, donde los menores volúmenes hicieron que los precios se mantuvieran más altos que en la campaña anterior. De hecho, el valor promedio para esta temporada alcanzó los EUR 9,8/kg, cifra 6% más alta que la obtenida en 2014/2015.
«Pese a ello, esto no alcanzó para compensar completamente el menor volumen enviado», agrega Gabriel Layseca, analista de mercado de iQonsulting.
En China, en tanto, el precio promedio en la última temporada llegó a US$ 19,5/kg, cifra que alcanzó para compensar el menor volumen enviado.
El cambio de escenario
Pero por estos días en el sector no solo analizan lo ocurrido en la última temporada, sino que también les prestan atención a las señales que desde hace algún tiempo emanan desde los mercados internacionales y que se relacionan con la necesidad de comercializar solo fruta de alta calidad.
«Antes se podía llegar a los mercados con fruta que no tenía la mejor condición e igual se vendía, debido a que los volúmenes no eran suficientes. Hoy, en cambio, la necesidad de que la fruta llegue en óptimas condiciones es primordial», dice Andrés Armstrong.
De acuerdo con cifras que se manejan en el sector, Chile cuenta en la actualidad con un potencial que le permite exportar fácilmente 110.000 toneladas, gracias a que posee casi 20.000 hectáreas en producción. El problema, dicen, es que un porcentaje importante de esa cifra corresponde a fruta que no cumple con los requerimientos de los mercados, en cuanto a calibre (12 mm como mínimo) y firmeza.
«Creo que el tercer tercio de la cosecha chilena, que corresponde a alrededor del 10% del volumen total, presenta problemas de calidad, ya que le falta materia seca y solidez. Así, a menudo no llega bien a los mercados. Por lo tanto, creo que esa fruta no debería ser exportada», indica Manuel Alcaíno.
La idea del presidente de Decofrut apunta a que ese remanente sea enviado a la industria del congelado, lo que a su juicio le permitiría a la industria local contar con una oferta para el mercado de fresco mucho más sólida y de mejor calidad.
«No se debe olvidar que en la liquidación que se les hace llegar a los productores,las exportadoras incorporan todos aquellos problemas que se produjeron en destino, incluyendo los rechazos. Por lo mismo, si logramos disminuir o eliminar esos problemas las liquidaciones mejorarán muchísimo», agrega.
Fuente: El Mercurio
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