Agricultura protegida: Precipitaciones en primavera y verano configuran un escenario de alta vulnerabilidad en producción de arándano del sur de Chile

La producción de arándanos presenta brechas de productividad, fruta fresca embalada y condición de fruta en destino. Lo anterior ocasionado frecuentemente por eventos climáticos extremos ocurridos en épocas críticas del cultivo, y que sin duda limitan la competitividad en esta importante área de producción.

Precipitaciones en floración y en período cosecha son las causas de mayores pérdidas de productividad y condición de fruta en destino. Al respecto, estudios realizados por INIA han determinado que lluvias de primavera tienen una directa relación con la productividad del cultivo. Dependiendo de la distribución y frecuencia de las precipitaciones en floración -periodo más vulnerable- se producen caídas importantes en el rendimiento.

De acuerdo a Abel González, especialista de INIA-Carillanca, las precipitaciones mayores a 75 mm en pleno estado de floración ocasionan fuertes caídas en el número de yemas cuajadas, con caídas de rendimiento de hasta un 45%, respecto a un año normal.

Tabla 1: Distribución y acumulación de precipitaciones (mm) en periodo de cosecha, en tres regiones del sur de Chile. Temporada 2013-14.   

Fuente: Elaboración en base a información registrada por www.agromet.inia.cl

Por otra parte, en verano existen probabilidades altas de precipitación (Figura 1). Así, dependiendo del número e intensidad de las precipitaciones, ha sido posible evaluar que hasta un 40% del total de la fruta de un huerto es destinado a IQF luego de 4 eventos mayores a 10 milímetros de precipitación. Otro aspecto negativo atribuible a las precipitaciones en verano es la influencia de éstas en la frecuencia de cosecha. Al producirse un evento de lluvia las labores de cosecha deben detenerse hasta que la fruta sea secada por el sol, produciéndose colateralmente sobre madurez y ablandamiento de los frutos cosechados en un verano lluvioso. Sumado a lo anterior, la fruta embalada para fresco en años con altas precipitaciones en cosecha presenta problemas de condición en destino expresados principalmente en la presencia del micelio de Botrytis cinerea, ablandamiento y deshidratación.

Figura 1. Número e intensidad de precipitaciones efectivas (>10 mm) para tres regiones productivas en periodo de cosecha en la zona sur de Chile. Temporadas 2011-2012 a 2016-2017.

“La interacción de todos los eventos mencionados sin duda influye y limitan la obtención de una fruta con buena calidad en destino, y no existe tecnología de postcosecha que pueda solucionar un problema generado durante la precosecha”, señala Portal Frutícola, Bruno Defilippi, especialista de la Unidad de Postcosecha de INIA.

¿Por qué la protección de cultivos?

El nivel de riesgo climático en la actividad agrícola, es el resultado de la interacción entre los componentes de amenaza y vulnerabilidad. Sin duda ha quedado en evidencia que las precipitaciones son una de las principales amenazas que limitan la competitividad de la industria de arándanos.

En efecto, el cultivo es vulnerable no sólo en verano durante la etapa de cosecha, como normalmente se pensaba,  sino que de acuerdo a los estudios realizados dicho período es mayor y se extiende desde plena floración en adelante”, indica González.

Por lo tanto, frente a la evidencia, se hace necesario adoptar medidas de protección que permitan disminuir al máximo la vulnerabilidad del cultivo y con ello hacer más competitivo el negocio”, agrega.

En dicho escenario, es pertinente que a nivel de industria se analice desde distintos ángulos la configuración de variedades en cada huerto. Más aún, cuando en la actualidad en la zona sur del país, más del 80% de la superficie está constituida por variedades de floración larga, por lo tanto de alta vulnerabilidad. En este sentido, es necesario considerar en los actuales estudios de validación de nuevas variedades de arándanos, que incluyan la determinación clara y precisa del comportamiento fenológico de la variedad en cada zona agroclimática. Dicho lo anterior, es posible deducir que es fundamental para que una nueva variedad, pueda expresar el potencial genético, deberá adecuarse a las condiciones climáticas del sur de Chile, no solo en lo referente a parámetros térmicos.

De esta manera, una variedad de alto nivel productivo, expresará todo su potencial, en la medida que muestre floraciones tardías y cuya extensión del período no supere los 30 días. Lo anterior por lo demás, es consecuente con la idea de buscar variedades cuyas cosechas concentradas permitan una productividad de mano de obra, al contener más fruta por cada cosecha.

En paralelo, es necesario evaluar la pertinencia de usar tecnologías de protección de cultivos, y con ello disminuir los riesgos climáticos propios del sur de Chile, u otra zona con restricciones climáticas similares. Los equipos de trabajo de la Plataforma Frutícola de INIA Carillanca y la Unidad de Postcosecha de INIA La Platina, están desarrollando un proyecto cuyo objetivo central es determinar el impacto en productividad, fruta embalada (calidad a cosecha) y el potencial de almacenamiento en postcosecha (calidad postcosecha), del uso de dos tipos de coberturas (RAFIA y LDPE) de protección al efecto de las condiciones ambientales extremas, ocurridos en periodos críticos durante floración y desarrollo del fruto, como son las precipitaciones, las heladas y temperatura excesiva, considerando tres zonas de producción.

Un segundo proyecto financiado por Corfo, como lo indica Bruno Defilippi, y desarrollado en conjunto con la Universidad de Concepción, Asoex (Comité de Arándanos) y FDF, tiene por objetivo definir un paquete tecnológico de manejo en variedades de recambio producidas bajo un sistema de cobertura. Como lo señala el Dr. Defilippi, sólo entendiendo bien cuáles, y cómo las variables de manejo y climáticas afectan el rendimiento y calidad de fruta, permitirá un establecimiento adecuado de estas tecnologías para permitir ofertar, por parte de productores y exportadores, un arándano de excelente calidad global tanto en aspectos de apariencia, textura o firmeza, y sabor.

Estos trabajos están siendo financiados por los siguientes proyectos CORFO:

Tecnologías de protección en huertos de arándanos para mitigar los riesgos climáticos y su impacto en el rendimiento y la calidad en pos cosecha de fruta destinada al mercado de exportación como fresco”.

Programa Tecnológico para la Fruticultura de Exportación Zona Centro Sur. Paquete tecnológico del manejo de postcosecha de nuevas variedades de recambio de arándanos. 

Fuente: Portal Frutícola

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