Arturo Calderón: “No da lo mismo regar con malla, plástico, rafia o al aire libre”

El profesor asociado de la Universidad de Concepción se refirió a la importancia y las diferencias del riego en arándanos, según los objetivos del productor y la respuesta fisiológica de la planta a sus condiciones medioambientales.

Para enfrentar la larga sequía que sufre Chile y el aumento de la competitividad a nivel internacional en el mercado del arándano, Arturo Calderón presentó los resultados de sus investigaciones en la charla titulada “¿Cómo determinar la frecuencia de riego en arándanos?” durante el Taller Técnico “Recambio varietal y optimización del manejo agronómico de arándanos para mejorar rendimientos y calidad de fruta en la zona sur de Chile” organizado por el Comité de Arándanos de Chile (ASOEX).

“Mejores mediciones son mejores decisiones”

La cuña del título fue afirmada por Calderón mientras mostraba a través de fotos la construcción de una calicata, intervención necesaria para una forma de medición económica y costeable para los pequeños y medianos productores: los sensores de humedad. En la calicata se establece un grilla en donde se van asignando las distintas mediciones de humedad del suelo por zona. De esta forma se puede entender cómo se distribuye el agua de regadío y las necesidades del sistema radicular de la planta.

“Esta tecnificación también requiere conocer tu suelo. La utilización del sensor requiere tener un conocimiento de la física de los suelos y la curva de retención de humedad. No basta con solamente mirar los gráficos, ya que, por ejemplo, a la misma medición de humedad, un suelo arcilloso puede estar más lejos de su capacidad de campo que uno arenoso”, resaltó.

Además, el doctor de horticultura y agronomía de la Universidad California Davis, explicó que el sistema anteriormente explicado no es exacto. “La húmedad del suelo no está linealmente relacionada con el estado hídrico de la planta”, establece el investigador en base a sus estudios. 

Sobre otros métodos de medición, Calderón afirmó que “generalmente, los más costosos son aquellas estaciones que tienen telemetría. Son estaciones que tiene la capacidad de medir a distintas profundidades, y que van asociados a software de manejos en donde tu puedes ver en tu teléfono o computador, la desecación del suelo en distintas profundidades. Su costo, puede superar largamente los 3 millones de pesos”, indicando su efecto negativo en la rentabilidad de la mediana y pequeña agricultura. 

Estrés hídrico en agricultura protegida

El potencial hídrico cuantifica la tendencia del agua de fluir desde un área hacia otra por ósmosis, gravedad, presión mecánica o efectos métricos. Este flujo es menor entre más severo sea el estrés hídrico, convirtiéndose un indicador de este último fenómeno.  

Calderón decidió investigar el efecto del potencial hídrico en la conducta estomática de las hojas, en escenarios de estrés hídrico moderado-severo, leve-moderado, y sin estrés hídrico, usando cultivos de arándanos protegidos por rufia, malla, plástico o sin protección (al aire libre).

El cierre de los estomas de las hojas es una de las primeras respuestas de la planta al estrés hídrico, limitando el proceso de fotosíntesis y el ingreso de dióxido de carbono a la planta, lo cual termina mermando la calidad y cantidad de los frutos.

Los resultados del estudio demostraron que los cultivos cubiertos con malla son los que peor conductancia estomática de las hojas tienen cuando existe estrés hídrico moderado-severo, el peor de los tres indicadores. Sin embargo, la relación entre la conducta estomática y su potencial hídrico, no es lineal para los arándanos al aire libre y cubiertos con malla.

Es así que cuando el estrés hídrico es leve-moderado, la cubierta con malla tiene mejor potencial hídrico que los otros cultivos estudiados (rafia, plástico o al aire libre). 

Al contrario, cuando el estrés hídrico de la planta es moderado-severo, el tipo de cultivo con mejor resultado es el que está cubierto por rafia, levemente superando el cultivo cubierto con plástico.

Tras su presentación, se le preguntó al experto sobre los momentos más “sensibles” al riego durante el cultivo del arándano, término que mencionó durante su charla. Al respecto, señaló que aunque para obtener una buena calidad, toda la producción puede ser sensible al estrés hídrico, el resalta la “etapa 1” (inicial) del cultivo del berry como clave.

“Es cuando se produce la división celular, todas las células que van a estar en ese fruto de arándano al final de la temporada, se producen durante los primeros 30 días, y además se produce la elongación celular que es la que nos va a dar cerca del 60-70% del tamaño final. Entonces esta época, desde el punto de vista de calibre, es la más relevante”.

Finalmente el experto cierra haciendo un llamado a la investigación de la relación entre el riego y las distintas variedades de arándanos. “Cuando uno hace una encuesta sobre la importancia del riego para la producción, más del 80% dice que es sumamente importante. Y cuando se pregunta cuánto tiempo destina a la ejecución de un programa de riego, es menos del 10% del  tiempo trabajado. Entonces es sumamente importante que se hagan estudios específicos que nos permitan entender esta relación”.

Fuente
Catalina Pérez R. - Blueberries Consulting

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