Las importaciones de arándanos a Estados Unidos han alcanzado niveles récord, con una demanda de producto todo el año en constante crecimiento. Según el U.S. Highbush Blueberry Council (USHBC), con sede en Folsom (California), el consumo ha aumentado considerablemente en las dos últimas décadas. El consumo per cápita pasó de 0,26 libras en 2000 a 2,54 libras en 2021.

En 2024, las importaciones estadounidenses de arándanos frescos alcanzaron los 684 millones de libras, un 22% más que el año anterior y valoradas en 2.180 millones de dólares. El Servicio de Investigación Económica (ERS) del USDA informó que los arándanos se clasificaron como la cuarta importación de frutas frescas más valiosa después de los aguacates, las bananas y las uvas.

«Los consumidores quieren arándanos todo el año», afirma Marc Goldman, director de frutas y hortalizas de los supermercados Morton Williams de Nueva York. «Durante el otoño, el invierno y la primavera, la fruta importada ha demostrado su solidez y fiabilidad para las promociones nacionales, con consistencia en la cadena de suministro, calidad y perfil de sabor», añade Tom Linaris, de Katzman, encargado de compras de berries en Hunts Point Terminal Market.

Perú, México y Chile representan casi el 90% de las importaciones estadounidenses de arándanos, que complementan la producción nacional de 38 estados, encabezados por Washington, Oregón y Georgia. La cosecha de Perú alcanza su punto álgido entre octubre y diciembre, México suministra de septiembre a mayo y Chile envía de diciembre a febrero. Canadá, Argentina, Uruguay y Colombia también suministran fruta durante periodos estacionales más cortos.

«Aproximadamente dos tercios de los arándanos frescos que se venden en EE. UU. son importados, por lo que estas ventanas son críticas para nosotros», destaca Stevie Shandler, de Shapiro-Gilman-Shandler Co., sita en Los Ángeles. Perú y Chile siguen sujetos a un arancel recíproco del 10%, mientras que México y Canadá están exentos.

Brian Bocock, vicepresidente de gestión de productos de Naturipe Farms, dice que tanto Chile como México se están «reinventando a través de una genética mejorada que se centra en la firmeza y el sabor». Colombia también está ampliando su presencia en la ventana de principios de temporada, de febrero a abril.

Los retailers han diversificado su oferta de arándanos por tamaño, envasado y tipo de producción. «Los arándanos de tamaño gigante saltan a la vista en los estantes y han cambiado las reglas del juego para atraer valor a la categoría», afirma Jason Kazmirski, de Charlie’s Produce, de Seattle. Los arándanos ecológicos representan ya cerca del 15% del total de las importaciones estadounidenses.

Kasey Cronquist, presidente de la USHBC, dice que la fruta importada permite que haya oferta continua durante todo el año. «Estas importaciones complementan la producción nacional y permiten que el consumidor tenga arándanos disponibles todo el año».