Bases para realizar una adecuada elección de variedad

A partir de ciertos factores clave para el cultivo del arándano, existen cultivares que se ajustan mejor que otros a las distintas regiones del país. Conozca los factores que le permitirán tomar la mejor decisión a la hora de elegir una variedad.

Pese a lo que se pueda pensar, el arándano es una planta rústica. Pero, si bien se ha adaptado bien al país, no todas las variedades se desempeñan igual en las distintas regiones del país.

A medida que aumenta el cultivo en el país ha quedado claro que resulta crucial elegir las variedades de acuerdo con las características climáticas y geográficas del lugar donde se instalará el cultivo.

«Cada especie y variedad tiene requerimientos agroclimáticos específicos, lo que permite deducir cuál será su mejor nicho ecológico en nuestro país», indica Walter Lobos, director del Departamento de Producción Agropecuaria de la Universidad de La Frontera.

¿Cuáles son las variedades que mejor responden en cada región? «Hay variedades para todos los climas donde haya actividad agrícola, por lo que el tema pasa por elegir los cultivares que cumplan con los requisitos de calidad y producción que hagan rentable el cultivo», indica Raúl Olivares, gerente de producción de Driscoll´s Chile.

Cuando empezó en Chile el desarrollo comercial del arándano, a mediados de los ochenta, la idea de los expertos era desarrollar esta especie desde Chillán al sur, para lo cual se contaba con variedades como blue haven, stanley, bluejay, blueray; herbert, patriot, ivanhoe y otras. Con el tiempo algunas fueron reemplazadas por variedades con mejores expectativas de producción y calidad, como elliott; bluecrop; blue gold; brigitta y otras.

«Muchas aún están presentes en el espectro de variedades que se utilizan en el sur de Chile», asegura Walter Lobos, de la Universidad de La Frontera.

Uno de los principales problemas de la época era la mala calidad que tenía mucha de la fruta que se cultivaba. Por ejemplo, patriot o herbert destacaban por generar una baya de buen tamaño, pero con reducida firmeza.

«Cuando al principio se exportaba por avión, eso no importaba. Hoy, en cambio, cuando la mayoría de la fruta se transporta en barco, sí importa. Así, esas variedades han ido quedando fuera, debido a que no resisten el viaje», comenta Humberto Serri, académico del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción.

A fin de elevar la producción y abordar más mercados, la estrategia de la industria apuntó a ampliar la zona de plantación desde la Región de Coquimbo a la del Maule. Para ello se comenzó a trabajar con variedades provenientes de centros de mejoramiento, cuyos climas fueran menos restrictivos y más benignos. En ese grupo destacan o’neil; duke; legacy, star y jewel.

Así, en los últimos 15 años se han visto avances que han permitido ampliar la disponibilidad de material vegetal.

Conocer para diferenciar

En ese sentido, la mejor forma de no equivocarse en la elección de la variedad será realizar una completa evaluación, la cual comienza en el predio, identificando los factores que no se pueden controlar y que determinan el desarrollo del cultivar. Por ejemplo, el nivel de pH del suelo (predio), su conductividad eléctrica y la disponibilidad de horas frío (comuna-región). El siguiente paso será distinguir los cultivares que mejor se ajustarán a esas condiciones y los que tendrán mejor desempeño en ese huerto.

«Una variedad puede estar creciendo en San Fernando y en Temuco, y tener un comportamiento distinto, sin ser malo ni que haya que descartarlo, pero en un sector va a tener ciertas ventajas más que en el otro», dice Walter Lobos.

De acuerdo con la experiencia del especialista, no más del 20% de los productores recibe asesoría técnica de este tipo.

Características y aptitudes

Las condiciones ideales para cultivar arándanos (dependiendo de la variedad) son, en general, contar con suelos cuyos niveles de pH varíen entre 4,5 y 5,5 y tener disponibilidad de horas frío (con umbral de 7º C), con el fin de dar cumplimiento al receso invernal (los cultivares northern higbush necesitan entre 800 y 1.100 horas, mientras que los southern highbush requieren entre 400 y 500 horas).

En las regiones del Maule y del Biobío, por ejemplo, los suelos tienen un pH que, en general, llega a 7 y, dependiendo de la zona, pueden disponer de hasta 1.000 horas frío. Al avanzar hacia el norte, la acidez del suelo aumentará, mientras que la disponibilidad de horas frío se reducirá. Aun cuando se tenga claridad acerca de los índices que existen en cada zona, es importante conocer los requerimientos de cada cultivar, pues estos, en algunos casos, son inferiores a los rangos mencionados.

«Considerando ambos factores, las variedades de bajo requerimiento de horas de frío invernal y de alta sumatoria de días grado se ´adaptan’ mejor a zonas del norte o centro-norte del país; por el contrario, las variedades originadas en áreas de clima frío tendrán como requerimiento lo contrario, por lo que se adaptarán mejor a las zonas centro-sur y sur del país», señala Walter Lobos.

Raúl Olivares, por ejemplo, destaca duke, variedad que posee un alto requerimiento de frío y que por estos días aún se encuentra vigente. «En climas templados, en tanto, la variedad estándar por muchos años ha sido o’neal», agrega.

Nuevo material vegetal

De acuerdo con el estudio «Actualización de la Comercialización de Plantas Frutales, Vides y Plantines de Hortalizas en Chile» de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), durante 2014 se comercializaron 35 variedades de plantas de arándano en el país, de las cuales 15 correspondieron a cultivares protegidos.

Hoy, en el país se comercializan cultivares para todos los climas. Los del tipo evergreen, con bajo requerimiento de frío, por ejemplo, pueden ser plantados desde Ovalle hasta Rancagua, pero también desde el secano costero interior hasta la Región del Biobío. Los de alto requerimiento de frío, en tanto, se adaptan a la zona precordillerana (oriente de la Ruta 5) desde Rancagua hasta Los Ángeles, pasando por todo el valle hasta Osorno e incluso más al sur.

«Todo esto debe matizarse con variedades que son un poco comodín, como legacy, con los microclimas de cada región, y con la opción de usar túneles de plástico para tener condiciones que permitan una cosecha más temprana», indica Raúl Olivares, quien precisa que pese a que algunos cultivares evergreen ya se están probando en el país, aún no existen conclusiones respecto de su desempeño.

Dentro del grupo de los southern y northern highbush, existen nuevos cultivares desarrollados a través de programas de mejoramiento privados, los cuales han mostrado diversos resultados. Sin embargo, dado que su comercialización muchas veces contempla el pago de un royalty, no siempre es posible conocer su desempeño.

Fuente: Especial Berries. El Mercurio 

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