Catalogan otro herbicida como “posiblemente cancerígeno”
Apenas tres meses después que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (International Agency for Research on Cancer-IARC) incorporara al glifosato a la lista de substancias “probablemente carcinógenas” para humanos, el grupo ha determinado que existe un posible vínculo entre otro herbicida y la enfermedad.
En The Lancet Oncology, un grupo de trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) describió al químico 2,4-D como “posiblemente cancerígeno para los seres humanos”.
“Hay fuertes indicios de que el 2,4-D induce estrés oxidativo, un mecanismo que puede funcionar en seres humanos, y evidencia moderada que el 2,4-D causa inmunosupresión, basados en estudios in vivo e in vitro. Sin embargo, los estudios epidemiológicos no encontraron aumentos fuertes o constantes de riesgo de LNH [linfoma no-Hodgkin] u otros tipos de cáncer en relación con la exposición de 2,4-D”, señala el documento de la IARC.
Los autores también informaron que las inyecciones de la sustancia química llevaron a un aumento en la incidencia del sarcoma en las células reticulares de ratones hembras, mientras que el 2,4-D en la dieta induce una tendencia positiva en la incidencia de los astrocitomas cerebrales, raros en las ratas macho.
“El grupo de trabajo concluyó que había pruebas limitadas en animales de experimentación para la carcinogenicidad del 2,4-D, debido a las preocupaciones metodológicas con respecto a los estudios positivos, aunque una minoría sustancial juzgó que la evidencia era suficiente”, dijo el grupo en The Lancet Oncology.
Por su parte, Dow AgroSciences, que utiliza el químico en sus productos de protección de cultivos, se manifestó contra el hallazgo y acusó a la agencia por investigar si una sustancia “podría ser” un agente carcinógeno en lugar de si se trata de un carcinógeno en “circunstancias del mundo real”.
“Ningún herbicida se ha estudiado más a fondo y ningún cuerpo normativo nacional en el mundo considera el 2,4-D cancerígeno”, dijo el líder mundial de ciencias normativas y asuntos regulatorios de Dow AgroSciences, John Cuffe en un comunicado.
“De hecho, la IARC declaró que hay ‘pruebas insuficientes’ para la carcinogenicidad en seres humanos. Los hallazgos de IARC sobre el 2,4-D no son la última palabra aún dentro de la OMS, cuya JMPR [Reunión Conjunta sobre Residuos de Plaguicidas] no tiene en cuenta la manipulación y uso de herbicidas 2,4-D aprobados para plantear un riesgo de cáncer”.
“IARC ha clasificado los productos que utilizamos como carcinógenos potenciales, incluyendo el café, el aloe vera, y verduras en escabeche”, detalló.
Ken McCauley, productor de Kansas y ex presidente de la Asociación Nacional de Productores de Maíz, dijo en el comunicado que estaba muy preocupado por clasificaciones como esta ya que podrían ser mal interpretadas por el público en general.
“Los herbicidas como el 2,4-D son esenciales para la agricultura moderna, ayudando a producir más alimentos, control de malezas, utilizan menos recursos y reducen nuestros costos, que en última instancia, ayudan al consumidor”, dijo McCauley.
“Sobre la base de todos los estudios y revisiones del gobierno, creemos que los herbicidas 2,4-D son seguros o no los usaríamos”, concluyó.
Desde su introducción en 1945, el 2,4-D ha sido ampliamente utilizado para el control de malezas en agricultura, silvicultura y entornos urbanos y residenciales. Las exposiciones ocupacionales a 2,4-D pueden ocurrir durante la fabricación y aplicación, mientras que la población en general puede estar expuesta al químico a través de los alimentos, el agua, el polvo o la aplicación residencial.
Fuente: Portal Frutícola
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