La ingeniera agrónoma Betina Ernst, de Top Info marketing ha compartido un análisis informativo respecto a lo sucedido con la exportación de cerezas al mercado chino, en donde “a mediados de año una noticia cayó como una bomba. En los medios sociales circuló la noticia de que en un lote de cerezas importadas se había detectado Covid. Aunque este hecho nunca fue confirmado por fuentes oficiales, el rumor se difundió rápidamente provocando un total derrumbe del mercado. Las ventas y los precios cayeron a niveles mínimos”.

Cereza, la niña bonita

El informativo destaca que en Chile la cereza es una historia de éxito. Como ha sido el descubrimiento del arándano. Las enormes posibilidades que ofrece China y los atractivos precios impulsaron que la zona central de Chile se volcara al cultivo de la cereza. Este gran desafío, de un cultivo complicado que requiere de última tecnología y grandes inversiones, las empresas chilenas lo asumieron a tal punto que actualmente la cereza es la principal fruta exportada por Chile. Según el informe, un 30% del valor de las exportaciones de fruta fresca de Chile es aportado por las cerezas. Le siguen en importancia las uvas con un aporte del 21%-24% y las manzanas con un 12%-14%.

Para los chinos la cereza simboliza la perfección, eternidad, fortuna y prosperidad y es considerado un artículo de lujo que se regala en ocasiones especiales. Su consumo ha logrado conquistar a las clases media-alta y alta de ese país. Muy importante es el festejo del Año Nuevo chino, donde la cereza empieza a adquirir cada vez mayor importancia como adorno y regalo, no solo por las cualidades propias del fruto, sino que también por su color. El rojo es muy importante en la cultura china.

“Chile logró avanzar en este mercado al esforzarse en enviar cerezas de gran tamaño, excelente calidad y cajitas atractivas. Las mejoras en la técnica de conservación hicieron posible el envío marítimo, el cual se utiliza en el 90% de los casos. Solo al principio de la campaña y en situaciones puntuales de escasez se opta por los envíos aéreos. En una década los volúmenes enviados a China se multiplicaron por 10”.

El desplome

Pero no todo es rosa en el mundo de la cereza y en China, destaca el informe. “La última campaña lo mostró con toda rudeza”.

De manera cronológica, recoge la experta, “la campaña se inició en forma promisoria. Los pausados envíos iniciales, menor uso del avión por la pandemia y la recuperación de la economía china determinaron elevados precios iniciales. A partir de fines de diciembre los arribos se tornaron muy voluminosos, cayendo los precios por debajo de los años previos. La mayor oferta no preocupaba, dado que el festejo de Año Nuevo chino iba a ser más tarde, dando suficiente plazo para su comercialización. Pero a mediados de año una noticia cayó como una bomba. En los medios sociales circuló la noticia de que en un lote de cerezas importadas se había detectado Covid. Aunque este hecho nunca fue confirmado por fuentes oficiales, el rumor se difundió rápidamente provocando un total derrumbe del mercado. Las ventas y los precios cayeron a niveles mínimos. Esto se dio en plena campaña, cuando había miles de toneladas en el agua y en los mercados sin poder venderse, deteriorándose o malvendiéndose con las consiguientes enormes pérdidas económicas. La desesperación de todos fue más que claro. Inmediatamente el gobierno chileno junto con el sector tomó medidas. En coordinación con el gobierno chino lanzaron una fuerte campaña para desmentir el rumor y lanzar a la cereza como fruta sana y atractiva. Los medios masivos, así como edificios en las principales urbes se vistieron del rojo de la cereza. Lentamente se recuperó la confianza del consumidor y paulatinamente se recuperaron las ventas. A pesar de ese esfuerzo, los resultados de la segunda parte de la campaña china no fueron los mejores”.

Lecciones

“Los tropiezos en China mostraron claramente el riesgo de la dependencia de un solo mercado”. En los restantes mercados o destinos la cereza es una fruta sin atributos especiales. Cuando las cerezas llegan a los mercados del norte tienen que competir con frutas tropicales, subtropicales u otras de contraestación. Pocas cadenas las trabajan y no hay muchas ofertas ni promociones. “Una parte importante se comercializa a través del sector Horeca o de especialistas, que son los canales más afectados por la pandemia”.

Renacimiento argentino

En el caso de Argentina, el informe de Top Info destaca que tradicionalmente el cultivo se concentraba en Mendoza, pero problemas climáticos, plantaciones viejas, variedades inadecuadas, bajos rendimientos hicieron decaer dicha producción.

El resurgimiento de la cereza en Chile también contagió a Argentina, realizándose grandes cambios para hacer este cultivo nuevamente atractivo y los cultivos se mudaron al sur. Actualmente dos tercios de la producción se ubican en la Patagonia y un tercio en Mendoza. Las nuevas plantaciones se instalaron con última tecnología y nuevas variedades, demandadas por los mercados.

“Estos cambios se reflejan en las exportaciones que volvieron a crecer. De las 1.500 tons hace 6-7 años, a las 6.500 tons actuales. Comparado con Chile son volúmenes muy pequeños. Pero para Argentina, en la cual el contexto para la fruticultura es menos favorable y la exportación de frutas está estancada, es un éxito y se espera poder continuar con el crecimiento”.

Conclusiones

El informe de Betina Ernst indica que el negocio de la cereza seguirá creciendo, como un cultivo caro, que requiere de última tecnología y elevados riesgos. Por ahora China está dispuesta a pagar elevados precios, justificando la inversión. “Pero los fake news que arruinaron parte de esta campaña son una alerta, ante las nuevas amenazas a las que se enfrenta el mundo frutícola”.

El análisis sostiene que Chile se mantendrá como principal líder, con un volumen de envíos de 350.000 tons para la campaña 2020/21, seguido de Argentina, con 6.500 tons; Australia, con 5.000 tons; Nueva Zelanda, con 3.200 tons; y Sudáfrica con 150 tons. Perú está estudiando las posibilidades, “pero por ahora las exigencias agroclimáticas no permiten implantar los cultivos en otras regiones que las clásicas”, finaliza la ingeniera agrónoma.