Chile lidera segunda categoría de mayor riesgo de estrés hídrico en el mundo
Un cuarto de la población mundial -que ya llega a los 7 mil millones de habitantes- se encuentra en un país que está en condiciones «extremadamente altas» de estrés hídrico. Esto significa que la necesidad de agua que existe en estas localidades es mayor a los recursos existentes. En este listado, Chile viene inmediatamente después con sólo 0,04 puntos de diferencia.
De acuerdo al Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) en estos países en peor situación en el planeta entran varios puntos en juego, por ejemplo, la agricultura, las industrias y la administración municipal son las responsables de extraer más del 80% de los recursos. Aquí está en primer lugar Qatar (4,97), Israel (4,82) y el Líbano (4,82) en los primeros lugares, una lista de 17 naciones entre las que también se encuentra India (4,12) en el lugar 13, seguido por Pakistán con 4,05 puntos. El trabajo, que incluye a 157 países de los que se tiene información, fue publicado este martes por el organismo internacional para aumentar las alertas sobre la necesidad de proteger los recursos.
En la siguiente categoría en nivel de riesgo Chile se encuentra liderando la tabla con 3,98 puntos, seguido por Chipre y Yemen, en esta situación de «alto» riesgo también se encuentran Marruecos (3,89), México (3,86), España (3,74), Egipto (3,07) y es cerrado por Italia en la posición 44 con sólo 3,01 puntos. En este nivel, cada año se extrae más de 40% de los suministros disponibles de agua. Uno de los mayores problemas que genera el estrés hídrico que la diferencia entre al agua disponible y la que se utiliza en diversas áreas de desarrollo puede acercar a los países a su «día cero», tal como ocurrió con Ciudad del Cabo en Sudáfrica el año pasado, ante las constantes sequías que están ocurriendo en el planeta. Para evitar estas situaciones de riesgo, el WRI entrega tres recomendaciones que mantendrán a las naciones alejadas de situaciones de alta necesidad. La primera de ellas es aumentar la eficiencia en la agricultura, también invertir en infraestructura para permitir un buen uso de los recursos hídricos, y la tercera es reutilizar y reciclar el agua ocupada.
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