Chile: ¿Qué falta para ser potencia agroalimentaria?

Desde hace años, específicamente desde el primer gobierno de Michelle Bachelet, se viene hablando permanentemente que Chile se debe convertir en una potencia agroalimentaria.

Hace exactamente un año, en mayo de 2014, el ministro de Agricultura, Carlos Furche, entrevistado por El País, de España, contestaba a la pregunta sobre qué objetivos se marca al frente del Ministerio:

Nuestro primer objetivo es darle prioridad al trabajo con la pequeña y mediana agricultura. La presidenta Bachelet ha señalado que el principal adversario que tiene Chile es la desigualdad. En el sector agrícola es evidente la diferencia que existe entre los pequeños y medianos agricultores respecto a los de mayor tamaño en el acceso a los servicios que permiten desarrollar sus procesos productivos.Junto a ese objetivo hemos definido también la necesidad de que la agricultura nacional dé un salto cualitativo, que sea capaz de agregar valor y que le permita posicionarse de una manera más ventajosa en los mercados internacionales. Chile no es ni será un gran productor de commodities. Nuestra mejor posibilidad es la producción de alimentos saludables, basados en nuestro clima mediterráneo y en la amplia red de acuerdos comerciales que tenemos”.

Y efectivamente, la agricultura se ha desarrollado doblando su importancia económica para el país.

Vivimos para exportar

Desde hace 15 años la industria agrícola se ha centrado en la exportación para hacerse un hueco en el mundo, donde Chile “únicamente representa el 0,3% de la economía”, según Andrés Rebolledo, el nuevo director general de Relaciones Económicas Internacionales del Gobierno de Michelle Bachelet.

El desafío del país es salir de su exportación concentrada en el cobre”, admite Rebolledo.

Y así es cómo el sector agroalimentario entra en escena y se perfila como parte de la solución. Chilealimentos prevé que de los US$37.000 millones que suman hoy las ventas de alimentos en Chile, “en diez años podemos llegar a US$60.000 millones”, asegura Guillermo González, gerente de la entidad. En su opinión, “la industria de los alimentos va a representar más que el cobre para la economía chilena. Es uno de los sectores con mayores perspectivas”.

Según Paiva, de Prochile, las ventajas de Chile ante los inversores foráneos del sector agroalimentario son “su inocuidad, ya que es un país libre de plagas; su estabilidad política y su baja corrupción”.

Vivimos para exportar”, afirma tajante Andrés Rodríguez, presidente de las asociaciones empresariales Chile Prunes y Chilean Walnut. El 95% de la producción de frutos secos se dirige al extranjero, pues en el mercado interno estos alimentos no son de consumo diario, explica.

El 90% de los arándanos también se venden en el exterior, de hecho Chile es el primer exportador mundial de estas frutas, pero como ocurre con otros productos, en general son comercializados en el extranjero a granel, con lo que los precios que se pagan por ellos son más bajos y la percepción de calidad no es tan alta como debiera. Es una queja de casi todos los empresarios agrícolas.

La segunda industria exportadora nacional, que ha mostrado un ritmo creciente y constante, ¿tiene las condiciones para romper la dependencia que como nación tenemos del cobre, qué nos falta y dónde somos altamente competitivos?.

Chile, potencia agroalimentaria ¿sueño o realidad?

Chile tiene muchas condiciones para serlo, como barreras fitosanitarias naturales y administrativas envidiables que permiten desarrollar prácticamente cualquier producto agropecuario, pesquero o forestal,  y que además ofrece producción en contraestación con el hemisferio norte, quien concentra la riqueza mundial y por tanto ofrece una excelente oportunidad de negocios.

Si bien la producción de alimentos procesados es una de las mayores industrias a nivel mundial, su composición se caracteriza como una actividad de medianas y pequeñas empresas. De la mayor parte de los alimentos que consumimos a diario desconocemos su productor.

En definitiva, es una industria donde pequeños productores tienen una posibilidad cierta de participación. También es un rubro que cada vez se complejiza más. El consumidor exige una alimentación sana y que su producción respete el medio ambiente.

El concepto de potencia alimentaria en Chile está limitado a colocar en el mercado internacional productos de alta calidad y de producción esencialmente natural.

En general, debido a que el consumidor no tiene la capacidad de identificar la composición del producto que consume, endosa la responsabilidad al Estado y este convierte a la  industria alimentaria en una altamente normalizada y regularizada, con una tendencia creciente en tal sentido.

La riqueza productiva natural de nuestra tierra y mar permite producir muy por sobre lo que consumimos, pero al igual que la industria minera nuestra debilidad radica en la falta de valor agregado y la limitada cultura e identidad alimenticia. Salmones, arándanos, ciruelas, ostiones y una gran variedad de frutas y alimentos saludables no son parte de la dieta del chileno ni de su cultura.

El concepto de potencia alimentaria está limitado a colocar en el mercado internacional productos de alta calidad y de producción esencialmente natural. Para el 2013, la producción nacional de alimentos alcanzó los US$37.500 millones, de los cuales el 56 % se consumieron internamente y el 44 % restante se exportó, es decir, cerca de US$16.500 millones; como referencia, las exportaciones de cobre alcanzaron la suma de US$36.500 millones. Con estos niveles, Chile ocuparía el 26º lugar de acuerdo al valor total de las exportaciones sectoriales, pero si se considera el enfoque del valor per cápita, ocupa el 14º. Si se compara esta posición en el ranking con la de competidores directos del país a nivel de hemisferio, como Australia y Nueva Zelanda, estos tienen posiciones más altas. A nivel regional, Chile está ubicado sobre Brasil y Argentina.

Gracias en gran parte a los 21 acuerdos comerciales suscritos con 58 países, Chile ha ido avanzando en la mayoría de los productos que comercializa. En 2003, 11 productos exportados por Chile se ubicaban entre los tres primeros a nivel mundial.

Actualmente hay nueve productos que logran el número uno en el mundo, otros tantos en el segundo y tercer lugar, sumando un  total de 23 embarques no cobre que se sitúan en los tres primeros lugares, según un informe elaborado por ProChile.

A pesar de los beneficios y oportunidades que permiten los TLC y el activo rol que ha jugado el Estado en el desarrollo de la industria es que estos no resuelven por sí solos los problemas de coyuntura, pues por lo general no incorporan a la pequeña y mediana agricultura que requieren de inversión, tecnología y gestión.

Existe la necesidad de que el sector público no se limite a abrir puertas en los mercados, sino que acompañe a los privados en el desarrollo de oportunidades comerciales; financie investigación y desarrollo; haga una potente promoción en el exterior; implemente infraestructura de transporte y conectividad adecuada, y apoye al rubro mediante focalizadas políticas de fomento.

 

Fuente: Minagri/ Elpais.com

Articulo anterior

Artículo siguiente

ARTÍCULOS RELACIONADOS

¿Producir arándanos en maceta o en bolsa?
Las ventajas de tener acceso a los datos que permiten a su organización ...
Lograr el máximo potencial de las nuevas variedades de blueberries: Mace...