La firme apuesta de Cuna de Platero por la I+D+i orientada a la obtención de nuevas variedades ha dado como resultado la primera variedad de arándanos propia de la cooperativa: Cupla, caracterizada por su precocidad, eficiencia de producción, calibre y buen sabor.

Cuna de Platero trabaja en esa línea, con programas propios de desarrollo de variedades y participando en programas de otros obtentores. El objetivo de la cooperativa es el de ofrecer la mejor fruta durante todo el año, con el mejor servicio y calidad a sus clientes y a la población.

La pandemia frenó al inicio la producción y todos los procesos de trabajo, como ocurrió en todos los ámbitos sociales y económicos. Sin embargo, Cuna de Platero, al ser parte de uno de los sectores esenciales, como es la alimentación, no paró. Eso les ha permitido mantener la producción, el empleo y las ventas.

Así, en la última campaña, Cuna de Platero ha producido 46.000 toneladas de fresa, 2.000 toneladas de arándanos, 2.000 toneladas de frambuesas, 100.000 kilogramos de moras y 50.000 kilogramos de pitahaya.

En estos complejos años, Cuna de Platero ha trabajado para implantar todos los protocolos de prevención y medidas de seguridad necesarios para mantener su actividad y seguir creciendo.

La filosofía y los valores de la cooperativa siguen siendo los mismos. No obstante, afirman haber aprendido muchas cosas en estos años de pandemia: las medidas preventivas y protocolos de trabajo implantados, además del Covid19, han ayudado a prevenir muchas enfermedades. Y la digitalización de todos los procesos ha sido clave.

La salud ahora más que nunca es una materia prioritaria para toda la población y también para la cooperativa. En su caso, por la actividad que desarrollan: la producción y comercialización de frutos rojos -fresas, frambuesas, arándanos y moras- la promoción de la salud está en su ADN y en su propósito social como empresa.