Diferenciarse, el reto de la industria de la fruta

Argentina, Perú, Colombia, Estados Unidos, países europeos y hasta naciones africanas compiten ahora con la oferta frutícola chilena, especialmente en especies de alto valor, como paltos y arándanos.

Año a año el fenómeno se repite y es una de las principales aprensiones que tienen los productores de frutas. Es que ya los mercados y las ventanas más propicias para exportar hace tiempo que no están solo abiertas para la oferta chilena. Son muchas las producciones de otros países que también quieren aprovecharlas.

En la temporada pasada bastó que la cosecha nacional se adelantara un par de semanas para que en Estados Unidos los arándanos y la uva de mesa tuvieran que competir con las producciones de Perú, México y con la fruta estadounidense. El resultado: a mayor oferta, los precios se desplomaron.

La gran aceptación que tienen algunas frutas está llamando a productores de distintas partes del mundo a buscar zonas apropiadas para plantar. Es el caso del oro verde, como se conoce ahora a las paltas, o los arándanos, considerados como una súper fruta, o por la atracción que ejercen las cerezas debido a su alta rentabilidad.

Así las cosas, la competencia está desatada. Lo único que le queda a la fruticultura chilena es reaccionar y diferenciarse.

LOS ARÁNDANOS EN LAS PREFERENCIAS

La principal competencia en crecimiento es la producción de arándanos, coinciden dos de los principales analistas nacionales del mercado de la fruta, Isabel Quiroz, directora ejecutiva de iQonsulting, y Manuel José Alcaíno, director de Decofrut. Son varios los países que están incursionando en la producción y exportación, y entre los más consolidados están, aparte de Perú, Marruecos, España y México. Un paso más atrás están Sudáfrica y Colombia.

«La competencia está creciendo en arándanos porque, si bien está más concentrada al inicio de la temporada y ahí la oferta chilena se topa más fuerte con Argentina, la producción de Perú se ha extendido más y ha entrado en el período que ocupa Chile. El punto es que se esperan crecimientos fuertes en esta especie«, señala Isabel Quiroz de iQonsulting.

En uva de mesa, la pelea se dará en la oferta de variedades nuevas.

«Perú jugará un papel importante porque están probando muchas variedades y algunas ya son parte de su oferta nueva. Sin embargo, no hay que olvidar que más lentamente, Sudáfrica también está entrando en el recambio, lo mismo que Australia… El reto también lo plantean las nuevas variedades tardías del Hemisferio Norte, donde Estados Unidos lleva la delantera y ha sido capaz de generar un mercado orientado a la alta calidad, donde los primores del Hemisferio Sur ya no tienen cabida. Ello es muy probable que también ocurra en Europa, donde Italia y España están en una carrera por producir variedades nuevas, entre las que también hay más tardías y competirían con la oferta temprana del Hemisferio Sur«, dice Quiroz.

En paltas considera que existe una fiebre importante por encontrar lugares para plantar, no solo en Chile, también en República Dominicana, Perú y Colombia y, además, un poco más lejos, en África, donde ya se observan incrementos en Kenia, Rwanda, Camerún y Congo, aparte de la producción tradicional de Sudáfrica.

«La sombra más grande que tiene la industria es Perú y en más de una especie. Esto se ha reflejado en que en toda la parte temprana de las exportaciones de uvas chilenas ha encontrado mucho más competencia. Este año ha sido particularmente especial, porque los stocks de uva californiana han presentado cerca de 30% más que el año pasado. A eso se agrega lo de Perú que está en una marcha muy veloz hacia el cambio de variedades. En los arándanos ocurre algo similar, con la diferencia de que el arándano peruano se ha concentrado en la variedad biloxi, a la que le falta un poco de sabor, sobre todo a la que se produce en zonas del norte, y quizás eso siga siendo una ventaja para Chile. En paltas también hay competencia con Perú, pero la ventaja es que el mercado interno chileno es muy bueno y ahí no competimos con nadie«, señala Manuel José Alcaíno.

«Perú reviste una fuerte competencia… Hoy, dado su trabajo en promoción, uso de nuevas variedades y fuerte apoyo en imagen país, está intentando ocupar espacios de mercado en los que hasta hace un tiempo solo estaba Chile, como ocurría con la uva temprana de Atacama o nuestros primeros arándanos de la temporada«, destaca Ronald Bown, presidente de Asoex.

Otros rubros que están con una pugna fiera, pero estable, son las manzanas, que tienen como principal competencia los stocks de EE.UU. y Europa, y a Nueva Zelandia; las peras, que tienen una demanda a la baja, se enfrentan con las producciones de EE.UU., Europa y Sudáfrica y Argentina; mientras, el kiwi tiene como principal competencia Nueva Zelandia.

Por ello, el mayor enfrentamiento se da en las especies de alto valor, y esto, según los entendidos, ya no es una posibilidad sino una realidad que va tomando forma y espacio en el mercado cada año. De ahí la necesidad de monitorear estos cambios y prepararse para competir mejor.

UN PAÍS SUSTENTABLE

Chile es el principal exportador de frutas frescas del Hemisferio Sur, y el principal exportador mundial de uvas de mesa, cerezas, arándanos y ciruelas frescas. En la temporada 2016-2017 exportó más de 2,6 millones de toneladas de frutas, destacan en Asoex.

Por eso es importante este nuevo punto de inflexión para la industria frutícola chilena.

Así, la pregunta ya no debería ser ¿dónde están las ventanas para la fruta que tengo?, porque está claro que todas se cierran más rápido que antes, aunque eso no quita que se descubran nuevas y se aprovechen. Según Isabel Quiroz, dos debieran ser las preguntas a hacerse hoy: ¿Qué quiere el mercado para competir mejor? y cómo convertir en novedad la oferta de Chile para competir mejor entre tanta oferta similar?

«Muchos hablan de agregar valor a la oferta y ello puede ser de muchas formas -no solo la transformación en algún proceso es agregación de valor-, eso significa incorporar tecnología para poner un producto mejor, diferenciado, atractivo para el consumidor, lo que va desde incorporación de tecnología nueva -genética, tecnología de producción-, hasta envases distintos directo al consumidor, pero con información de nutrición, con historia -una narración, que puede ser sin palabras, con imágenes-, con formas de consumirlo, con la posibilidad de conectarse con quien lo produce, con certificaciones de sustentabilidad, orgánico, comercio justo, etc.«, señala Quiroz.

La tarea entonces es diferenciarse, con inversión y desarrollo en producción, en conservación, en embalaje y en certificaciones que sean reconocidas por los compradores y que agreguen valor al producto.

Para las exportaciones de uvas, Isabel Quiroz propone avanzar en la producción de variedades nuevas, aumentar la presencia en mercados de calidad de Asia, Estados Unidos y Reino Unido e innovar en envases directo al consumidor.

Para las cerezas, mejorar la calidad y usar nuevas variedades para extender la época de oferta, seguir avanzando en China, reconquistar los mercados de Estados Unidos y Europa e innovar en envases directo al consumidor y en envases inteligentes.

En arándanos, las tareas van desde mejorar en calidad y uso de variedades nuevas de mejor rendimiento, a avanzar en oferta orgánica y también innovar en envases.

En paltas se requiere reforzar y destacar la calidad de la oferta chilena, avanzar en orgánicos e innovar en envases.

Las nueces, en tanto, deben avanzar en oferta orgánica y desarrollo del mercado asiático.

Ronald Bown considera que hay que seguir mejorando aspectos como calidad, inocuidad y sabor de la fruta, y cumplir con los requerimientos de cada mercado. «En este marco la innovación, desde el punto de vista de nuevas variedades y uso de la tecnología es clave. Por ejemplo, estamos desarrollando variedades chilenas de uvas de mesa, cerezas, carozos, manzanas y frambuesas, a través del Consorcio Tecnológico de la Fruta de Asoex«.

También destaca el desarrollo junto a ProChile de la marca sectorial «Frutas de Chile», y las submarcas «Cherries from Chile», «Blueberries from Chile», entre otra.

Pero el cambio que sugiere Isabel Quiroz es a nivel país como proveedor de alimentos.

«Proponernos ser sustentables sería una gran diferenciación de nuestros productos. Debemos avanzar hacia ‘Chile país sustentable’. La nueva demanda está ávida de productos sustentables -económicamente, mediombientalmente y socialmente-, quiere sentirse bien consumiendo, aportando, siendo responsable. Y Chile se lo puede dar«, agrega.

Fuente: Arnaldo Guerra Martínez – Reportaje – El Mercurio

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