El abejorro europeo: 10 razones por las que se debe frenar su proliferación en Chile

Aunque la presencia del llamado “abejorro europeo” (Bombus terrestris) en territorio chileno no es ajena desde hace muchos años, su expansión prácticamente descontrolada ha encendido las alarmas dentro de la comunidad científica del país.

Especialistas del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) de la Universidad de Los Lagos difundieron esta semana un documento en el que repasan 11 recomendaciones que deberían ser tomadas en cuenta para mantener a raya la expansión del insecto.

Cecilia Smith, vocera del IEB, y parte del equipo que redactó el informe, destaca la importancia de tomar consciencia sobre el daño ecológico que ha generado la entrada del abejorro europeo en Chile.

  1. Podría generar nuevos genotipos de Bombus terrestris: Una de las cosas que más preocupa al equipo de expertos del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) de la Universidad de Los Lagos es que se formen nuevos tipos del insecto, y esto, a su vez, le permita establecerse de forma más exitosa en diversos climas de Chile y América Latina. Adelantan que ciertas investigaciones les han permitido conocer la alta estructuración y diferenciación genética en poblaciones “asilvestradas” del animal. Ese dato, continúan, les hace sospechar del gran potencial colonizador de la especia, a más de 20 años de su introducción al país.
  2. Crearía nuevas cepas de enfermedades: Los investigadores del IEB demostraron en un estudio realizado en 2014 que el parásito de abejorros llamado Crithidia bombi ha mostrado una mayor diversidad genética, lo cual se traduce en una mayor cantidad variedad genética con el pasar del tiempo. Asimismo, detallan que entre el 2004 y el 2012 se observó el crecimiento en la heterocigosidad del insecto, además de que su población está estructurada por aislamiento a distancia.
  3. Supone problemas de sobrepolinización: La presencia de abejorros europeos en Chile es “alta”, subrayan los científicos. Esto se traduce, aseguran, en el ingreso de cientos de miles de reinas o colonias cada año, lo cual, a su vez, duplica la cantidad de insectos en las zonas donde se han establecido. Al presentarse tal escenario, es cuando se notan los problemas en los cultivos. Hablan de comunidades mapuches que, por ejemplo, han dejado de sembrar habas porque los abejorros destruyen sus flores. También mencionan los daños en flores de frambuesas, frutillas, arándanos e incluso en plantaciones de damascos.
  4. Sus colonias no incrementan los rendimientos: Contrario a lo que se cree, el Bombus terrestris no supone ningún valor agregado en la producción de frutos y semillas de diversos cultivos, bien sea en invernadero como en el campo. En Chile se ha acostumbrado a insertar colmenas del abejorro europeo, lo cual se ha considerado “redundante”. Es por ello que advierten que es una falacia querer colocar más colonias de abejas “por si acaso”, porque de ninguna manera se estaría hablando de una mayor producción. De igual modo, se establece como un error basar la experiencia en Chile con lo que se hace en Europa, donde no hay sobrepoblación del insecto.
  5. Se roban el néctar de plantas nativas: El Bombus terrestris destruye la base del cáliz de las flores, es decir, se la roba. Esto ocurre mayormente en las plantas que tienen flores de características más alargadas, estrechas y que producen néctar. Entonces, al tomar el néctar de la flor, no le permite realizar el proceso de polinización, y por ende trae consigo una falla en la producción de sus semillas, y, por consiguiente, en su producción.
  6. Pone en amenaza al abejorro nativo: Entre el abejorro europeo y el nativo se produce un proceso de transmisión de enfermedades que desde luego no se había evidenciado antes cuando no existía la especie del “viejo continente”. Ese nuevo “sistema” ha hecho que el abejorro europeo convierta al local en su depositario de parásitos, lo cual lo pone por encima de la especie nativa, y su recuperación podría estar comprometida.
  7. Amenaza con expandirse por todo el continente: Solo en América del Sur se contabilizan 42 especies de Bombus. De ese total, 14 se encuentran en Perú, 12 en Bolivia y siete en Argentina. Ante el panorama, los pronósticos científicos estiman que el insecto podría llegar a Uruguay, Paraguay, e incluso a algunas zonas del centro sur de Brasil, específicamente en la costa Atlántica. La situación luciría grave, ya que el insecto pondría en riesgo a los afectaría servicios ecosistémicos de polinización locales generando perjuicios socio-ambientales y eventualmente políticos.
  8. Las medidas de control están siendo insuficientes: Los investigadores del IEB consideran que los métodos de control del abejorro europeo se están haciendo insuficientes, pese a los compromisos de responsabilidad social y empresarial que se han pactado. Ponen como ejemplo el caso de Japón, país donde en 2001 se experimentó una situación similar, y gracias a un proceso de control se logró eliminar 21.000 ejemplares del abejorro europeo hasta el año 2006. Solo hace falta un poco más de consciencia para atacarlo, dicen.
  9. Supondría la desaparición de otras especies: La presencia del Bombus terrestris representa tal amenaza, que ya se habla de la posible extinción de la Bombus dahlbomii. Para que se entienda mejor, insisten los científicos, esto supondría una “catástrofe” para el servicio ecosistémico, además de una pérdida irreparable para la biodiversidad del país. Esa especie representa, además, a las etnias indígenas.
  10. No deberían usarse como alternativa de polinización en invernaderos: En Chile existen varias especies de abejorros nativos que pueden ser utilizados para esta tarea, por lo que solicitar la importación de la variación europea no sería necesario, advierten los especialistas.  Repasan el hecho de que en el país Chile existen varias especies de abejas nativas zumbadoras posibles de usar en cultivos. Estas especies podrían usarse cultivadas o usar las mismas que naturalmente existen. Atraer estas abejas nativas a los cultivos o invernaderos (semi abiertos) está mediado, probablemente, por la existencia de corredores de vegetación por los que puedan moverse y usar de hábitat. El uso de estas especies en invernaderos cerrados no ocurre por la falta de conocimiento y tecnología.

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