La expansión de la industria del arándano en África se puede constatar principalmente en el norte – cercano al continente europeo – con la potente industria marroquí de frutos rojos. Aunque la expansión del arándano en el sur de África – principalmente en Sudáfrica y Zimbabue – ha captado la atención del comercio agroalimentario global.

Por norte y sur

Del norte de África hemos informado en extenso de sus potenciales respecto al cultivo del arándano. De hecho, se ha establecido septiembre en Tánger como fecha y plaza permanente de los Seminarios Internacionales de Frutos Rojos en los que se reúne la industria internacional del arándano convocada por Blueberries Consulting.

Volviendo al sur, aunque la región muestra ventajas naturales, climáticas y logísticas, para el cultivo y exportación de berries, su sostenibilidad y competitividad a largo plazo aún dependen de la capacidad de consolidar infraestructura, diversificar mercados y superar barreras estructurales. En este contexto, se puede afirmar que el sur de África está en camino de convertirse en una potencia exportadora de arándanos, pero su éxito dependerá de decisiones estratégicas inmediatas en inversión, gobernanza agrícola y apertura comercial.

Ventajas competitivas

El crecimiento acelerado del sector ha sido impulsado por condiciones agroclimáticas excepcionales. Regiones como Western Cape, Limpopo y Mpumalanga, en Sudáfrica, así como zonas altas de Zimbabue, ofrecen inviernos suaves y primaveras tempranas que permiten cosechas en ventanas comerciales poco saturadas (agosto a noviembre), antes de los momentos peak de las temporadas de Perú o Chile.

Además, la cercanía a puertos exportadores como Ciudad del Cabo y Durban, junto a acuerdos comerciales preferenciales con la UE y Reino Unido, facilitan el acceso a mercados de alto valor. Sudáfrica, por ejemplo, exportó cerca de 25.000 toneladas de arándanos en 2024, con proyecciones que apuntan a más de 50.000 toneladas en 2025, según datos de Blueberries South Africa.

Protagonismo emergente

Zimbabue, pese a sus desafíos estructurales, ha demostrado un rápido aumento de superficie plantada y rendimiento técnico. En menos de cinco años ha duplicado su producción hasta alcanzar 8.000 toneladas anuales, posicionándose como el segundo productor del sur africano. Su meta es alcanzar 1.500 hectáreas cultivadas para 2030, lo que implicaría acercarse a exportaciones comparables a mercados establecidos.

Este crecimiento regional sugiere que, si se articulan estrategias subregionales de infraestructura, logística y sanidad vegetal, el sur de África podría consolidarse como el nuevo polo exportador de arándanos del hemisferio sur.

Obstáculos

Pese al potencial, la industria enfrenta obstáculos significativos. En Sudáfrica, los altos costos de transporte interno, los problemas de congestión portuaria y la volatilidad energética (cortes de electricidad o load shedding) aumentan los costos logísticos hasta un 20% – 30 % respecto a sus competidores. Además, existen restricciones regulatorias para nuevos exportadores bajo el marco del Broad-Based Black Economic Empowerment (B-BBEE), lo que limita la inclusión de pequeños productores en las cadenas globales.

En Zimbabue, los problemas son aún más profundos: inseguridad jurídica sobre la tenencia de la tierra, acceso muy limitado a financiamiento agrícola y dependencia de inversores externos, lo que frena la profesionalización del sector y su capacidad de escalar productivamente.

Mercados internacionales

La industria aún depende fuertemente de dos destinos: Reino Unido y la Unión Europea, que absorben más del 75 % del volumen exportado. Sin embargo, las tensiones comerciales post-Brexit y los cambios regulatorios en fitosanidad y trazabilidad digital podrían representar riesgos importantes si no se avanza en la diversificación hacia Asia, Medio Oriente y Norteamérica.

En esta línea, Sudáfrica ha iniciado acuerdos exploratorios con India y China, pero aún no existe acceso abierto. Expandir la base exportadora será esencial para reducir la exposición a la concentración geográfica y sostener precios competitivos en el mercado internacional.

Desafíos

Como conclusión podemos observar que la industria africana del arándano está totalmente consolidada y en crecimiento permanente en el norte del continente, específicamente Marruecos, quien se ha convertido en actor protagonista del mercado global y al otro extremo, en el sur de África, el arándano está adquiriendo una velocidad de expansión muy notoria, ya que hablamos de una región que combina una geografía ventajosa, un crecimiento técnico admirable y oportunidades comerciales evidentes. Sin embargo, su consolidación como potencia exportadora requerirá inversión en infraestructura logística, reformas en acceso al financiamiento agrícola, alianzas público-privadas regionales y una política activa de diversificación de mercados.

Si los gobiernos y actores del sector logran resolver los cuellos de botella actuales y potenciar la innovación varietal, logística y organizacional, el sur de África no solo será un proveedor estacional de arándanos, sino un actor estratégico del comercio mundial de berries.

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