El arándano salva una complicada campaña para el sector onubense de las berries

La pandemia redujo las exportaciones de los frutos rojos de Huelva

El sector de la fresa y los frutos rojos de la provincia de Huelva ha superado una complicada campaña marcada por las consecuencias derivadas de la pandemia de la COVID-19 y lo ha hecho con un descenso en la producción de fresas de alrededor del 20%.

La crisis sanitaria ha provocado, entre otros efectos colaterales, que la producción se reduzca este año alrededor de un 20% respecto al anterior, por lo que el volumen total se ha situado en torno a las 250.000 toneladas de fresas, tal y como recogen los datos de Freshuelva, la asociación sectorial de los productores y comercializadores de fresas onubenses.

La situación de la fresa contrasta con la campaña de la frambuesa y el arándano, menos afectadas por las restricciones de la pandemia gracias a que su comercialización está muy centrada en una gran distribución que ha continuado funcionando sin problemas durante los últimos meses. La fresa, en cambio, se vio muy afectada por el descenso del consumo nacional a consecuencia también del cierre de los mercadillos y el canal Horeca.

La incidencia de la pandemia se ha visto reflejada en un descenso de las exportaciones, que, en el caso de la fresa ha sido de un 3,3% respecto a la campaña anterior. Más drástico ha sido el descenso de un 21% en las exportaciones de frambuesa (debido a menor producción durante el primer trimestre del año), mientras que en el arándano ha sido de un 2,1% menos que en el ejercicio del año 2019. El descenso en la superficie plantada de mora en la presente campaña se ha sumado a que las exportaciones de esta fruta hayan descendido en un 43,7%.

No obstante, la facturación de esta campaña ha sido muy similar a la de la campaña pasada, con un descenso de apenas el 0,6%, debido a que el incremento en la facturación del arándano en un 14,3% ha contrastado con el descenso del 3,7% de la fresa, del 6,63% de la frambuesa y del 40,7% de la mora.

En cuanto al destino de los berries onubenses, Alemania se consolida como el principal consumidor de frutos rojos, siendo el destino del 36% de las fresas exportadas, el 35,3% de frambuesas, el 39,4% de arándanos y el 33,8% de moras onubenses. En este mismo sentido, Francia protagoniza uno de los descensos más acusados en exportaciones de berries, con un descenso de casi el 12%. Reino Unido se sitúa en el mismo nivel que los franceses en la compra de fresas, concentrando ambos el 13,6% de las exportaciones de este producto.

Del 28% es el descenso en las exportaciones de frambuesas al país galo, con lo que ya solo es el destino de un 9,8% de las mismas, superado por el 28,7% de Reino Unido e incluso el 10,3% de Países Bajos.

Reino Unido y los Países Bajos son, después de Alemania, los principales destinos de los arándanos onubenses, concentrando el 20,5% y el 15% de las exportaciones, respectivamente; mientras que Reino Unido e Italia acompañan a Alemania como principales consumidores de las moras producidas en la provincia de Huelva.

Campos de fresas en Huelva. / DIARIO DE ALMERÍA

Freshuelva ya alertó del resultado de la presente campaña a las autoridades regionales, nacionales y europeas, a las que se dirigió, y ha vuelto a hacerlo a finales de julio, con la pretensión de que se flexibilicen los programas operativos, de forma que no hipotequen aún más el futuro de los productores de berries onubenses. Hasta el momento, solo se ha obtenido la callada por respuesta.

Y es que no han sido pocas las trabas que los productores de berries onubenses han tenido que afrontar a lo largo de toda la campaña y que han sabido superar adaptando, además, la oferta a la demanda en las diferentes circunstancias.

El primer impacto al sector, nada más decretarse el estado de alarma, se produjo por la falta de mano de obra que suponía el cierre de las fronteras de Marruecos –este año solo llegaron unas 7.200 de las cerca de 19.000 temporeras de este país que habrían venido en condiciones normales– y también las fronteras interiores de Europa, impidiendo la llegada de cientos de trabajadores búlgaros y rumanos que suelen participar en la campaña de recogida de los frutos rojos.

A esto se sumaron las limitaciones en el transporte de personas, lo que supuso un gravísimo problema durante las primeras semanas. También fue un reto para el sector conseguir material de protección suficiente para las 70.000 personas que han trabajado en él, así como posibilitar, gracias a la colaboración de las autoridades españolas y marroquíes y de la Autoridad Portuaria de Huelva, la vuelta humanitaria a sus casas de las trabajadoras marroquíes afectadas por el cierre de las fronteras del país alauita.

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