Después de dos años dolorosos, en los que los precios eran demasiado bajos para que los productores sudafricanos siguieran siendo competitivos, la temporada 2023-2024 parece ser bastante buena en el país. Esta temporada sigue el mismo ritmo que Perú, comenzando alrededor de junio, cuando el hemisferio norte finaliza su temporada. Sin embargo, Lima ha experimentado dificultades este año, debido a un invierno cálido provocado por el fenómeno de El Niño.

«La demanda del mercado ha hecho subir los precios«, explica Brent Walsh, director general de Berries ZA, la organización que representa al sector de los frutos rojos en Sudáfrica. “Así pues, desde un punto de vista puramente monetario, es una temporada positiva ”, concluye.

Pretoria sigue siendo un productor muy modesto en comparación con el gigante peruano, ya que el año pasado produjo 30.000 toneladas de arándanos. Pero desde 2017, el sector se ha ido expandiendo y la mayoría de la fruta se exporta a la Unión Europea y el Reino Unido.

Sin embargo, el país está lejos de beneficiarse plenamente de la situación del mercado, ya que enfrenta sus propios retos. En primer lugar, el clima ha sido muy húmedo; pero son sobre todo los problemas relacionados con la obstrucción de los puertos, en particular el de Durban, lo que sigue dificultando las exportaciones marítimas, empujando a las empresas a recurrir al transporte aéreo. Por no hablar de la pérdida de carga, que aumenta los costos de conservación de los arándanos.

El país también está experimentando una ralentización en el desarrollo de sus cultivos, como ocurre en el vecino Zimbabue. Allí, las condiciones climáticas favorables en torno a Harare atraen a inversores, muchos de ellos procedentes de Sudáfrica, y hacen que la producción avance rápidamente. Pero la crisis económica y monetaria dificulta el acceso a la financiación, lo que podría bloquear el desarrollo del sector.