Un reciente simposio de BerriesZA demostró los niveles de optimismo y compromiso del sector sudafricano del arándano, según señala el nuevo presidente de la organización.

«La nueva cosecha de arándanos parece prometedora en estos primeros momentos, pero es demasiado poco lo que se sabe, aunque suficiente para entusiasmarse», afirma Herman van Dyk, director de operaciones de Six33 y nuevo presidente de BerriesZA.

Herman toma el relevo de Justin Mudge, un productor de arándanos que ha sido un apasionado defensor del sector, especialmente durante la huelga de trabajadores portuarios del año pasado, justo en el pico de los arándanos.

La fruta temprana se exporta desde la semana 14 a Malasia, Singapur, Irlanda y el Reino Unido. Los volúmenes están aumentando en el norte del país, pero el pico habitual de octubre probablemente se retrasará entre diez días y hasta tres semanas en algunas zonas.

Las intensas lluvias que están cayendo actualmente en el Cabo Occidental podrían afectar a la formación de flores, pero es preferible que se produzcan ahora que en septiembre, observa. Herman dice que se está ultimando una estimación de la cosecha de esta temporada, pero los primeros indicios apuntan a que será superior a las 24.000 toneladas exportadas el año pasado.

Optimismo renovado tras dos años difíciles

«Nuestro simposio de hace tres semanas fue un gran éxito y generó mucha energía positiva. Fue alentador ver cómo muchos proveedores siguen viendo oportunidades en el sector», afirma Herman.

«Los agricultores sudafricanos somos muy resistentes, siempre buscamos lo positivo en una situación».

El experto está convencido del valor que aportan a un sector que ha atravesado dos años difíciles y ha salido de ellos más maduro.

Están poniendo mucho empeño en dos áreas concretas: la primera es abrir nuevos mercados para los arándanos sudafricanos (en ese sentido, India e Israel son los que están más avanzados y podrían estar listos en doce meses).

Centrarse en la I+D precosecha y poscosecha

La otra faceta es la investigación y el desarrollo, financiada con los impuestos de los productores.

«Estamos invirtiendo mucho dinero en determinar cómo podemos colocar mejor nuestro producto en el mercado. Y no se trata solo de la investigación previa a la cosecha, sino también de la posterior. Sudáfrica tiene una buena reputación en cuanto a los arándanos y eso es algo que nos esforzamos por proteger», afirma.

Parte de esta madurez se debe a que el número de nuevas explotaciones de arándanos se ha reducido considerablemente.

Las viejas plantaciones de variedades no rentables están dejando paso a nuevas variedades; la disponibilidad de variedades por parte de los nuevos operadores ha cambiado la dinámica del sector y ha aumentado la competencia sana.