El puerto de Chancay, que será inaugurado el próximo jueves 14 de noviembre oficialmente en la ciudad de Lima vía remota por el Presidente de China, Xi Jinping, ha provocado expectación en la región como en EE. UU y se espera que las operaciones del puerto comiencen mientras crece la preocupación internacional con el recién reelegido Donald Trump como Presidente. Por otro lado, el proyecto ha traído una nueva oleada de actividad a la ciudad, como la llegada de empleados de Cosco lo cual ha provocado un aumento de la demanda de servicios y productos.  Chancay, que antes era una ciudad tranquila, acoge ahora grandes cambios y ya se está considerando la construcción de hoteles, Universidades y hospitales. Asimismo, los precios de las propiedades se han disparado; antes de la construcción del megapuerto, los terrenos de la región costaban una media de US$2 dólares el metro cuadrado, el promedio actual es de US$35. Sin embargo, ante este rápido crecimiento, los habitantes de Chancay tienen sentimientos encontrados, informa SCMP.

El potencial del Puerto Chancay

Rubén Tang, antiguo asesor jurídico del Ministerio de Comercio de Perú, afirmó que, aunque el puerto tardará varios años en alcanzar su plena capacidad, tiene potencial para desarrollar la región y también para cambiar el funcionamiento del comercio exterior en Perú. “El puerto es un incentivo para modernizar la ley de cabotaje, por ejemplo”, sugirió Tang.

Rubén Tang-Asesor Vicerrectorado de Investigación Proyecto Relaciones Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)-Asia

“También ha provocado debates en el Congreso peruano para convertir toda la región sur de Chancay en una zona de libre comercio, similar a Shenzhen en China”, añadió.

Chancay tiene una profundidad de más de 18 metros, lo que permite que incluso los buques más grandes descarguen en el puerto. Y además de estar estratégicamente situado en la Carretera Panamericana, que conecta varios países sudamericanos, la ciudad serviría también de conexión entre otros puertos regionales de Chile, Ecuador y China, así como con otros importantes mercados del Indo-Pacífico.

Cabe recordar que, como parte de la Iniciativa del Cinturón económico de la Ruta de la Seda BRI del Presidente Xi Jinping, un consorcio liderado por el Banco de China acordó en 2019 prestar hasta US$3.500 millones para la construcción y el desarrollo del puerto, que conectaría principalmente Sudamérica con centros chinos. Las negociaciones, en las que también participaron otros bancos chinos más pequeños, como China Minsheng Bank, Shanghai Rural Commercial Bank y Bank of Communications Co, duraron tres años; la construcción comenzó en 2019.

Otros efectos: Factor Humano

Los habitantes de Chancay tienen sentimientos encontrados sobre el rápido crecimiento. Algunos son optimistas respecto a la creación de empleo -el gobierno peruano calcula que el puerto creará 8.550 puestos de trabajo directos en la próxima década-, pero otros temen que el aburguesamiento, la insuficiencia de los servicios públicos y el impacto ambiental del proyecto les obliguen a marcharse.

Por su parte, Cosco ha construido un gimnasio, renovado la comisaría de policía local y donado fondos para crear un bulevar en el centro de la ciudad. También ha puesto en marcha un programa de becas que financia las matrículas de los habitantes de la ciudad que deseen estudiar en universidades asociadas de Lima.

Aun así, se han producido repetidas protestas desde que se iniciaron las obras. En julio, un grupo de residentes autodenominado Frente por la Dignidad y la Libertad de Chancay viajó a Lima para manifestarse ante el Congreso peruano.

Un buque de carga en un puerto financiado por China en Chancay, Perú. Martes 12 Nov, 2024.  Foto: whec.com/ PRENSA ASOCIADA / Silvia Izquierdo

Afirmaron que las constantes explosiones de dinamita necesarias para despejar las obras estaban afectando a la salud mental de los habitantes del puerto y dañando la estructura de sus viviendas.

El grupo también envió una carta al Consejo de Ministros peruano pidiendo la creación de un comité que se comprometa con la población y aborde “las consecuencias de la problemática construcción del megapuerto en los ámbitos de la salud, la seguridad pública, la alimentación y el agua”.

También quieren que se apruebe una ley que exija la transferencia de al menos el 2% de todos los ingresos públicos procedentes de los aranceles comerciales a las comunidades afectadas por el puerto.

Los activistas han acusado a Cosco de no realizar estudios que abarquen todo el impacto medioambiental causado por el puerto, en particular, centrándose en las obras de construcción en los humedales de Santa Rosa, conocidos por sus numerosas especies de aves, reptiles y plantas.