Extractos botánicos naturales logran que la fruta madure en 7 días

Idai Nature quiere eliminar la química de la agricultura. Para que su deseo no quede en quimera, esta empresa valenciana desarrolla tecnología para conseguir alimentos sin residuos. ¿Cómo? Con extractos botánicos naturales. En su misión es obligatorio un viaje al pasado. “Buscamos componentes hasta en los libros antiguos de agricultura”, explica el director general de la empresa, Carlos Ledó. Por ejemplo, han recuperado la valeriana para “desestresar” las plantas, de igual forma que lo hace con los humanos. O el ajo para repeler a los pájaros. O las pieles de cítricos para matar pulgones. Recuperan extractos que se han utilizado a lo largo de la historia y les aplican la tecnología del presente.

El resultado son compuestos naturales que respetan el ecosistema a la vez que son capaces de competir competir con los productos químicos. Durante sus cinco años de historia, Idai Nature se ha visto obligada a evangelizar sobre su propia tecnología. “El producto sin residuo no es el hermano pobre del químico”, dice Ledó. Aunque en sus inicios la cuota de mercado de esta agricultura tecnificada era “más pequeña”, ahora hasta las multinacionales miran hacia este sector, aunque les obligue a cambiar su modelo de negocio. De hecho, las principales cadenas de supermercados nacionales y europeos venden alimentos tratados con sus extractos.

¿Por qué le interesa al agricultor usar soluciones naturales para el cultivo de alimentos? Además del respeto al medio ambiente, ofrece ventajas económicas. Y es que “aumentan sus posibilidades de exportación a mercados más competitivos y de valor añadido”. Las normativas en algunos países, como en el norte de Europa o Estados Unidos, cada vez son más exigentes con límites de sustancias químicas más restrictivos. Con su tecnología, los agricultores pueden vender sus cultivos “en cualquier país”. “El 90% de nuestros clientes exporta sus producciones”, destaca Ledó. Como la propia Idai Nature, que vende en 24 países, con especial fuerza en México, Turquía, Francia, Costa Rica y Egipto. Sus extractos botánicos, por ejemplo, ayudan a México a exportar sin problemas a Estados Unidos. “El 70% de los hortícolas que se consumen en EEUU durante el invierno vienen del país vecino”, comenta.

Sus soluciones naturales son aptas para todas las plantas y todos los problemas. “Disponemos de la tecnología necesaria para satisfacer las necesidades de cualquier cultivo”, señala Ledó. Abarcan desde la fertilización hasta el exceso de humedad o el control de plagas. La empresa sólo tiene que escoger entre su amplia variedad de extractos el más adecuado y formular una mezcla que resuelva las exigencias. Esta tarea es habitual en el día a día de su laboratorio, que se actualiza constantemente. La mejor prueba de ello son los 80 productos distintos que tiene en cartera. “Son como 80 infusiones diferentes”, compara el director general.

Fruta más dulce en una semana

Un ejemplo de su trabajo de I+D es su último lanzamiento, Idai K Plus, un formulado de potasio que presenta una movilidad “excepcional” dentro de la planta. La clave del producto es la formulación. En este caso, la empresa ha optado por la “complejación” del potasio con ácidos órganicos. “Es el vehículo que utilizamos para ‘subir’ el potasio por la planta de forma más estable”.

El potasio engorda el fruto, pero pesa mucho, así que la planta necesita mucho tiempo para absorberlo y siempre se deja algo por el camino. “Lo normal son unos 30 días”, apunta Ledó. Su formulación permite al cultivo asimilar el potasio directamente sin tener que consumir energía, que es aprovechada por la planta para realizar otros procesos fisiológicos. Este ahorro de energía da lugar a una mejor asimilación mejor en el tejido vegetal, además de favorecer la toma de agua y nutrientes repartidos en todos los órganos verdes de la planta.

El resultado de la aplicación de esta tecnología durante la etapa de engorde de fruto es una mejora de su tamaño y un aumento del contenido en azúcares. De esta manera, el formulado permite a los agricultores “obtener cosechas homogéneas de frutos con mayor calibre, mejor coloración y mayor turgencia de forma completamente natural”.

Todo ello, en un tiempo récord, porque el formulado permite reducir los plazos de 30 a siete días con una asimilación completa. Así, el agricultor puede “adelantar los ciclos” de sus cultivos. “Cuanto antes llegue al mercado, más valor añadido se obtiene porque más se paga por fruto”, especifica Ledó.

 

FUENTE: Elmundo.es

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