La chilena Hortifrut, líder global en producción y comercialización de arándanos, vive un 2025 marcado por decisiones estructurales. Al cierre de septiembre, la compañía reportó una pérdida atribuible a los propietarios de US$ 59,19 millones, revirtiendo la utilidad de US$ 8,77 millones registrada en igual período del año anterior, en un contexto de reordenamiento de activos y búsqueda de mayor eficiencia en la industria de los berries.

Ajuste contable con impacto contable 

El resultado negativo del ejercicio está fuertemente influido por un deterioro de activos por US$ 80,6 millones, que recoge el efecto de dos movimientos estratégicos: el cierre de operaciones agrícolas en México, que no alcanzaban los niveles de retorno esperados, y el recambio varietal en Perú y China, orientado a sustituir plantaciones menos rentables por materiales genéticos más productivos y mejor valorados en los mercados internacionales.

Como consecuencia, el patrimonio atribuible a los controladores se redujo un 9,01 %, hasta los US$ 506,5 millones, mientras que la rentabilidad pasó desde 1,41 % a -11,69 % en doce meses. Pese al impacto, la deuda financiera neta se mantuvo estable en torno a los US$ 776,8 millones, apoyada en operaciones de refinanciamiento que trasladaron una parte relevante de las obligaciones hacia el largo plazo y evitaron un aumento de la presión financiera inmediata.

En la compañía interpretan estos ajustes como un costo concentrado en 2025, asociado a la decisión de acelerar el reordenamiento global del portafolio productivo para sostener el liderazgo en arándanos y berries en los próximos años, en un escenario de mayor competencia y exigencias crecientes de calidad en destino.

Operación dinámica en medio de la transición 

Más allá del golpe contable, la operación mostró signos de resiliencia. El Ebitda trimestral alcanzó los US$ 135,1 millones, lo que representa un aumento de 5,56 % frente al mismo periodo de 2024, impulsado por una temporada más normal tras el fenómeno de El Niño y por una mejor contribución de los principales orígenes productivos.

En volumen, las ventas crecieron 32,27 %, lo que permitió compensar en parte la baja de precios asociada a la normalización de la oferta global. Los ingresos consolidados sumaron US$ 842,1 millones, un 10,88 % más que el año anterior, reflejando que la compañía continúa moviendo volúmenes importantes en fruta fresca de exportación. Dentro de la mezcla de negocios, el segmento de fruta fresca —donde el arándano tiene un rol central— avanzó 14,99 %, mientras que el negocio de valor agregado retrocedió 14,72 %, en línea con una demanda más selectiva y ajustes en el portafolio.

En este contexto, Hortifrut refuerza su estrategia de competir con fruta de alta calidad: mayores calibres, firmeza, condición en destino y perfiles de sabor consistentes, atributos clave para diferenciarse en mercados maduros como Norteamérica y Europa, y para seguir desarrollando el consumo de berries en nuevos destinos.

Reordenamiento global y apuesta varietal

El 2025 se perfila como un año de reordenamiento global para la compañía. El cierre de campos en México responde a una revisión crítica de la rentabilidad por zona y al objetivo de concentrar recursos en plataformas agrícolas más competitivas. En paralelo, el recambio varietal en Perú y China apunta a actualizar la base productiva con genéticas que respondan mejor a las exigencias actuales de los retailers: productividad, sabor, firmeza, vida de postcosecha y experiencia de consumo.

Con estas decisiones, Hortifrut cierra septiembre con una combinación de señales mixtas: una operación que crece en volúmenes e ingresos, pero unos resultados contables afectados por ajustes estructurales que se concentran en el corto plazo. La apuesta de fondo es que este reordenamiento permita consolidar, en el mediano plazo, un portafolio más eficiente y alineado con las tendencias de la industria global de berries, reforzando el posicionamiento de la compañía como actor de referencia en arándanos a nivel mundial.