La directora del INIA, Dr. Iris Lobos, entrega su visión sobre el rol de la institución en el futuro de la agricultura chilena
Hace más de dos semanas atrás, el gobierno del presidente Gabriel Boric designó como directora del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) a Iris Lobos Ortega, doctora en Alimentación y Medio Ambiente y reconocida investigadora durante su carrera en la institución. Oriunda de Osorno, es la primera mujer en asumir el cargo en los 58 años del INIA.
El pasado jueves 7 de abril, la directora entregó las palabras de inició en el XVIII Seminario Internacional de Blueberries Chile 2022, que congregó a importantes actores de la industria del arándano chileno. El encuentro, al cual también asistió el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, estuvo marcado por temas como las dificultades logísticas para la exportación de fruta fresca, las medidas técnicas que se pueden tomar; y con especial énfasis de ambas autoridades, la escasez de agua en el país.
Chile lleva más de 13 años en sequía, por lo que las políticas e investigaciones para mejorar la eficiencia del uso de este recurso se ha vuelto un tema importante en la agenda gubernamental.
“El INIA tiene ahí mucho que aportar. Debemos ser capaces de transferir toda la información que hemos recabado durante los 58 años que tiene la institución, a los distintos (organismos) públicos y actores que trabajan con nosotros”, afirma la directora.
La Dr. Iris lobos comenta que se ha sentido acogida por la institución, pero con respecto al agua, no hay tiempo que perder en bienvenidas: “Estamos esperando los lineamientos más específicos del ministerio (de Agricultura), pero si sabemos, y ya estamos formando comisiones con respecto a cómo vamos tratar el tema del agua. Tenemos muchas comunas que van a empezar con racionalización, y tenemos que estar preparados. El tema del agua es algo que nos preocupa bastante”.
El INIA destaca internacionalmente por su trabajo de investigación agropecuaria, el cual la directora afirma, se mantendrá durante su periodo para resolver problemas del sector, como, por ejemplo, el desarrollo de envases inteligentes o la postcosecha; “un tema importante como vimos en el seminario. Entonces vamos a seguir potenciando lo que tenemos, pero tenemos que darle enfoque al estrés hídrico, cambio climático, y con ello la seguridad alimentaria”.
Esto último es de gran importancia para quien se desempeñaba como investigadora del Área Nacional de Alimentos del Futuro en INIA Remehue, en la región de Los Lagos. “La institución tiene programas de fitomejoramiento para desarrollar variedades resistentes al estrés hídrico. La idea es poder evaluar de que estas variedades si bien ocupen menos agua, no pierdan su calidad nutritiva, que es super importante” expresa la Dra. en Alimentación y Medio Ambiente.
Para el agricultor
“El INIA tiene un componente muy fuerte con lo que tiene que ver con la transferencia y la extensión de información”, explica la Dr. Lobos al preguntarle por la llegada de las innovaciones al campo chileno.
La líder del instituto ejemplifica el rol de la organización con la investigación de las nuevas variedades frutales: “Una vez finalizado el estudio, se les entrega el paquete tecnológico con toda la información a ellos, y también se les ayuda a replicar esto en sus campos”.
La escasez de mano de obra, la sequía, los problemas con la exportación de fruta fresca y el aumento de costos son algunos de los problemas que mantienen en incertidumbre al sector. A esto se suma el escenario político, dado que, dependiendo del resultado del plebiscito constitucional, nuevas normas pueden regir sobre este gremio.
Sobre los cambios que puede afectar a los productores frutícolas del país, la Dr. Iris Lobos es clara: “Nosotros tenemos un rol clave para poder apoyar en todas las nuevas políticas que haya; poder bajarlas de una forma que se entiendan muy fácil, que se puedan adoptar. Ese es nuestro foco, como dije, la transferencia y la extensión del conocimiento”.
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