Las variedades tardías no pueden competir con los arándanos tempranos de Chile y Perú
La temporada de arándanos está en pleno apogeo en la finca mixta belga Mertens-Hal. «Empezamos a recolectar en el invernadero hace dos semanas», nos cuenta Tom Mertens. «Sin embargo, en lo que respecta al suministro, las cosas no pintan bien. Las variedades tempranas no recibieron bastante luz el año pasado, así que disponemos de un 40% menos de volumen que otros años».
Mertens-Hal, comenzó a cultivar arándanos en 2018. «Tanto mi esposa Jacqueline como yo queríamos probar algo completamente nuevo como complemento a la producción ganadera. Elegimos la horticultura porque, a diferencia de la ganadería, trabajas con productos acabados y tienes la capacidad de ofrecer algo inmediatamente. Acabamos optando por arándanos y moras. Además, el año pasado nos asociamos con una granja de insectos. Siempre estamos buscando maneras de generar valor añadido», dice Tom.
Fruta azul
Ahora disponen de 6,5 hectáreas de arándanos y unos 800 m² de moras. «Sin embargo, tenemos previsto ampliar la superficie en otoño. Tendremos que ver si añadimos más arándanos u optamos por otros tipos de fruta. Dicho esto, nos centraremos en fruta de color azul. No trabajamos con frutos rojos».
La empresa vende toda su fruta a través de la vecina cooperativa Hoogstraten. «Trabajamos con ellos en casi todo lo que hacemos en el ámbito de la fruta, y esto es algo que funciona muy bien. Sobre todo en tiempos de crisis, es importante saber que sigues teniendo ingresos. La seguridad que da una cooperativa es algo maravilloso y garantiza que dependamos algo menos de los caprichos del volátil mercado comercial», explica Tom.
Hasta el momento, la temporada de este año parece haber sido complicada en lo que respecta a la oferta. «Sin embargo, la demanda está siendo excelente. Hace un tiempo estupendo, lo que, por supuesto, hace que la escasez actual de volumen sea una pena aún mayor. También está haciendo que los precios sean altos para la época del año. Pero supongo que los grandes operadores se pondrán pronto en marcha. En cuanto ingresen en el mercado, la oferta aumentará rápidamente y los precios bajarán».
Las variedades más tardías no compensan
En Mertens-Hal, la temporada de arándanos suele durar desde finales de mayo hasta finales de septiembre. «Este año, sin embargo, estamos trabajando cada vez menos con variedades tardías, como la Aurora. Poco a poco, iremos abandonándolas para centrarnos más en las variedades intermedias», dice Mertens.
«Esto se debe principalmente a que hay demasiada competencia de cara al final de la temporada. Chile y Perú llegan al mercado cada vez antes y con precios con los que no podemos competir. Así pues, no compensa invertir en mano de obra más costosa durante los meses posteriores, ya que esos gastos serán casi imposibles de amortizar».
«Debido a la llegada de esos contenedores procedentes de Sudamérica, los minoristas se apresuran a utilizar los arándanos como moneda de cambio. Eso sí, los arándanos son más bien un producto de nicho. Las tiendas pueden querer disponer de arándanos, pero solo a precios de ultramar», continúa Tom. «Obviamente, eso no va a ocurrir. Por eso, durante los últimos meses de verano nos centramos más en las moras. Con los arándanos estamos más centrados en las variedades intermedias».
Un poco de experiencia
«Eso significa que podemos aportar un poco de experiencia y así lograr distinguirnos. Por ejemplo, en verano, la gente puede venir a recoger sus arándanos durante dos meses en nuestro huerto al aire libre adyacente a nuestros invernaderos. También le contamos nuestra historia, algo que solemos hacer para que los compradores respeten a los agricultores. Puede que nuestros arándanos no sean muy baratos, pero tienen una historia detrás –de sostenibilidad y trabajo duro– que nos gusta compartir», concluye Tom.
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