Latinoamérica: Los profesionales jóvenes dejan la oficina por el campo
Según estudios europeos, en la actualidad miles de jóvenes latinoamericanos dejan el confort y la rutina de la oficina por el trabajo en el campo. Son profesionales que son atraídos por trabajos agrícolas bien remunerados y alejados de las presiones de la ciudad.
Nacieron en estas tierras y –al contrario que sus padres, para quienes el campo fue un destino fatal- estos jóvenes encontraron en la agricultura una verdadera vocación. Y lo que es mejor, una oportunidad de labrarse un futuro profesional a largo plazo, a pesar de la intensa carga de trabajo.
Actualmente, 3 de cada 10 latinoamericanos dependen de la tierra para sobrevivir. En países como México y Perú, se estima que el 20% de los jóvenes trabajan en el campo. En Brasil, más de una cuarta parte de la población rural (8 millones) tiene entre 15 y 29 años.
La realidad actual del planeta, carente de alimentos y clamando por vida saludable está en manos de los más jóvenes. Deben producir alimentos suficientes para alimentar a 9 mil millones de bocas en 2050. Se trata de un enorme desafío y los jóvenes en conjunto con el buen uso de la tecnología y la ciencia lo pueden lograr.
El campo cuenta con muchas posibilidades para el joven que quiere emprender, siempre que existan las condiciones mínimas como caminos, electrificación rural, internet y telefonía móvil.
«Si el proceso de creación de una empresa es caro y lleva mucho tiempo, los jóvenes están menos dispuestos a hacer negocios. Debemos facilitar también los procesos de certificación de productos y servicios«, apunta el economista Diego Arias del Banco Mundial, que está en frente del programa Santa Catarina Rural.
El programa Santa Catarina Rural es una asociación entre el Banco Mundial y el gobierno del estado, es exactamente lo que ha permitido a cientos de emprendedores tener un proyecto de vida en el campo. Iniciativas similares están teniendo grandes logros en lugares como Armenia, Camerún, Malawi, Senegal y Sri Lanka.
Los datos del Banco Mundial muestran que la inversión en la agricultura no es cara si se toman en cuenta los beneficios para los agricultores: un aumento en los ingresos asociados con esta actividad es de entre 2 y 4 veces más eficaz en la reducción de la pobreza que el crecimiento en otros sectores.
Fuente: Banco Mundial
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