Frente a los análisis realizados en el área meteorológica del Centro de Estudios Avanzado en Zonas Áridas (CEAZA), durante el trimestre de septiembre, octubre y noviembre, el fenómeno de La Niña, se instala en el territorio para extenderse hasta marzo del 2021.

Luis Muñoz, meteorólogo del CEAZA detalló que, “tal como ya se ha observado durante septiembre y principios de octubre, la primavera se presentará en varios lugares con temperaturas más bajas de lo normal, principalmente en la costa, en relación a temperaturas mínimas y máximas, así como también en los valles, en cuanto a temperaturas mínimas”.

2 semanas serían las que se podrían retrasar algunos cultivos debido a la fase de La Niña en la región.

Respecto al verano, Muñoz plantea que se podría comportar de una manera similar a la primavera. “Las temperaturas máximas en los valles de la Región de Coquimbo también podrían ser bajo lo normal”.

Sin embargo, el meteorólogo recalca que “no se descarta que se registren olas de calor o eventos extremos de altas temperaturas durante la temporada estival, ya que estas son situaciones puntuales y no guardan total relación con un fenómeno (como lo es La Niña) que modifica parámetros meteorológicos a niveles mensuales o trimestrales”.

¿Qué pasa con la agricultura?

Ante este fenómeno y el cómo afectaría en el rubro de la agricultura, Pablo Álvarez, académico del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena y director del Laboratorio PROMMRA, explicó que a pesar de encontrarse bajo esta fase, será de una intensidad moderada.

“Las temperaturas van a disminuir bajo los promedios entre los meses de primavera y verano, y eso va a provocar en la agricultura que haya un periodo de los crecimientos de los cultivos más largos”, sostuvo Álvarez.

“Lo que va a ocurrir es que se va a desplazar dos semanas. Las cosechas se van a retrasar levemente y no para todas las especies o variedades. Las que son tardías, seguirán siéndolo”, Pablo Álvarez, director PROMMRA

Este efecto se debe a que los cultivos crecen por acumulación de temperatura, en función de la cantidad de calor que se encuentra  y de radiación. En el caso de que las temperaturas bajen,  puede ocurrir que las cosechas se retrasen de 10 a 15 días. “Aquello que estábamos acostumbrados a hacer en una fecha normal, en esta oportunidad, lo que va a ocurrir es que se va a desplazar dos semanas. Las cosechas se van a retrasar levemente y no para todas las especies o variedades. Las que son tardías, seguirán siéndolo”.

“Tal como ya se ha observado durante septiembre y principios de octubre, la primavera se presentará en varios lugares con temperaturas más bajas de lo normal, principalmente en la costa”, Luis Muñoz, meteorólogo CEAZA

Esto se debe a que el desarrollo de los cultivos se atrasa según indica el profesional, ya que en “los frutales que son tempraneros, el fenómeno puede generar un efecto de un pequeño retraso en las fechas de cosechas y eso si puede afectar eventualmente los precios. Aun así, no aparece como un efecto tan significativo en la agricultura”, reconoce el experto.

Otra de las consecuencias que provoca el retraso del desarrollo de los cultivos, es el aumento del consumo hídrico. El director de PROMMRA, sostuvo que esto se debe a que al estar más días en proceso, “en el fondo se alarga el periodo de crecimiento, entonces son más días de demandas de agua. Pero se compensa con una leve disminución de la evaporación”, finalizó.