Los insectos benéficos en la agricultura protegida
El control de las plagas y las enfermedades en los cultivos es un objetivo que todo productor persigue. Ante esta necesidad, existen una serie de insectos que sí son bienvenidos, los insectos benéficos, mismos que son una solución (a través de un equilibrio natural) ante los invasores de nuestro huerto.
En lo general, existen dos grandes tipos: los que controlan plagas y los que mejoran al huerto. Los que controlan plagas se conforman por depredadores y parasitoides, ambos hacen uso de los insectos plaga. Los segundos, son insectos que ayudan a mejorar el huerto, ya sea como polinizadores o aportando nutrientes. Lo que se recomienda es su correcta identificación para la convivencia y funcionamiento con el huerto.
Berta Díaz-Merry, directora de operaciones y asesora en la Universidad CEICKOR, comenta que los insectos benéficos en la agricultura protegida comienzan a tomar relevancia gracias a la tendencia hacia la producción sustentable y el aumento de producción orgánica; por lo cual éstos se convierten en una buena herramienta.
“Un motivo especial del aumento de esta técnica es que es mucho más amigable con el medio ambiente, disminuye las aplicaciones, estresa menos a la planta, es un recurso fácil de usar y se presenta como una opción económica”, comenta la directora.
Dentro de las ventajas que los insectos benéficos presentan encontramos las siguientes:
- Efectividad en el control de las plagas gracias a su tamaño y necesidad vital.
- No dañan los cultivos, ya que no se alimentan de éstos; además, su pequeño tamaño evita estropearlos.
- No requieren un alto costo de mantenimiento.
- Evita el uso de productos químicos como insecticidas o pesticidas, traducido en menor costo de inversión y cuidado del medio ambiente.
- Colaboran con la polinización.
- Responsabilidad ambiental.
En el tema de los aspectos menos positivos, la Ingeniera Técnica Agrícola por la Universidad Politécnica de Madrid menciona que tenemos como elementos el costo y el tiempo de respuesta, que es más lento en comparación con otro tipo de aplicación contra plagas y enfermedades. Díaz-Merry dice que respecto a estos puntos “el benéfico es de naturaleza más bien preventiva, donde el productor debe cambiar la perspectiva de manejo ante las aplicaciones de químicos: tener más paciencia, ser más preventivo, y anticiparse ante el tiempo de respuesta”.
El costo-beneficio es un tema importante donde se debe diferenciar entre la agricultura protegida orgánica y la convencional. Comenta Berta: “en la agricultura protegida convencional, el valor de los benéficos es un caso variable donde en algunos casos puede ser redituable, pero en otros no (dependiendo de las plagas y virosis que introduzcan esas plagas respecto a región, clima, entre otros), ante lo cual, una opción es una combinación de manejo integral. Por su parte, en la agricultura orgánica el costo beneficio es mucho mayor”.
Algunos aliados
Catarinas (Coccinellidae). También mariquitas o vaquitas, con base a la región. Se le conoce como voraz depredador de áfidos (pulgones) y son un símbolo de salud en tu cultivo.
Son depredadores de larvas, pulgones, cochinillas, ácaros, piojos, polillas, araña roja, mosca blanca, entre otros. Es posible encontrarlas en plantas que poseen flores amarillas como el cilantro, el hinojo, eneldo, girasol, crisantemo, etc.
Escarabajo (Carabidae). Depredador de pulgones, ácaros, larvas, mosca blanca, entre otros. Existe también el escarabajo de cuatro manchas (collops quadrimaculatus), con color anaranjado y manchas azul metálicos que se alimenta de pulgones, mosca blanca, ácaro y mariposa. Se encuentran en las plantaciones de maíz o en pastizales.
Crisopas (Chrysopidae). Se le conoce como el destructor número uno de la mosca blanca al depositar sus huevos en las larvas de las mismas, para que en cuanto nacen comienzan a devorarlas. Las larvas tienen dentro de su dieta a la mosca blanca, pulgones, cochinillas, ácaros y pequeños gusanos. Los adultos se alimentan de néctar y polen. Se encuentran en plantas amarillas como hinojo, girasol y eneldo, así como pastizales de maíz, entre otros. Las flores son un importante elemento para atraerlos.
Chinches (Hemípteros). Existen las depredadoras como la chinche escudo (podius sp.) o la chinche pirata (orius sp.). Se alimentan de larvas y huevecillos de distintas especies; así como ácaros, pulgones, mosca blanca, entre otros insectos pequeños. Algunas variedades de la familia son consideradas plagas.Se encuentran en plantas de maíz y pastos, principalmente.
Ciempiés (Quilópodos). Insectos que habitan en espacio con piedras y se trasladan a la planta para alimentarse. Se alimentan de larvas de diversas plagas. Se encuentran en suelos húmedos donde existan piedras que funcionen como escondite.
Mantis religiosa (familia Mantidae). Dentro de sus principales presas encontramos a chapulines, grillos, saltamontes, mariposas, polillas, moscas, escarabajos, orugas, chicharras y larvas de distintos tipos. Puede devorar también insectos benéficos. Se encuentran en montículos de piedras con temperaturas cálidas.
Avispas (Vespidae). Dentro de las especies más conocidas y empleadas para el control de plagas son: encarsia para controlar a la mosca blanca, aphelinus que controla pulgones, y la avispa trichonograma spp. como depredadoras de huevecillos de mariposas, escarabajos, mosca blanca y chinches (entre otros). Una principal actividad es que actúa como parasitaria de todo tipo e pulgones donde sus crías se alimentan de su huésped, ya como adultos algunas se alimentan de néctar y polen, y otras como depredadores.
Abeja (Antófilos). Su importancia radica en la formación de las flores que resultan en frutos de nuestros cultivos. Se alimentan de néctar, y a su vez polinizan las plantas que encuentran en su camino al transportar el polen adherido a su cuerpo de una planta a otra.
México y sus insectos benéficos
En México, la cultura del insecto benéfico, comparado con otros países, se encuentra en desarrollo inicial, donde los resultados dependen mucho del cultivo y la región. “Se ha visto un incremento con el aumento de la producción orgánica”, dice Díaz-Merry.
La asesora de CEICKOR expresa que uno de los retos en el país es la legislatura y su regulación, y por otro lado es la cultura de uso por parte del productor. Berta Díaz nos expone que en su aspecto legal es más difícil lograr permisos de gobierno para desarrollar o traer benéficos que para dar de alta un químico, esto por motivo de tratar con un ser vivo que podría convertirse en plaga. Por parte del productor, el tema tiene que ver con el costo-beneficio respecto al tiempo y su aplicación.
La biodiversidad natural de nuestro cultivo es una herramienta que se puede emplear a favor, por lo cual es importante corregir los aspectos que la limiten para potencializar su fuerza. Esto requiere no sólo de elementos físicos, sino de observación y paciencia, para observar los movimientos de los insectos y apoyarles en sus necesidades. Por ello la importancia de conocimiento en el tema. Esta presencia natural generará una reacción en cadena a través de la cual aporta sistemas hacia un equilibrio.