Mohamed Amouri: “Podemos decir que los frutos rojos están en buen estado de salud. Esperamos que vuelva la lluvia”
La industria de los frutos rojos marroquí hasta los primeros meses de 2024 ha tenido un balance muy positivo de exportaciones, de más de 66.000 toneladas de arándanos y de otros frutos rojos al mercado internacional. Es un sector que está generando una importante cifra de inversión, calculada en más de 6.000 millones de dírhams.
Con ocasión del XXXIII Seminario Internacional de Berries que se realizó este 11 de septiembre en la ciudad de Tánger, conversamos con Mohamed Amouri, presidente de la Federación Interprofesional Marroquí de Frutos Rojos. El dirigente concuerda con estas cifras y agrega detalles de la industria: “Sí, estamos hablando de un sector no muy antiguo, reciente, que apenas tiene 25 años, un sector agrícola que es en términos de cifras de venta, muy interesante, y que en consumo de agua tampoco es muy consumidor de agua, es de consumo medio” explica.
La sequía, el gran desafío
El sector es un gran empleador de mano de obra en Marruecos, se calcula que llega a los 8 millones de puestos de trabajo de diversa índole, y agrega un gran valor a la economía agrícola marroquí exportadora, sin embargo, está enfrentando grandes desafíos, principalmente con la sequía, que en algunas zonas se extiende ya por diez años.
Los frutos rojos se producen y se cultivan principalmente en tres regiones de Marruecos. En el noroeste, entre la zona de Kenitra, que es la región Rabat – Kenitra. También en la región del norte, en Tánger Tetuán – Alhucemas y en el sur, en la zona del Sus- Massa.
Las tres zonas que albergan este cultivo se comportan a la par en cuanto a producción. El sur tiene la gran ventaja de producir fruta temprana por las horas de luz que ofrece al cultivo (las horas de luz determinan la precocidad de cada cultivo) y empieza la producción prácticamente a partir de mediados de noviembre o principios de diciembre.
Buena calidad, buenos precios
En noroeste, en Kenitra, la producción empieza a estar prácticamente a mediados de febrero, cuando el mercado del arándano en Europa tiene escasez de fruta. Cuando termina su exportación, prácticamente a mediados de noviembre, continúa Agadir con una fruta fresca, de buena calidad y cercana al mercado.
La fruta marroquí consigue precios mucho más altos, por lo que han llegado al sur a invertir en estos cultivos, porque Agadir permanece con embalses llenos de agua, producto de la riada cada tres años, lo que le permite el riego a toda la zona. Aunque también la lluvia ha dejado de llegar a Agadir y peligra su situación privilegiada desde 2014. Solo se sustenta con los proyectos de desalinización del agua para las 15 mil hectáreas de superficie. La zona es abundante en cultivos de arándanos y frambuesa, aunque el agua desalinizada no es de la misma calidad que el agua superficial de los embalses, por lo que el rendimiento de los cultivos no es el mismo que los del norte.
Nuevos mercados
La frambuesa y el arándano han crecido en superficie plantada, con 4.000 y 5.000 hectáreas respectivamente, sin embargo, la fresa ha decaído su superficie de 3.500 a 2.500 hectáreas. La tendencia claramente es a invertir en los cultivos que rinden más, con menos agua y mayor valor añadido.
“Hemos extendido la comercialización a otros países, esencialmente a Rusia, a Medio Oriente y estamos ahora intentando exportar a China, que es un mercado increíblemente grande y es donde nosotros queremos un poco bajar la tensión sobre el mercado europeo, realizar volúmenes más importantes y con mejor precio”, comenta Mohamed Amouri y advierte: “Podemos decir que los frutos rojos están en buen estado de salud. Esperamos que vuelva la lluvia, No hemos pasado todavía los malos momentos y esperamos que la Madre Naturaleza sea generosa” finaliza.
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