Optimismo moderado en el sector arandanero ante el escenario económico y las demoras en la cosecha por el clima.

El presidente de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (APAMA), Alejandro Pannunzio, se refirió a la situación del sector en la región, las posibilidades de ampliar mercados y las expectativas para la temporada 2024-2025.

Pannunzio explicó que las condiciones climáticas adversas han demorado el inicio de la cosecha más de lo previsto. “Las expectativas son buenas, está un poco atrasada la campaña, es así porque el frío nos está demorando bastante la cosecha, más de lo esperado», comentó. Aunque la cosecha ya ha comenzado, lo ha hecho gradualmente, y se espera que tome impulso en las próximas semanas.

El sector ha logrado mantener la estabilidad en la superficie cultivada, lo que genera un moderado optimismo. “Respecto del año pasado, la superficie se mantuvo más o menos estable

Venía decayendo en los últimos años, pero este año no decreció la superficie,” señaló Pannunzio.

En Concordia, la superficie destinada al cultivo de arándanos se ha reducido drásticamente en los últimos años, pasando de 2.000 a aproximadamente 600 hectáreas. Esta disminución ha tenido un impacto significativo en el empleo y las inversiones en la región. Sin embargo, Pannunzio destacó que la demanda global del arándano sigue en constante crecimiento, lo que mantiene al sector con expectativas positivas. “El arándano tiene la enorme ventaja de que la demanda a nivel mundial siempre crece más que la oferta,” explicó.

El desafío de las políticas públicas

Pannunzio subrayó la importancia de contar con políticas públicas que respalden al sector productivo, más allá del signo político de quienes gobiernen. “El país no viene teniendo eso, yo diría que es al contrario. Ahora teóricamente se plantea un cambio, pero ese cambio se tiene que formalizar,” comentó, remarcando la importancia de políticas proyectadas a largo plazo que permitan afianzar un marco duradero para el sector.

El doble tipo de cambio, las retenciones y otros costos adicionales, como el Impuesto País, han afectado la rentabilidad del sector. Además, la falta de nuevas variedades genéticas está limitando la productividad. “Nos faltan algunas cuestiones tranqueras adentro, como tener nuevas variedades, pero eso de tener nuevas variedades viene de la mano de que el cultivo tenga rentabilidad,” destacó Pannunzio.

Una visión optimista para el futuro

A pesar de los desafíos, Pannunzio expresó un moderado optimismo respecto al futuro del sector, destacando que la naturaleza misma del cultivo del arándano requiere una visión a largo plazo. “Quien pone una plantación es naturalmente una persona optimista,” concluyó.

Se espera que la cosecha se intensifique en octubre y noviembre, lo que generará una importante demanda de mano de obra, estimada en alrededor de 6.000 empleos temporales en la región.

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