“Pensar a lo grande” para que el comercio mundial de alimentos impulse la nutrición

Director General de la FAO: las instituciones que quieren aumentar la disponibilidad de alimentos a menudo favorecen aquellos que no son saludables.

El comercio mundial de alimentos es esencial para todos los países, pero es necesario reformar sus reglas y normativas con el objetivo de impulsar el comercio de alimentos sanos y nutritivos, en lugar de simplemente baratos, aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.

Facilitar la exportación de productos básicos para alimentar al planeta fue un imperativo de la posguerra. Pero esta trascendencia ha cambiado, ya que “los productos básicos se convirtieron en sinónimo de alimentos procesados industrializados” y el peligro de la obesidad es una amenaza hoy tan grave como la del hambre, dijo Graziano da Silva, asegurando que “ahora las cosas están cambiando completamente”.

Explicó que el popular modelo “de la granja a la mesa” de la cadena alimentaria no tiene en cuenta las complejas realidades de los sistemas alimentarios. “La mayoría de las cosas importantes que hacemos –dijo- van más allá del tenedor”.

El ámbito regulador de la alimentación, que comprende leyes, normas, protocolos de producción, subsidios y divulgación de la información, debería rediseñarse “para proteger a los alimentos saludables y no a los alimentos en general”, dijo Graziano da Silva. “Promover alimentos saludables es parte del mandato de la FAO, e incluso diría es una obligación”.

El Director General de la FAO intervino en la presentación en Roma del Informe de políticas alimentarias mundiales de 2018, publicado por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IFPRI). La edición de este año se centra en cómo controlar el creciente descontento con la globalización.

“Debemos ir más allá de la producción”, señaló por su parte Shenggen Fan, Director General del IFPRI, y destacó que los desafíos clave en la promesa de acabar con el hambre incluyen la nutrición, el empleo, la migración y el intercambio abierto de conocimientos e información.

“Necesitamos del comercio, ya que todos los países, sin excepción, requieren intercambiar productos para alimentar a su población. La pregunta es qué tipo de intercambios”, aseguró Graziano da Silva.

Observando que hay una proliferación de tensiones comerciales con respecto a los productos frescos en particular, sugirió que resulta obsoleto “aplicar la misma normativa a la exportación de un producto de Brasil a Japón a algo producido en las proximidades para ser vendido en un mercado de campesinos en la misma ciudad”.

Como resultado, los alimentos procesados producidos en masa, a menudo con un exceso de grasas saturadas, sal y azúcar, resultan en realidad favorecidos por las reglas actuales.

“Para garantizar que los futuros sistemas alimentarios proporcionen alimentos saludables para todas las personas, necesitaremos un profundo cambio”, dijo Graziano da Silva, señalando que esto implicaría mucho trabajo por parte de organismos normativos como el Codex Alimentarius.
“Tendremos que pensar a lo grande si realmente queremos conseguir este cambio”.

El informe del IFPRI

El comercio resulta esencial para alcanzar los objetivos globales en la erradicación del hambre, aseguró el Director General del IFPRI.

El comercio internacional aumenta la disponibilidad de alimentos y puede ayudar a incrementar su diversidad, como cuando las frutas tropicales se envían a países de zonas templadas durante el invierno, y los cereales viajan en la otra dirección, explicó Fan.

En los últimos 40 años, la proporción mundial de calorías alimentarias que cruzan las fronteras internacionales aumentó de cerca del 12 por ciento a más del 19 por ciento, según el informe del IFPRI.

El comercio de alimentos afecta a cuestiones más allá de las calorías y el consumo. Fan citó el ejemplo de las importaciones de “agua virtual” de China a través de importaciones de alimentos de Brasil, Canadá y Estados Unidos, sin las cuales los acuíferos y ríos que existen en la propia China podrían agotarse.

Fan concluyó indicando que para garantizar que los aspectos positivos del comercio superan aquellos potencialmente negativos, es importante crear un entorno que sea incluyente, especialmente para los pequeños campesinos del planeta.

Fuente: www.fao.org

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