Protección frente a las amenazas…
Entre los principales factores ambientales que atentan contra el potencial genético de los cultivos están la baja fertilidad de los suelos, las plagas, las enfermedades patógenas, las condiciones climáticas poco favorables, como la falta de agua y las altas o bajas temperaturas.
La agricultura moderna desarrolla tendencias, y éstas van de la mano del desarrollo vertiginoso de la tecnología. Son tendencias que no tienen que ver con el consumo de nuevas herramientas solamente, sino que surgen en respuesta a las exigencias y amenazas del mundo moderno.
En los últimos cincuenta años se ha generado más información y conocimientos que en el conjunto de la historia del hombre. Con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, TIC’s, actualmente un agricultor basta con que busque esa información, la adopte como conocimiento, se apropie de ella y la incorpore e implemente en su proceso de producción.
Las TIC’s han permitido lograr un progreso considerable, englobando o universalizando nuevos conceptos y tendencias para el quehacer humano, y la agricultura ha sido el sector productivo que mejor lo ha sabido aprovechar.
Amenazas y desafíos
Los efectos del Cambio Climático se han convertido en una amenaza para el quehacer agrícola en casi todo el mundo, y de manera especial en nuestra región si le agregamos el impacto del fenómeno de El Niño. Esta realidad, sumada a la urgente necesidad de alimentos para una población que va en aumento exponencial, son dos elementos gravitantes para que la agricultura busque estrategias y modos de desarrollo cada día más productivos y sustentables, basándose en las nuevas tecnologías.
Por estas razones, los cultivos han experimentado una tendencia cada vez más evidente de lograr una producción anticipada y ojalá permanente, que no se logra plenamente de la manera tradicional.
Agricultura protegida
Se desarrolla entonces la tendencia de producir bajo sistemas de estructuras cerradas, cubiertas por materiales transparentes o semitransparentes, que permiten obtener condiciones artificiales de microclima, que conocemos como agricultura protegida.
Esta tendencia en la agricultura moderna ha creado la necesidad de utilizar diferentes elementos, materiales y estructuras en la protección de los cultivos, con la finalidad de obtener altos rendimientos y una mejor calidad en los productos. El uso de estos sistemas vaticina grandes ventajas para los productores, que se visibilizan al comparar los resultados de la producción bajo condiciones de agricultura protegida y sin ella.
La agricultura protegida, en gran medida, ha sido el resultado del desarrollo de la industria petroquímica, que desde mediados del siglo XX ha producido y perfeccionado los materiales plásticos para uso agrícola, por lo que también se le llama “plasticultura”.
Entre los principales factores ambientales que atentan contra el potencial genético de los cultivos están la baja fertilidad de los suelos, las plagas, las enfermedades patógenas, las condiciones climáticas poco favorables, como la falta de agua y las altas o bajas temperaturas. Todos estos factores inciden sobre los cultivos al aire libre y dan como resultado unos bajos rendimientos.
En cambio, el sistema de agricultura protegida logra dar con resultados de productos de alta calidad, con mejores precios de venta y con mayores niveles de inocuidad, porque las estructuras bien diseñadas ofrecen al agricultor tener un control sobre las heladas y bajas temperaturas; los excesos de humedad; los insectos transmisores de enfermedades; la radiación y altas temperaturas; el viento; las plagas; los daños por granizo; una mejor difusión de la luz; el manejo del CO2, entre otras ventajas.
Estructuras
En cuanto a los tipos de materiales para las estructuras de este sistema los más usados son: maderas, coligues o bambú, alambre, mangueras de PVC, plásticos y mallas, y en cuanto a sus formas y diseños, están los arcos, que dan forma a los macro y micro túneles, y los techos de dos aguas, en el caso de las sombras, de mallas o de plásticos. En el caso de los plásticos, éstos se han perfeccionado rápidamente desde los normales, ausentes de cualquier tratamiento especial, hasta los que favorecen la difusión de la luz en el interior con el fin de promover y lograr mayores tasas de fotosíntesis. También hay plásticos que bloquean los rayos ultravioleta (UV), plásticos blanco-lechosos con determinado porcentaje de sombreo, así como plásticos tricapa y otros con características anti-goteo, además de los fotoselectivos, a fin de contrarrestar las plagas, y también los hay antipolvo.
En definitiva, la agricultura protegida busca el desarrollo y uso de un sistema de producción que permite modificar el ambiente natural en el que desarrolla el cultivo, protegiéndose de sus inclemencias y con el propósito de alcanzar un buen crecimiento y un alto rendimiento productivo.
Fuente: Blueberrieschile.cl – Blueberriesconsulting.com
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