Todas las empresas del mundo tienen un nombre, que con el tiempo y la visibilidad se convierte en marca, y esa marca, según su comportamiento y prestigio se comienza a convertir en un estilo, en un modo de vida, en un relato. Es el caso también de los productos asociados a los países. No pocas veces hemos escuchado hablar de la “marca país”.

En el caso de la industria frutícola este fenómeno no es distinto y se ha profundizado en la última década, por la globalización de la industria y por la alta competitividad de la oferta en los mercados, lo que ha provocado una urgente necesidad de diferenciación.

Diferenciación

En el caso de los arándanos esta diferenciación puede ser en sabor, tamaño, firmeza, bloom, turgencia, dulzor u otras cualidades de aspecto o experiencia de consumo, pero cuando estas cualidades tienen poco rango diferenciador se recurre a otros factores para conseguir la preferencia de los consumidores.

La trazabilidad del producto, su huella hídrica o de carbono, la sustentabilidad de su proceso productivo, la sostenibilidad de su industria, la inocuidad del producto, o el trato a los recursos humanos involucrados en su producción, son factores que están siendo muy vigilados por los consumidores y los mercados mundiales, que exigen total transparencia en el proceso y responsabilidad con el cuidado al medio ambiente.

Mexicanidad

En el XX Seminario Internacional de Blueberries que se realizó en Guadalajara a principios de junio, Juan José Flores, director general de la Asociación Nacional de Exportadores de Berries (Aneberries) en su presentación sobre la industria mexicana, comenzó a hablar de “mexicanización de los arándanos azules” y explicó que la nueva gráfica con la que están promoviendo su fruta representa los valores de su país.

“Nuestra fruta tiene mucha identidad y esa identidad tiene que ver con frescura, con crocancia, con dulzura, con sabor, y cada día los identifican más con mexicanos, por eso utilizamos la imagen de ese arándano azul con la mexicanidad del charro, ahora lo queremos asociar más con ese colorido de nuestras fiestas, de nuestras tradiciones, y parte de eso también estamos haciendo en la promoción nacional de consumo de arándanos”, explicó el ejecutivo de Aneberries.

Inocuidad y responsabilidad social

“Tenemos que cuidar esa mexicanidad, ligada al prestigio de la inocuidad, de la responsabilidad social, y tenemos que trabajar mucho también en los temas ambientales”, enfatizó y agregó al final de su presentación:

“Quiero volver a recordar lo que mostré en la primera lámina, sobre la importancia de cuidar la identidad de los arándanos azules de México. Cada día se están identificando más como parte de esa mexicanidad. Hoy no solo en el mundo se habla de los productos asociados con esa identidad mexicana, si no que hoy cuando se habla de los berries de México, en particular se habla de los arándanos azules”, concluyó.