CarSol Group es una empresa fundada en 1986, que distribuye arándanos en Norteamérica, Europa y Asia, producidos en sus propias fincas y de agricultores asociados. La empresa tiene su sede en los Países Bajos, con oficinas comerciales en los EEUU (Costa Este y Oeste), Europa (Rotterdam) y Asia (Singapur) y acceso a capacidades de producción en Chile, Perú y Portugal.

Al tener la capacidad de ofrecer arándanos durante todo el año, la compañía ha despertado el interés de los grandes mayoristas para formar alianzas estratégicas, redes de distribución y gran presencia en los mercados más relevantes.

Le consultamos a Raimundo Ortúzar, ejecutivo de CarSol, sobre cómo les ha afectado la pandemia y nos comenta que los efectos se han notado principalmente en la disponibilidad de gente para labores de cosecha y packing, debido al temor por contraer la enfermedad y “porque la gente está bien cubierta en sus necesidades por ayudas estatales y bonos, no tienen mayor interés en participar en faenas como las agrícolas”, asegura.

¿Cómo se ve la temporada chilena de arándanos?

• En general vemos la temporada de forma optimista aunque con algo de incertidumbre debido a la situación COVID, pero estamos convencidos que al tener nuestras propias oficinas comerciales, donde existe una sólida alianza comercial con Guimarra Berries en USA, tenemos nuestra propia comercializadora en Rotterdam CarSol Europe y sociedades comerciales con Turners and Growers, que nos permite cubrir de muy buena manera Asia con gran fortaleza en mercados secundarios fuera de China, por lo que  estamos en un muy buen pie para enfrentar cualquier eventualidad.
  Hoy Perú bajó sus volúmenes drásticamente y dejó los mercados libres de presión que como industria debemos capitalizar, distribuyendo de manera correcta nuestra oferta, sumado a una pequeña baja en volumen que estamos viendo, debiéramos enfrentar una temporada sin mayores sobresaltos.
  Hoy no se puede concebir el negocio sin participar las 52 semanas del año como proveedor del retail, en ese sentido como CarSol también hemos expandido nuestra producción a Perú y hemisferio norte en Portugal, lo que nos permite estar presente en nuestros clientes todo el año y analizar el negocio de forma más integral.

¿Qué perspectivas y desafíos visualizas para la industria del arándano a futuro?

• Siendo hoy el arándano un producto comoditizado, dentro de una industria muy competitiva, pienso que hay desafíos que no podemos dejar pasar, como tener un foco en la calidad de la fruta. Siempre se defenderá mejor en mercados complejos un producto de buena calidad y condición, donde ya no hay espacio para fruta deficiente, que prácticamente ya no tiene venta. También tenemos grandes desafíos productivos que permitan producir más kg/ha y de mejor calidad, donde en la ecuación vemos se hace cada día más importante el Q, ya que el P es prácticamente constante. Para esto también es importante tener en mente la automatización y control de distintos procesos productivos y logísticos donde también como industria dejamos mucho dinero sobre la mesa

¿Se ha notado un cambio varietal en la producción chilena, en producción o en calidad?

• En general desde Chile aun no notamos un cambio drástico en variedades, seguimos trabajando variedades antiguas como O ‘Neal y otras, que son poco productivas, de cosecha cara y poco apreciada en los mercados. Hoy existen grupos de variedades muy buenas en términos productivos y de calidad, pero que aún se encuentran cerradas y son de difícil acceso, estas variedades, junto con otros programas genéticos no tan complejos en su estructura comercial, son una gran herramienta que permite obtener mayores producciones por hectárea y de mejor calidad, ayudando así a hacer más rentable el negocio desde el campo.

El ejecutivo relata que es el mercado de los orgánicos el que más crece en cada temporada. “Soy un convencido que la industria va en ese sentido, de entregar un producto más ‘verde’ al consumidor final”. Comenta que la demanda por arándanos orgánicos crece permanentemente en el mercado estadounidense y se consiguen mayores valores comparado con la fruta convencional, “y últimamente en Europa, donde era difícil alcanzar una diferencia de precio significativa, ya vemos programas comerciales que están valorando más el producto orgánico entregando un diferencial de precio”, afirma.