Región de La Araucanía: La industria agrofrutícola gana terreno sobre la industria forestal

Los campos verdes y húmedos de La Araucanía poco a poco se comienzan a vestir de otra forma. Las grandes extensiones de eucaliptus y pino de las empresas forestales, que se pensaba iban a ser una industria perpetua, están dando paso al avance de pequeñas plantaciones de arándanos, frambuesas, grosellas y avellanos en un fenómeno invisible hasta el momento, pero que de a poco se consolida en la perspectiva de transformar radicalmente los cultivos de la región y con ello también las relaciones económicas y sociales de sus habitantes.

La llegada de los productos chilenos a los nuevos mercados mundiales, las nuevas demandas, más diversificadas, y de consumidores con mayor poder adquisitivo, ha envalentonado a muchos pequeños agricultores para reconvertir sus cultivos y sus suelos, dando paso a plantaciones de frutales nuevos, genéticamente aptos para explotarlos a nivel de industria y de gran demanda en nichos muy específicos.

El acceso a la información sobre nuevos productos, a las nuevas tecnologías de explotación de cultivos, y a los nuevos mercados internacionales, ha empujado a los agricultores a tomar decisiones radicales para el uso futuro de sus campos agrícolas.

Incluso muchas comunidades indígenas están explorando también ser parte de este fenómeno que podría cambiar radicalmente el paisaje del territorio sureño.

La demanda de fruta en los mercados internacionales es importante, en cualquiera de sus formas, ya sea como fruta fresca, congelada, seca, o en todo tipo de elaboraciones. Pero hoy emergen nuevos mercados para los cultivos nacionales de fruta, y estos están ligados principalmente al mundo de la cosmética, la estética y a la industria farmacéutica.

Mucha de la producción de avellano europeo, por ejemplo, está comercializada en la modalidad de “venta a futuro” para suplir la demanda de la industria cosmética.

En el  caso del cultivo del arándano, la exploración comercial también transita por el campo de la cosmética y la industria farmacéutica, debido a las reconocidas propiedades antioxidantes del arándano y sus cualidades de antibiótico natural.

Hoy existe tecnología para desprender determinados compuestos de la fruta que son principales en medicamentos, cremas de belleza o filtros solares naturales.

Tal vez, debido a esta realidad, el futuro inmediato de la región sea convertirse en una zona de instalación de grandes laboratorios internacionales, que se provean en forma directa de las materias primas necesarias para la elaboración de sus productos de alta tecnología.

 

Fuente: Blueberrieschile.cl

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