Revolucionaria plataforma midió el impacto ambiental de la producción de arándanos

Durante la semana pasada Fundación Chile dio a conocer al país una importante innovación que permitirá tener más información sobre el impacto medioambiental de la industria agrícola. Se trata de Ecobase Alimentos una herramienta de cálculo en formato excel descargable que permite a las empresas, usando la metodología de Análisis de Ciclo de Vida, obtener la huella ambiental de 16 productos del sector agroalimentario y vitivinícola de exportación, como por ejemplo, manzana, uva de mesa, arándano, salmón, vino, y palta.

De esta forma, las empresas pueden probar distintas prácticas, como, por ejemplo, el uso de un agroquímico distinto, o el reemplazo de alguna fuente de energía, y compararlas con su línea base para ver cómo se ve modificada su huella ambiental ante estas diferentes prácticas. Asimismo, Ecobase Alimentos muestra distintas categorías de impacto, como huella de carbono, huella hídrica consuntiva, deterioro de ozono, y uso de suelo.

Para obtener estos datos y los referentes a los demás productos y categorías, el proyecto incluyó un exhaustivo trabajo de recolectar información, a través de más de 150 fuentes del sector, tanto primarias como secundarias. «Esta es la primera base de datos de este tipo en el país, lo que representa un importante punto de partida sobre el cual continuar construyendo. En el futuro la calidad de los datos actuales podría ser mejorada», explicó Michelle Senerman, Líder del Centro de Producción y Consumo Sustentable de Fundación Chile.

Asociado a los puntos donde se encuentran sus huellas más altas, la iniciativa creada por Fundación Chile pondrá a disposición guías de buenas prácticas para que las empresas puedan mejorar su gestión, logrando así mayores eficiencias y control de sus procesos, pudiendo resultar en una disminución de los costos de producción.

Ecobase Alimentos viene acompañada de un benchmark nacional de las huellas de cada producto, lo que permite compararse con una base nacional y ver dónde se encuentran las mayores brechas respecto del país y dónde se pueden realizar mejoras relevantes. Del mismo modo, «el sector podrá diferenciarse al verse como uno de los más proactivos en el mundo en términos de aplicación de Análisis de Ciclo de Vida, obteniendo fidelidad y confianza de compradores internacionales», añadió Senerman.

La herramienta – que cuenta con el apoyo de Corfo, tiene como coejecutor a la Universidad de La Frontera y que también tiene como socios al Ministerio de Agricultura, Salmón Chile, AmiChile y Movi – quedará a libre disposición para ser descargada desde la página web de Fundación Chile y de todos los socios del proyecto este 25 de octubre.

Desde el sector alimentario valoraron el lanzamiento de esta iniciativa. «Aquí se ha dado un paso relevante para la industria alimentaria nacional. Exportamos más de 2,6 millones de toneladas al año de fruta fresca, por lo tanto, nuestra vara debe estar en lo que exigen los países desarrollados a nivel global», señaló Edmundo Araya, secretario general de ASOEX.

En la misma línea, Juan Carlos Sepúlveda, gerente general de Fedefruta, afirmó que «como industria tenemos que diferenciarnos porque llegamos a más de 80 países, en los cuales el consumidor es mucho más exigente. Ecobase nos conduce a solucionar brechas que hoy tenemos y a distinguirnos como industria».

Desde ProChile, en tanto, Paula Moreno, jefe del Subdepartamento de Comercio Sustentable, invitó a las empresas a usar la calculadora: «Esta herramienta es muy concreta y cuantitativa, y permite a las empresas estar mejor preparadas para mercados internacionales, ir mejorando y comparándose con un benchmark», finalizó.

Arándanos

Dos importantes resultados preliminares fueron presentados durante la ceremonia, se trata del impacto ambiental de la industria del vino y del cultivo de arándanos. En el caso del vino el estudio arrojó que la producción de vino blanco varietal tendría un impacto mayor que el tinto varietal que se cifra en en un 19%. Por ejemplo en detalle un litro de vino blanco varietal arrojó una huella de carbono de 1,23 Kg de CO2 equivalentes, mientras que la de vino tinto varietal es de 1,06 Kg de CO2 equivalentes . Es decir un 16% más alta.

A su vez, la huella de agua, que tiene relación con el volumen de recurso hídrico usado en base a la disponibilidad que posee la zona geográfica, tuvo como resultado qque la producción de un litro vino blanco varietal posee una huella hídrica de 0’0007 m3, mientras que la de vino tinto varietal es de 0’0006 m3, es decir un 20% más alta.

En el caso del arándano fue en la Región del Biobío donde se detectaron mayores niveles de impacto ambiental, medición que incluyó el Maule y O’HIggins.

En el caso de la Sexta Región, el impacto fue siempre menor respecto a sus pares.

Mientras que respecto de la huella hídrica, producir un kilogramo de fruta equivale a 0,53 m3, mientras que en la huella de carbono la Sexta Region llega a 0,32 Kg de CO2 por kilo de arándanos producido.

 

Fuente: Diario El Rancaguino

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