SIMPROC: Una iniciativa local de Agricultura Climáticamente Inteligente

A pesar de la importancia estratégica que tiene la agricultura para el desarrollo del país, claramente es la actividad productiva que se mantiene más vulnerable frente a los fenómenos naturales y los impactos del cambio climático, lo que conlleva grandes variaciones comerciales de sus productos en los distintos mercados.

Según el “Análisis de vulnerabilidad del sector silvoagropecuario, recursos hídricos y edáficos de Chile frente a escenarios de Cambio Climático”, realizado por el Centro de Agricultura y Medio Ambiente, AGRIMED, de la Universidad de Chile, en el futuro, la agricultura deberá competir fuertemente con otros sectores de la economía por los recursos naturales básicos, como suelo y agua.

El calentamiento global amenaza con reducir significativamente estas reservas, constituyéndose en un factor de riesgo en regiones donde la agricultura tiene fuerte dependencia de las aguas superficiales. Este hecho, junto al aumento de la temperatura media para mediados del presente siglo, podría desplazar las actuales zonas climáticas hacia el sur. No obstante, los cambios pueden ser negativos o positivos para la agricultura. La atenuación del régimen de heladas permitiría adelantar en varios meses la fecha de siembra de los cultivos de verano, lo que permitiría aprovechar parcialmente las precipitaciones invernales. Los frutales podrían extender su área de cultivo hacia las regiones de la Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. Las especies subtropicales podrían mejorar sensiblemente su potencial en casi todas las regiones.

SIMPROC

Para evaluar el comportamiento de los cultivos frente a estas variaciones del clima, se utiliza en Chile el Simulador de la Productividad de Cultivos, SIMPROC, desarrollado por el Centro AGRIMED. El modelo simula el crecimiento y producción de los cultivos, integrando los principales procesos ecofisiológicos y su regulación climática.

Una de las mayores ventajas del modelo SIMPROC frente a otros modelos de cultivos, es que realiza la simulación de manera iterativa, es decir, el modelo considera todas las fechas de siembra, para cada día del año, y escoge la fecha que maximice el rendimiento. De esta manera el modelo entrega como resultado la fecha de siembra y de cosecha, lo que permite elegir la mejor siembra para informar el rendimiento potencial, a la vez que la fecha de siembra óptima. Esta iteración, o repetición, permite determinar los posibles desplazamientos en las fechas de siembra que podrían tener los cultivos anuales bajo nuevos escenarios climáticos, lo que es esencial por cuanto sería un error evaluar el comportamiento futuro de un cultivo suponiendo que se mantiene la misma fecha de siembra actual. En el caso de las especies frutales, lo que representa la mayor movilidad es la fecha de maduración de los frutos.

Agricultura Climáticamente Inteligente

La agricultura climáticamente inteligente (CSA, siglas en inglés) constituye un enfoque que ayuda a orientar las acciones necesarias para transformar y reorientar los sistemas agrícolas a fin de apoyar de forma eficaz el desarrollo y garantizar la seguridad alimentaria en el contexto de un clima cambiante. La agricultura climáticamente inteligente, CSA, persigue tres objetivos principales:

  • El aumento sostenible de la productividad y los ingresos agrícolas
  • La adaptación y la creación de resiliencia ante el cambio climático y
  • La reducción y/o absorción de gases de efecto invernadero, en la medida de lo posible.

Principales características del modelo SIMPROC

El modelo SIMPROC integra en el tiempo las respuestas ecofisiológicas de los cultivos frente a los estímulos climáticos. El crecimiento es simulado entre la emergencia y la cosecha. A partir de la intercepción de la radiación solar y del área foliar, simula en cada instante la producción fotosintética bruta. Una vez considerados los costos respiratorios se establece el potencial de producción de materia seca, proceso en el que influyen las temperaturas y la disponibilidad de agua en el suelo. Mediante un balance hídrico del suelo se establece el grado de satisfacción de las demandas hídricas del cultivo, lo que a su vez, regula la velocidad del crecimiento. El modelo simula la fenología del cultivo a partir de la acumulación de días-grado, variable de base para establecer en todo instante la edad fisiológica del cultivo. A partir de ésta, se modula el coeficiente de reparto del crecimiento entre los distintos órganos de la planta, así como su sensibilidad frente a eventos catastróficos como las heladas, el estrés térmico y la sequía. El área foliar del cultivo crece hasta que la fenología gatilla la senescencia, momento a partir del cual comienza a disminuir el área de hojas expuesta a la radiación solar y, con ello, la fotosíntesis hacia el final del ciclo.

Variables de entrada del modelo

  • Variables Climáticas: Temperaturas máximas y mínimas, precipitación semanal, radiación solar, evapotranspiración potencial, humedad relativa.
  • Variables Ecofisiológicas: Temperaturas mínimas, óptimas y máximas de crecimiento, días-grado para el desarrollo y maduración, sensibilidad a heladas y al déficit hídrico por fases fenológicas, profundidad de raíces, eficiencia fotosintética, relación área-peso de las hojas, tasa de respiración de mantención y de crecimiento.
  • Variables de salida del modelo: Producción de materia seca, rendimiento de grano, frutos o parte cosechada, índice de área foliar, fecha de siembra y cosecha óptimas, consumo de agua, eficiencia productiva del riego y riesgos de heladas, de sequía y de estrés térmico en distintos momentos del año para cada especie.

A partir de la información climática actualizada se estiman los potenciales de producción para los principales cultivos anuales, especies frutales, praderas y especies forestales. Esto representa la línea base para estimar el impacto productivo de los cambios climáticos en el país. Los resultados de la aplicación del modelo SIMPROC permiten conocer los niveles de rendimiento, la estacionalidad de las fechas de siembra y cosecha, el consumo de agua, así como los riesgos de heladas, de sequía y de estrés térmico en distintos momentos del año para cada especie y comuna.

El modelo SIMPROC se enmarca en el concepto de CSA, porque ésta constituye un enfoque para desarrollar estrategias agrícolas encaminadas a garantizar la seguridad alimentaria sostenible en el marco del cambio climático y proveer los medios para ayudar a las partes interesadas a identificar, en los niveles local, nacional e internacional, estrategias agrícolas acordes con las condiciones de cada lugar. La iniciática del Centro AGRIMED, de la Universidad de Chile, al igual que la CSA, está enmarcada en los objetivos estratégicos de la FAO y alineadas con la visión de una alimentación y una agricultura sostenibles.

(SIPROC está a disposición de cualquier productor, basta contactarse con AGRIMED de la U. de Chile).

Fuente: Martín Carrillo O. – Blueberries Consulting

Articulo anterior

Artículo siguiente

ARTÍCULOS RELACIONADOS

¿Producir arándanos en maceta o en bolsa?
Las ventajas de tener acceso a los datos que permiten a su organización ...
Lograr el máximo potencial de las nuevas variedades de blueberries: Mace...