Sobran los motivos para reunirnos en Tucumán…

Argentina tiene tres lugares donde se produce el cultivo de arándanos. El sector Noreste, NEA, (Entre Ríos, Corrientes y Misiones), la provincia de Buenos Aires y alrededores, y Tucumán, que está posicionado como la segunda zona productora de arándanos de Argentina, pero goza de los mejores precios por su fruta en el mercado del Hemisferio Norte.

La gran mayoría de la cosecha se exporta como fruta fresca a EEUU, la UE, Canadá, algunos destinos en Asia y se está revisando el protocolo para el ingreso al mercado chino. Lo que no es exportable como fruta fresca por estándares de calidad, se destina a un proceso de congelado IQF.

La exportación de arándanos como fruta fresca es la que genera mayor ingreso de divisas para el productor y para la provincia. El remanente destinado al proceso de congelado también se exporta, y se destina para la elaboración de dulces, jugos, yogurt y snack.

El consumo interno no está muy desarrollado, porque por un lado el productor no desea venderle al mercado local y por el otro, el consumidor no lo demanda tanto en comparación a otros frutales más tradicionales.

El cultivo del arándano comenzó a realizarse en el año 1998 en Tucumán. Desde entonces la fruta se posiciona en el mercado internacional, en especial en los mercados del Hemisferio Norte. La actividad empezó de manera experimental en los campos de Famaillá, y de a poco el cultivo fue creciendo y los productores se vieron en la necesidad de conocer más acerca de las tareas específicas que conlleva la plantación extensiva de los arándanos. Entonces, decidieron organizarse para la gestión de la actividad en la provincia. Así surge la Asociación de Productores de Arándanos de Tucumán, Apratuc, en la que los productores se agrupan para decidir, dirigir y coordinar el negocio arandanero tucumano.

Sobran los motivos entonces para visitar la industria tucumana, es por esto que el 28 de junio se realizará el 8° Seminario Internacional 2017, en el Hotel Sheraton de Tucumán.

Visitaremos una industria con experiencia, encabezada por organizaciones líderes, como la Apratuc, y la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina, Apama, con quienes analizaremos las necesidades de los productores argentinos y que nos involucra a todos los latinoamericanos.

Nos reuniremos para compartir información y conocimientos respecto a la calidad de la fruta, el transporte y la logística. Abordaremos los aspectos fitosanitarios y los del proceso de postcosecha, además del conocimiento y uso de las nuevas tecnologías de protección de los cultivos, entre otros temas de interés.

Hay que rescatar que de las más de mil hectáreas plantadas de arándanos en Tucumán, casi la mitad tiene control de heladas, debido a los esfuerzos de la inversión privada y, en algunos casos, a la de instituciones como el Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán, IDEP, que otorgaron créditos a pequeños productores para tener control de heladas con riego por aspersión.

A esto se suma la nueva terminal de carga con cámara de frío con la que cuenta el aeropuerto internacional de Tucumán Benjamín Matienzo, posibilitando acopiar fruta para tres vuelos en el mismo día. Además se está trabajando para la ampliación de la plataforma de carga.

Aunque en este aspecto también hay que detenerse a reflexionar, ya que la gran lección que deja la temporada 2016 es que Argentina ya no resulta tan competitiva en costos, porque la exportación por vía aérea se está convirtiendo en un lujo, y representa nada menos que el 95 % del total vendido al exterior. Sólo el 3% de las exportaciones se trasladan por vía marítima, aunque se prevé que ese porcentaje se eleve más, debido a la necesidad urgente de reconversión que enfrenta el sector.

Debido a los serios problemas de logística portuaria que adolece Argentina, los barcos cargueros pueden tardar alrededor de 30 días en llegar al puerto de Miami, cuando Perú y Chile, aún viniendo desde el Pacífico, pueden hacerlo en 15 días, y ya es sabido que trasladar la fruta en avión cuesta más del triple de lo que se requiere hacerlo vía marítima.

Otro tema a abordar es el aspecto laboral, debido a que los países de la región tiene costos mucho menores que los productores argentinos, por lo que en la temporada 2016, si bien se exportó más arándanos, se ganó menos dinero que en otros años, por los motivos antes enumerados y porque Perú se ha convertido en un competidor directo con mucho menores costos.

Por lo que reiteramos, sobran los motivos para reunirnos en Tucumán…

Fuente: Martin Carrillo O. – Blueberries Consulting

 

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