Una agricultura que se vestirá de realismo mágico…
Las noticias se suceden con rapidez en nuestro continente. Hoy un terremoto, mañana una sequía, luego una inundación, o bien la realidad cotidiana de pagar los costos de cualquier crisis económica, por lejana que ésta sea.
El mundo globalizado y los efectos del cambio climático nos obligan a estar atentos a todo evento, porque por pequeeño que este sea nos puede afectar. El mundo de la agricultura es muy permeable a estos fenómenos. La tecnología nos ha ayudado mucho en los últimos años, pero aun no puede evitar las consecuencias de estos eventos externos en los procesos productivos.
Oportunidades futuras
En este panorama de cierta inestabilidad de cuando en cuando surgen oportunidades que nos pueden beneficiar: La demanda internacional por alimentos saludables; el crecimiento económico de Asia; los tratados económicos internacionales que permiten abrir nuevos mercados, son algunos de los hechos que han implicado un desarrollo de nuestros procesos productivos, permitiendo aplicar mayor tecnología y conocimientos para elevar la competitividad de nuestra oferta.
En Colombia se acerca una de estas grandes oportunidades…
Con el desarrollo de las conversaciones de paz entre el Gobierno y los representantes de la guerrilla aumentan las esperanzas para que el conflicto, que lleva 50 años y que ha costado 220 mil muertes y siete millones de víctimas, se acerque a su fin firmando la paz definitiva.
La llegada de la paz no solo será un gran impacto para Colombia, sino que para toda la región.
Los desafíos: Infraestructura y desarrollo de cultivos agrícolas
El conflicto, a lo largo de este medio siglo, se ha extendido a casi todo el territorio de Colombia, manteniendo grandes extensiones geográficas bajo el control de fuerzas beligerantes o bandas de narcotraficantes, esto ha implicado que millones de hectáreas aptas para el cultivo agrícola y frutícola se mantengan inexpugnables, casi vírgenes, o explotadas sólo para el cultivo de coca.
El nuevo escenario implicará un gran desarrollo para Colombia, la que en una primera etapa deberá impulsar un plan ambicioso en infraestructura de tal manera de hacer llegar a todos los rincones del país los beneficios del desarrollo. La construcción de carreteras, puentes, escuelas, servicios, hospitales, nuevas centros urbanos, aeropuertos y todo tipo de construcciones, convertirán a Colombia en una oportunidad de trabajo y desarrollo no sólo para los colombianos.
El acceso libre a los territorios que hoy se encuentran bajo control de la guerrilla permitirá desarrollar grandes proyectos de cultivos agrícolas y frutícolas en tierras probadamente ricas y fértiles.
A esto sumamos la gran cantidad de proyectos de reconversión y capacitación para los miles de campesinos desplazados y ex guerrilleros que se integrarán a la vida productiva. Se sucederán los fondos internacionales y estatales para el emprendimiento agrícola productivo y con esto se abrirán las oportunidades para el desarrollo de los más variados proyectos agrícolas y frutícolas que en otros países han sido exitosos, y otros tantos que serán innovadores. Todo puede ser en un campo inexplorado y lleno de oportunidades.
A este futuro promisorio se suma los buenos índices del presente colombiano, con un período de crecimiento económico que lleva diez años consecutivos de números azules, a pesar del momento actual en que junto a toda la región debe enfrentar la crisis económica mundial.
En este período la clase media se duplicó, pasando del 15% al 30% de la población, y se redujo la tasa de pobreza del 50% al 35%.
Colombia creció el 2014 a un 4,6% y este 2015 está previsto que lo haga a un 3%, quizás 3,5%. La economía colombiana se muestra como una de las más sólidas de la región y entre sus socios componentes de la Alianza del Pacífico, Chile, México y Perú, solo Perú podría superarla en índices de crecimiento este año.
Fuente: Blueberriesconsulting.
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