La jornada inaugural estuvo marcada por abundante información y análisis de datos sobre la situación comercial de la industria global, el mercado internacional y la realidad local. En sus presentaciones, reconocidos especialistas destacaron el gran dinamismo del sector, que año tras año sorprende al mundo con su crecimiento sostenido, tanto en volúmenes como en calidad.

Un punto alto de la jornada de la mañana fue el Panel de Conversación “Análisis de la industria global de frutos rojos: desafíos y estrategias de competitividad”, que contó con la participación de destacados referentes de la industria: Amine Bennani, presidente de la Asociación de Productores de Frutos de Marruecos; Youssef Bensajjy, jefe de Desarrollo Agrícola ORMVA du Loukkos; Said Zelai, director Fruits Rouges Providence Verte; Mohammed Harras, director de Fruits Rouges CAP Agro; Otman El Qacemi, gerente de Impacto Social y Ambiental de Driscoll’s Marruecos; Ali Rougui, jefe del Departamento de Inteligencia de Negocios en Morocco Foodex; y Said Ouhada, presidente de la Cooperativa BestBerry.

Desafíos y oportunidades

Durante la conversación, los especialistas coincidieron en que la industria de los frutos rojos —y en particular la del arándano— atraviesa un dinamismo inusual, aunque enfrenta retos estructurales que marcarán su evolución. Entre los principales aspectos se señalaron:

• Agua y estrés hídrico: la región de Agadir podría ampliar su potencial productivo con una mayor disponibilidad de agua, mientras que en Loukkos la prioridad es avanzar en innovación tecnológica para optimizar los recursos.
• Calidad y trazabilidad: el consumidor internacional es cada vez más exigente, lo que obliga a invertir en postcosecha, sistemas de frío y logística que aseguren estándares competitivos. También se destacó que muchos productores están migrando de la fresa al arándano, en respuesta a estas nuevas exigencias de calidad y trazabilidad
• Mercado globalizado: la creciente competencia internacional genera márgenes más estrechos y eleva los costos de producción, por lo que el sector debe orientarse hacia el valor agregado y la diferenciación en calidad.
• Mano de obra: se evidenció una brecha de productividad en comparación con otros países (en México un trabajador cosecha en promedio 12 kilos de arándanos por hora, mientras que en Marruecos alcanza solo entre 3 y 4). La formación de trabajadores, la estabilidad laboral y la mejora en las condiciones para la mano de obra local y migrante se perfilan como factores decisivos para el futuro. En este punto también se debatió sobre las diferencias entre la mano de obra marroquí y la africana, destacando la necesidad de mayor regulación y mejores condiciones para atraer y retener trabajadores en la agricultura.
• Responsabilidad social: el panel subrayó que la sostenibilidad y el impacto social no pueden separarse de la competitividad de la industria.

Perspectivas para Marruecos

Los expertos destacaron que la industria marroquí de frutos rojos atraviesa una fase de expansión prometedora, con capacidad para seguir conquistando mercados internacionales gracias a su ventaja geopolítica: la cercanía a Europa y el acceso directo a puertos estratégicos.

En este contexto, se mencionó la experiencia de Perú, país que ha logrado consolidarse como líder mundial mediante la profesionalización de la mano de obra y la implementación de estrategias innovadoras de incentivo en las cosechas, como por ejemplo, los sistemas de bonificación a trabajadores. De esta manera, los expertos señalaron que Marruecos, debe tomar estos ejemplos como referencia, pero adaptarlos a su propia realidad, reforzando la capacitación laboral y aumentando la productividad por hectárea.

Una industria con espacio para crecer

Uno de los puntos más relevantes presentados por Otman El Qacemi (Driscoll’s Marruecos) fue que el consumo mundial de frutos rojos aún se encuentra en una fase incipiente en comparación con su potencial. Esto significa que la industria mantiene un amplio margen de crecimiento en el mercado global, lo que abre oportunidades para países emergentes en el rubro, como Marruecos, para consolidarse como proveedores estratégicos.