La falta de mano de obra extranjera ahoga la agricultura en Alemania
Ante la necesidad, la ideología palidece y la tozuda realidad se impone. La pandemia ha evidenciado el papel crucial de los temporeros extranjeros para las cosechas en Alemania, que peligran ante la falta de mano de obra extranjera. El campo alemán necesita quien lo trabaje, pero los temporeros de países como Polonia, Rumanía y Bulgaria, que cada año extirpan los espárragos con mimo, se topan ahora con las restricciones de entrada impuestas por Berlín a raíz de la pandemia. El clamor de los agricultores y el miedo a la interrupción del suministro ha sido tal, que el ministerio de Interior y el de Agricultura llegaron el jueves a un acuerdo para permitir la entrada, aunque limitada y bajo estrictas condiciones a los trabajadores del campo.
El pasado 25 de marzo, el ministerio de Interior ordenó el cierre de fronteras también para los temporeros y se aplica a países como Reino Unido, pero también a Bulgaria, Rumania y Austria. A partir de ahora y según el acuerdo alcanzado el jueves, podrán entrar hasta 80.000 temporeros en abril y mayo. “Esta es una noticia importante para nuestros agricultores. La cosecha no espera y la siembra tampoco”, indicó la ministra de Agricultura, Julia Klöckner al anunciar la nueva decisión.
Los temporeros solo podrán llegar en avión a determinados aeropuertos para evitar los largos trayectos en autobús, en los que el riesgo de infección aumenta. Los trabajadores estarán localizados para poder reconstruir la cadena de contactos que mantengan en caso de detectarse un contagio. Los empleadores recogerán a los temporeros en el aeropuerto, que no podrán llegar a la zona de cultivos por su cuenta. Deben someterse a un examen médico nada más llegar y trabajarán y se alojarán durante dos semanas separados de los empleados locales también para evitar posibles contagios. Los grupos de trabajo serán lo más reducidos posibles. Mantendrán al distancia de seguridad y cuando no puedan, llevarán guantes y mascarilla.
El Gobierno indica que las medidas han sido dictadas siguiendo las recomendaciones del Instituto Robert Koch (RKI), el de referencia en al lucha contra la pandemia. Las cifras del RKI indican que en Alemania hay 73.522 positivos por coronavirus y que 872 personas han fallecido.
Berlín cuenta con otros 20.000 trabajadores agrícolas procedentes de las listas del paro o estudiantes, además de los 20.000, la mayoría de otros Estados Miembros, que entraron antes de que entrara en vigor la prohibición. El Gobierno calcula que solo hasta finales de mayo harán falta unos 100.000 trabajadores en el campo. “El número de trabajadores se reducirá al mínimo imprescindible”, indicó el ministerio de Interior en un comunicado el jueves.
El ministerio de Agricultura ha puesto en marcha además desde hace unos días una campaña para reclutar a gente en Alemania que quiera echar una mano en el campo. Bajo el epígrafe “Ayuda al país”, una página web oficial oferta las vacantes y la lista que aparece es casi interminable. De momento, ya se han apuntado 42.000, pero en total hacen falta 300.000, según las estimaciones de la asociación alemana de agricultores. Los jóvenes alemanes bienintencionados, advierten los agricultores difícilmente podrán reemplazar a experimentados temporales del este de Europa. Lo mismo sucedería con los refugiados, entre los que 156.000, según el ministerio de Interior están sin trabajo y podrían apoyar en las tareas agrícolas, según la agencia de noticias DPA.
La asociación de Agricultores alemana ha advertido de que podrían escasear algunas frutas y verduras en las próximas semanas ante la falta de mano de obra extranjera. “El suministro de alimentos no está en peligro, pero sí hay lagunas en la producción de algunos cultivos”, alertó su presidente a la prensa local Joachim Rukwied. Como consecuencia, los precios de algunos productos, como los venerados espárragos y los frutos rojos subirán, alertó.
Petición de la Comisión Europea
La necesidad es tan acuciante, que hasta la ultraderecha Alternativa para Alemania, (Afd), con un marcado discurso xenofobo y antiinmigración ha pedido medidas para permitir la entrada de trabajadores extranjeros. Eso sí, trabajadores, no demandantes de asilo. “El gobierno federal no está haciendo lo suficiente para ayudar a nuestros agricultores, que deben asegurar el suministro de la población”, tuiteó el diputado de Afd Thomas Ehrhorn, quien pidió controles de salud para los temporeros que quieran venir en lugar de que se les impida la entrada. “El Gobierno ha fracasado al no expedir permisos a los cosechadores europeos y ahora depende de ser capaz de encontrar trabajadores locales”, consideró Stephan Protschka, responsable de Agricultura de Afd. “Lo más importante ahora es actuar con rapidez para garantizar la entrada de los trabajadores europeos”, añadió.
Desde hace días, el ministerio de Interior mantenía conservaciones con el de Agricultura para tratar de buscar una solución, que “combine la necesaria protección contra las infecciones con garantizar las cosechas”, según explicó esta semana a la prensa Klöckner. La presidenta de la comisión Europea pidió esta semana a los Estados Miembros que se permita la entrada de trabajadores comunitarios, sobre todo los trabajadores sanitarios, pero también los responsables de que la comida llegue a la mesa. “Necesitamos a la gente que planta y cosecha nuestros cultivos. Tenemos que asegurarnos de que tenemos suficientes trabajadores temporales en la agricultura”, indicó Von der Leyen.
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