Juan Ramón Hernández, director general de Perla Huelva: “Los cultivos hidropónicos en alto nos han supuesto una ventaja competitiva en la contratación de mano de obra”
El cultivo de berries en Huelva esconde tras de sí una historia tan exitosa como contemporánea. La fresa onubense, cuya producción comenzó a desarrollarse de forma pionera en la provincia solamente entre finales de la década de los 50 y principios de los 60 del siglo pasado, ha conseguido posicionar a España como el primer productor de esta fruta en la Unión Europea; aunque la verdadera magnitud alcanzada por esta industria en Huelva queda patente a través de las importantes cifras que arroja: con una participación que roza el 97% de la cosecha total nacional, la producción de fresas tan solo de la provincia representó en la campaña 2020/21 aproximadamente el 23,8% de la producción de esta fruta en la UE-27, según datos de Eurostat, ubicándose muy por delante de los siguientes mayores orígenes productores comunitarios, Polonia y Alemania, con participaciones del 16,3% y el 13,8%, respectivamente.
Y una berry aún más recientemente introducida en Huelva, el arándano, ha conseguido seguir la trayectoria de liderazgo que la fresa ha trazado en sus relativamente pocas décadas de historia: en 2020, los arándanos onubenses –que supusieron el 93,9% de la producción española–, ubicaron a España como el primer productor de arándanos de la UE-27, compartiendo podio con la fresa, con una cuota de participación de la provincia que se aproximaba al 33,4%; también a gran distancia de los siguientes mayores productores comunitarios, Polonia y Portugal.
El arándano ha experimentado en los últimos años una rápida expansión en Huelva –tan solo en las últimas cinco campañas su superficie ha aumentado más de un 130%–, y no solo su creciente demanda, sino también las nuevas técnicas de cultivo como la hidroponía han contribuido a que empresas consolidadas del campo onubense, como Perla Huelva, con más de 20 años en el cultivo de fresas, hayan apostado por él.
“Por ahora solo tenemos 2 hectáreas en producción, pero esperamos crecer en los próximos 2 años hasta las 7 hectáreas. Desde el primer momento hemos empezado a producir con cultivo hidropónico, en sacos de sustrato de fibra de coco de 30 litros con una densidad de plantación de 9.200 plantas por hectárea. El cultivo hidropónico permite que el árbol empiece a producir antes y, al tener más plantas por unidad de superficie, los rendimientos por hectárea también son mayores”, explica Juan Ramón Hernández, director general de la empresa con sede en Rociana del Condado.
“El cultivo en sustrato de coco, que nos suministra la compañía holandesa Dutch Plantin, ya lo habíamos probado en el cultivo de fresas y frambuesas y la diferencia con respecto al suelo es muy significativa. Las berries son muy sensibles a la humedad en el suelo y el sustrato permite controlar perfectamente este factor. Con ayuda de la tecnología, como los diversos tipos de sensores o el uso de microtensiómetros, se pueden controlar los valores adecuados de humedad en todo momento haciendo que la aplicación del riego se realice solo cuando la planta realmente lo demanda”, detalla Juan Ramón.
“No solo supone un ahorra de agua, sino que solamente se gasta la justa. Gracias a la tecnología, los cultivos hidropónicos nos permiten usar de la manera más eficiente posible este recurso limitado”, subraya. “Y el siguiente paso será la recirculación del agua del drenaje. En el cultivo en suelo el agua que drena se va hacia los acuíferos, pero a muy corto plazo tendremos la tecnología para aprovechar el agua del drenaje de los cultivos hidropónicos y reutilizarla tantas veces como sea posible. La sostenibilidad es esencial, y hoy en día no tiene futuro no solo una agricultura que no sea sostenible, sino una sociedad que no lo sea”.
“Igualmente ocurre con el abonado, que se realiza a demanda y permite optimizar el proceso. Por otro lado, facilita el manejo del cultivo y permite cosas que son impensables en la producción en suelo: concretamente en frambuesa se pueden trasladar las plantas y meterlas en cámaras de frío, lo que permite a su vez adelantar la producción, y en el caso del arándano, se pueden producir plantas en gran densidad y, a medida que los árboles van creciendo, pueden ir quitándose y redistribuirse adelantando la producción en una superficie menor”, señala el profesional de la industria de las berries.
“Además, otra de las ventajas que ofrece el cultivo hidropónico es que permite a los recolectores un trabajo más amable confiriéndoles una posición más ergonómica a la hora de cosechar, y esto hace que sea más fácil atraer mano de obra para la recolección. De hecho, tener nuestras fresas en cultivos hidropónicos en alto nos ha supuesto una ventaja competitiva en la contratación de mano de obra con respecto a otros compañeros que la cultivan en el suelo”, comparte Juan Ramón.
¿Es la hidroponía el futuro de la producción de arándanos en Huelva?
Las ventajas de la hidroponía en el cultivo de berries son no solo explicables, sino visibles en el paisaje agrícola de la provincia, donde recorriendo las carreteras de comarcas como las del Condado pueden verse cada vez más cultivos de arándanos en macetas, de fresas en sacos o frambuesas en bandejas.
“El crecimiento del hidropónico está siendo exponencial y la diferencia con el cultivo tradicional se va recortando a pasos agigantados”, indica Juan Ramón. “No diría que el hidropónico va a desbancar completamente al cultivo en suelo en el futuro, porque en Huelva contamos con muy buenos suelos arenosos que se comportan muy similar al hidropónico, pero creo que las empresas punteras más vanguardistas sí van a basar gran parte de producción en el cultivo hidropónico. La agricultura avanza hacia la tecnologización y la digitalización y, al igual que pasó cuando llegaron los tractores hace 60-70 años, que el que no se adaptó a ellos se extinguió, ahora pasará con el empleo de la tecnología en la agricultura, el riego eficiente y la optimización del agua y de los nutrientes o las nuevas técnicas de cultivo”, reflexiona.
No obstante su método de producción, los arándanos, así como del resto de las berries onubenses, seguirán siendo alimentos con un alto valor funcional. Como recuerda Juan Ramón, las fresas contienen más vitamina C que la naranja y los arándanos son una gran fuente de antioxidantes, y además, constituyen snacks saludables, muy fáciles de transportar y de consumir en cualquier momento y en cualquier lugar; factores que explican el aumento en su demanda y, en el caso del arándano, el importante crecimiento del consumo per cápita que se ha producido en los últimos años y que se prevé que se seguirá produciendo en los países comunitarios. “Precisamente destinamos la mayor parte de nuestra producción a la exportación a Europa, aunque estamos haciendo cada vez más mercado nacional. Poco a poco en España también observamos que está aumentando el consumo”, concluye Juan Ramón.