El cultivo sin suelo es una opción cada vez más popular, dado que permite implementar un cultivo de arándanos en terrenos que normalmente no son aptos para estas plantas. Al utilizar contenedores, los productores tienen el beneficio de evitar enfermedades de suelo, aumentar la densidad de la plantación, incrementar el rendimiento y precocidad de cosecha, además de permitir adaptar la demanda nutricional de las plantas según su estado fenológico.

Tras el aumento de este tipo de cultivo en Perú, Blueberries Consulting invitó al pasado Seminario Internacional de Blueberries Trujillo 2022 a María del Carmen Salas, doctora e ingeniera agrónoma de la Universidad de Almería, misma institución en donde trabaja como profesora titular de doctorado, dedicándose a la investigación de técnicas de hidroponía y cultivo sin suelo. 

Con el precio de los fertilizantes altos tras los efectos económicos de la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania, el uso de materia orgánica para fertilizar parece una opción más económica, viable y popular entre los consumidores, que cada vez exigen productos más sustentables.

Por ello, la doctora expuso durante la tarde de la primera jornada del evento, el tema “Biofertirrigación en arándanos y control de la salinidad en macetas” ante un abarrotado salón de conferencias.  Durante casi una hora, mantuvo la atención de los productores presentes relatando las consecuencias de un nivel deficiente de salinidad en las macetas y la importancia de la relación iónica para la nutrición de la planta, y por consecuencia, la calidad de sus frutos.

En entrevista con Blueberries Consulting, la académica comentó las dificultades de la salinidad mal regulada, las posibilidades de implementar la biofertirrigación en Perú y sus diferencias con la aplicación de fertilizantes convencionales.

¿Cómo afecta al crecimiento de las plantas de arándanos y su potencial productivo un rango anormal de salinidad en su sustrato? ¿Cómo afecta la vida postcosecha del fruto?

Al arándano, especialmente por su sensibilidad a la salinidad, cuando nos salimos del rango óptimo, le va a afectar el crecimiento, el consumo hídrico, la absorción de minerales y al final tiene una consecuencia directa en la calidad del fruto, con lo cual en la postcosecha las consecuencias son inevitable. Y no solamente porque la salinidad sea un problema para consumir agua, por lo que es el potencial osmótico, sino incluso porque genera un desequilibrio de iones dentro de la solución nutritiva y la planta puede llegar a tener deficiencia de determinados elementos promovidos por ese desequilibrio que se le aporta a través del mal manejo del biofertirriego.

Dado los altos costos de los fertilizantes tras la invasión de Rusia a Ucrania y los efectos económicos de la pandemia ¿Pueden ser reemplazados los fertilizantes sintéticos o minerales a través de la biofertirrigación?

Evidentemente el coste de producción ha aumentado muchísimo por el uso de fertilizantes, de los que realmente la mayoría son producidos fuera de Europa. Y al final el coste es bastante difícil de asumir para el productor y luego para el consumidor final, por lo que realmente el primer beneficio va a ser, si conseguimos implementar los bio nutrientes, el disminuir ese coste. Y desde luego sin olvidarnos de la importancia que va a tener para el medio ambiente, al reducir la aportación de fertilizantes de síntesis y recurrir a esos recursos naturales, sacarle todo el potencial que tienen de nutrientes, para que sea aprovechado por la planta y el medio ambiente; son dos beneficios claros. Y sobre la calidad del fruto, siempre y cuando lo regulamos correctamente va a ser la misma, porque la planta va a tener disponible los nutrientes que necesita en ese tipo de bio soluciones. O sea, no va a haber una limitación en la producción ni en la calidad.

Con las condiciones climáticas y geográficas de Perú ¿Puede realizarse biofertirrigación en las zonas productoras? ¿Se debe tener algún cuidado en especial?

Yo principalmente creo que la limitante y consideración que hay que tener, en el caso de biofertirrigación es disponer de fuentes orgánicas próximas. O sea, no podemos implementarlo en un lugar que esté tremendamente lejos de la generación de esa materia orgánica, porque al final se convierte también en la misma problemática que el fertilizante mineral. Creo que es el principal limitante disponer de fuentes orgánicas; compostadas o vermi compostada, de restos de plantas o de estiércol de animal, para que nos permitan aplicarlo de forma óptima. Y el hecho de que sean zonas distintas climatológicamente lo que nos lleva es a manejar bien los recursos, a conocer bien la analítica de ese bionutriente, de ese biofertirriego que voy a aplicar, y manejarlo como hemos manejado hasta ahora el fertilizante mineral;  mediante analíticas tanto de planta, como de drenaje y de gotero, para mantenernos en los niveles óptimos para la planta. Por lo tanto, el clima y la geografía no debería afectar la forma en que se debe estudiar la aplicación de biofertirriego o fertilizantes sintéticos o minerales.

La destacada académica seguirá trabajando en conjunto a Blueberries Consulting, participando como docente en el diplomado “Producción convencional y cultivo sin suelo en arándanos: Uso de sustratos y fertirriego”, y en el curso de Nivel Experto Internacional en “Riego y nutrición en arándanos: producción convencional y cultivo sin suelo”, organizados en conjunto a su alma mater, la Universidad de Almería. Ambos programas serán modalidad online, debiendo primero cursar el diplomado, el cual es requisito para avanzar hacia el grado académico superior de Nivel Experto. Las inscripciones estarán abiertas desde el 1 de agosto a través de la plataforma Agricultural Seminars.

Puedes ver la entrevista a la doctora María Carmen del Salas y de otros de nuestros relatores del Seminario Internacional de Blueberries Trujillo en nuestro canal de Youtube, Blueberries TV.