La importancia de los suelos en la lucha contra el cambio climático

Un estudio revela el potencial de los suelos agrícolas de la UE para secuestrar más carbono, así como para mejorar esta capacidad.

Para controlar y alcanzar la neutralidad en la emisión de CO₂, debemos trabajar fuerte en el sector agrícola, cuyas emisiones representan el 11% de las emisiones totales de GEI. La modificación de dicho balance, no viene al caso solamente para mitigar el cambio climático, sino también para garantizar la seguridad alimentaria con especie en unas condiciones ambientales cada vez más extremas.

Para lograr una apreciación lo más acertada posible, el Parlamento Europeo ha encargado un informe a expertos para conocer el potencial de los suelos agrícolas de la UE para secuestrar más carbono, así como para mejorar esta capacidad.

¿Qué resultados arrojó el informe?

La investigación estuvo coordinada por Pilar Andrés, investigadora del CREAF, y realizado con el soporte de un equipo de expertos del mismo CREAF, el IRTA, el CTFC, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Barcelona (UB).

El mismo concluyó con que los suelos agrícolas contienen el 31% de los stocks de carbono de los suelos de la UE y que tienen un gran potencial para almacenar más carbono. Según el informe, este potencial oscila entre las 9 y 24 Mt CO2-eq/ año.

¿Cómo aprovechar al máximo la capacidad de los suelos?

Para hacerlo posible se propone, por un lado, regenerar los suelos más pobres de Europa, los del área sur y del Mediterráneo, que han perdido su materia orgánica con la intensificación agrícola. Y, por otro lado, recuperar y proteger las turberas del norte y noreste europeo, para que no pierdan su enorme cantidad de carbono secuestrado debido a su explotación agraria. 

Sobra espacio para almacenar más carbono

El informe resalta que cada tipo de suelo tiene una capacidad concreta y limitada de secuestrar carbono. Este hecho, que podría parecer un problema, también es una oportunidad: los suelos de la zona sur y mediterránea de la UE, los más pobres en carbono, son a su vez los que tienen más capacidad de almacenamiento. En este sentido, si se cambiara la gestión actual por una gestión centrada en el secuestro de carbono y en la regeneración de la fertilidad, habría un potencial de secuestro de 67,5 Mt CO2-eq para las tierras de cultivo de la UE.

Agricultura que cuida y regenera la tierra

El informe hace patente que las emisiones agrícolas de GEI disminuyeron en 108 Mt de CO₂-eq entre 1990 y 2018.  Según los expertos del informe, lograr nuevas reducciones sustanciales requerirá cambios significativos en las preferencias alimentarias, las prácticas agrarias y las políticas agrícolas.

“Tenemos tecnología y conocimiento suficiente para aumentar el contenido en materia orgánica del suelo, a la vez que aumentamos la fertilidad y mitigamos el cambio climático. Ahora es el momento del compromiso político, solo el compromiso real permitirá implementar cambios reales y a gran escala”, comenta Pilar Andrés, investigadora del CREAF líder del estudio.

La agricultura de conservación, una práctica clave en este proyecto

Por otro lado, el informe también menciona la agricultura de precisión, que no se traduce necesariamente en un mayor secuestro de carbono, pero que podría contribuir a reducir el aporte de fertilizantes minerales, en particular de nitrógeno amoniacal, lo que podría ser positivo para evitar la acidificación del suelo y la emisión de carbono de los suelos carbonatados. “Un 44% de las emisiones globales del sector agrícola provienen de la fertilización nitrogenada, que provoca emisiones de N20”, apunta August Bonmatí, investigador del IRTA autor del informe. Lee también: La Agricultura de Conservación como solución a la pérdida y degradación de los suelos.

Sobre el IRTA

El IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias) es un instituto de investigación dedicado a la I+D+i agroalimentaria en los ámbitos de producción vegetal, producción animal, industrias alimentarias, medio ambiente, cambio global y economía agroalimentaria. La transferencia de sus avances científicos contribuye a la modernización, competitividad y desarrollo sostenible de los sectores agrario, alimentario y acuícola, a la provisión de alimentos sanos y de calidad para los consumidores, así como mejorar el bienestar de la población. El IRTA está adscrito al Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural (DACC) de la Generalitat de Catalunya y forma parte del sistema CERCA.

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