Cristián Balbontín sobre arándanos en Chile: “Si queremos ser los mejores productores en calidad de fruto, necesitamos desarrollar tecnología”

El ingeniero agrónomo está creando un formulado con inductores hormonales para incrementar la resistencia del arándano a la sequía, y al mismo tiempo, mejorar la calidad de sus frutos.

Por más de 10 años se ha extendido el periodo de la llamada mega sequía que afecta a las regiones centro-sur de Chile. En ese mismo periodo, el mercado del arándano tuvo un cambio radical con la expansión de los cultivos no chill, el boom de la producción peruana y el aumento de la oferta varietal que, dado a la competencia comercial, está periódicamente lanzando nuevas variedades con mejores, distintas o nuevas cualidades de calidad. 

En este escenario es que Cristián Balbontín realizó una investigación del uso de inductores hormonales; ácido abscísico (ABA) y jasmonato de metilo (MeJA) en cerezas, para evaluar su efecto sobre su partidura ocasionada por lluvias que, de forma errática, pueden ocurrir durante el periodo de maduración y cosecha. El uso de estos inductores incrementó la expresión de genes relacionados a la síntesis de ceras, así como la presencia de alcanos de cadena larga, que son los que brindan una mayor impermeabilidad a la cutícula.

Junto a ello, también se observó un mejoramiento de la calidad de frutos, en términos de firmeza, sólidos solubles y color. 

Tanto las cerezas como los arándanos tienen mecanismos similares de maduración de frutos, en términos de las fitohormonas involucradas en este proceso, que son precisamente el ABA y el MeJA. Estas hormonas están asociadas a una serie de procesos fisiológicos de las plantas, entre ellos la adaptación a condiciones de estrés (sales, falta de agua, radiación). Considerando las similitudes entre ambas especies y el rol de estas hormonas, el ingeniero y PhD se propuso probar sus formulados en los arándanos con un objetivo en mente: fortalecer su tolerancia al estrés hídrico.

El investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) trabajó junto a la empresa MipAgro y con el apoyo del Gobierno Regional del Maule, para desarrollar un producto de aplicación foliar. En un laboratorio, evaluaron la aplicación de distintas formulaciones hormonales a plantas de arándanos que mantenían una suplementación hídrica del 100%, 50% y 25% de su capacidad de campo para probar su respuesta fisiológica. Se seleccionaron los dos formulados con los mejores resultados sobre los indicadores fisiológicos de las plantas en condiciones de estrés, incrementando la tolerancia de la planta a la limitación de suplementación hídrica. 

“Tan importante como lograr una mejor respuesta de la planta a estas condiciones de estrés, era que los frutos mantengan una óptima calidad”, expresó el Sr. Balbontín. Por esta razón, abordó la evaluación del efecto de los formulados previamente seleccionados sobre las características organolépticas de los frutos en un huerto de la localidad de Parral, región del Maule, con los mismos regímenes de suplementación hídrica. 

Se midieron distintas variables relacionadas a la calidad de los frutos. Por ejemplo, el diámetro del fruto se ve especialmente afectado por la baja disponibilidad de agua, tal como se puede apreciar en el gráfico 1. Una falta severa en la suplementación hídrica puede afectar al menos el 10% del calibre del fruto. Sin embargo, aunque el uso de los formulados no afectó este parámetro en plantas bien regadas, si pudo mantener valores similares al del grupo de control en condiciones de un 50% menos de agua. 

El compuesto ha probado ser efectivo en aumentar la resistencia de la planta del arándano a la sequía y además, mejorar la firmeza, sabor y el tamaño de los frutos.

La falta de agua provoca que la planta cierre parcial o completamente sus estomas para evitar la fuga de agua, limitando la entrada de CO2 a su sistema. Esto causa que haya menos energía en la planta, menos azúcares, se reduzca la producción de la planta para la actual y futuras temporadas, y la calidad de sus frutos disminuya.

Los inductores hormonales, principal componente del producto, son el ácido jasmónico y ácido abscísico, elementos que son naturalmente producidos por la planta para iniciar los mecanismos de defensa ante una situación de estrés. Ambos compuestos ya son parte de algunos productos para otras frutas, los que son artificialmente sintetizados y luego aplicados sin afectar la inocuidad de la producción. 

El efecto combinado del ácido jasmónico y el ácido abscísico permite que la planta active sistemas de defensa que la investigación ha demostrado son eficientes para evitar las consecuencias de la sequía. El ácido jasmónico aumenta la tolerancia a la sequía, a las sales, a la congelación e incrementa la acumulación de antocianinas. Además, aporta a la degradación de la clorofila, cuya concentración aumenta en plantas deshidratadas.

Finalmente, el ácido abscísico induce el aumento de la producción de ceras, las que actúan como una capa impermeable, permitiendo que los estomas puedan abrirse para absorber el CO2, sin que la planta pierda demasiada agua. Además, la cera refleja los rayos solares, aportando a disminuir su temperatura.

Los resultados de la investigación del Dr. Balbontin junto a MipAgro permitieron observar que el porcentaje de frutos blandos se va incrementando en la medida que avanza la campaña, observándose que en la primera cosecha este valor alcanza el 5%, sin embargo 

En la cuarta cosecha este valor se incrementa al 35% del total cosechado. El uso de inductores hormonales permite mejorar la firmeza de los frutos más tardíos rebajando el este porcentaje hasta un 8%, en el mejor de los resultados.

Esto no solo les permitió concluir que los inductores ayudan a la tolerancia a la sequía, sino que también mejoran la calidad de los frutos en los casos de reposición hídrica completa y de déficit. 

Ante los prometedores resultados, Blueberries Consulting conversó con Cristián Balbontín sobre el futuro de su producto y la industria del arándano en Chile.

¿Cómo crees que será el escenario de sequía en el futuro para los arándanos? ¿Con qué estrategía se debe enfrentar este escenario?

Tenemos que observar la tendencia de los últimos 12 años y como ha disminuido la contribución hídrica o el aumento de la Isoterma, por lo que tenemos menos depósitos de nieve. Esa condición es muy poco probable que mejore mientras tengamos el fenómeno de La Niña, que se ha hecho mucho más persistente. Este escenario va a exigir que nos enfoquemos en producir de forma precisa. Hay una serie de factores que necesitan ser estudiados para saber efectivamente cuánto es lo que tenemos que aportar, lo que la planta está gastando y lo que necesita para producir. Por tanto se requiere ser más precisos en el uso de los recursos y apuntar a estrategias que nos permitan aumentar la calidad de los frutos tanto en la cosecha como durante el almacenamiento.

Dado que mencionas la postcosecha ¿Estudiaron el comportamiento de los frutos tratados durante esta etapa productiva?

Este año evaluaremos la calidad de los frutos tratados con estos inductores durante el almacenamiento.Sin embargo nuestra hipótesis es que si tenemos una mejor calidad a la cosecha, esta puede mantenerse. Esto está apoyado en nuestra experiencia con las cerezas, en donde se incrementa la síntesis de compuestos cuticulares del fruto, haciéndolo más tolerante a la deshidratación. Y que por otra parte, gracias a este incremento en términos de firmeza y de acidez, van a poder mantener su condición más tiempo.

¿Qué estrategia debemos seguir para prepararnos para la sequía y no reparar sus consecuencias?

Es una pregunta compleja, pero creo que se están haciendo valiosos trabajos en términos de aumentar la eficiencia del uso del agua, mediante la utilización de sustratos por ejemplo, o evaluar el uso de cubiertas sobre el cultivo. Se hace necesario realizar más investigación para apoyar a la industria y a los productores nacionales. Yo creo que instancias como los seminarios de Blueberries Consulting, por ejemplo, dan la opción de conocer los nuevos avances que se están haciendo en diferentes áreas. Hay muchos profesionales haciendo investigaciones respecto a la eficiencia de compuestos nutricionales; de estrategia de riego, cosecha o de postcosecha; del comportamiento de la variedades y los sistemas de producción. Se está haciendo investigación y se requiere seguir haciéndola. Por lo cual se requiere una mirada más atenta en términos de lo importante que es la investigación para apoyar el desarrollo.

Una de las cualidades del ácido abscísico era que aumentaba la resistencia a la salinidad. ¿Podría ser útil el formulado investigado pensando en el futuro uso y obtención del agua?

Necesitamos explorarlo. Esto tiene potencial pero falta más investigación al respecto. Tanto el estrés por salinidad como el estrés por sequía tienen mecanismos celulares que son similares. Es muy interesante evaluar bajo qué rangos se podría utilizar agua salinizada, sin afectar la calidad de los frutos y la vida de la planta. Creo que los inductores hormonales que hemos probado podrían ser también evaluados en tal condición. 

En tiempos de crisis, puede resultar difícil invertir en ciencia que no da un resultado inmediato. Si queremos ser los mejores productores en calidad de fruto, necesitamos desarrollar tecnologías que apunten a ello. Necesitamos crear esta imagen de que Chile es fruta de calidad, y para hacerlo necesitamos implementar, investigar, desarrollar más cosas acá.

Fuente
Catalina Pérez Ruiz - Blueberries Consulting

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