El estrés por calor es la serie de daños irreversibles en el metabolismo y el desarrollo de las plantas que pueden causar las altas temperaturas. Es un fenómeno complejo que involucra la duración del estrés, la tasa de incremento y la temperatura máxima alcanzada. Por otro lado, la tolerancia al estrés por calor se podría definir como la capacidad de un cultivo para crecer y rendir económicamente bajo condiciones de alta temperatura.

La radiación solar excesiva afecta a los cultivos y, al igual que a las personas, les produce quemaduras y lesiones de distinta gravedad en las hojas, frutos y tallos.

Factor común

Los bruscos cambios climáticos están siendo comunes en distintas regiones del mundo. En el último encuentro en Guadalajara, los productores de arándanos mexicanos y peruanos, junto a los de Marruecos, concluían que un problema común a sus distintas realidades eran el calor y la escasez de agua, y probablemente este sea un factor común a muchos otros países productores.

En el caso de los arándanos, o de los berries en general, son plantas de poco follaje y de fruta muy expuesta, por lo que son susceptibles de sufrir quemaduras por irradiación solar. Además, el tratamiento de las quemaduras solares en los frutos debe ser preventivo, porque si se producen daños estos son irreparables.

Seminario

En el próximo encuentro de la industria del arándano, en el contexto del XXVIII Seminario Internacional de Blueberries que se realizará en la ciudad de Agadir, en Marruecos, se abordará en extenso este problema y estará a cargo de uno de los mejores especialistas del mundo en la mayoría de los factores fisiológicos del arándano, el doctor Jorge Retamales.

El investigador desarrollará la charla: “Efectos de la radiación y exceso de calor en arándanos: antecedentes y estrategias de mitigación”, en la que enfrentará la problemática y las variantes estratégicas que se pueden desarrollar para mitigar su impacto.

Pérdidas económicas

Sabemos que el calor excesivo causa daños en el desarrollo de la planta y el fruto, porque a mayor calor se produce más evaporación y menor absorción de agua, por lo que se logra una planta más débil, con un follaje menos denso, lo que a su vez expone a la fruta a más radiación.

Estos factores producen mutaciones y daños irreversibles en los cultivos. Si se alcanzan índices de radiación UV de entre 8 y 10, los daños incluyen rotura celular superficial, deshidratación y decoloración. Las temperaturas mayores de 29°C también afectan al color del fruto, lo que le resta valor comercial por este empeoramiento de su apariencia.

Definitivamente, los golpes de sol o de calor provocan pérdidas millonarias a la fruticultura mundial, porque además de los importantes problemas fisiológicos, el calor y la radiación excesiva reducen el rendimiento y la calidad comercial de la fruta.